Rajak B. Kadjieff / Moscú
*Estalló la Primera Guerra y creció el descontento.
*Testimonios sobre la muerte de millones de seres humanos.
*En poco tiempo acabó una autocracia de tres siglos.
*Violencia, traiciones e intrigas, ingredientes infaltables.
*Esto se vio reflejado en el Doctor Zhivago, de David Lean.
La Gran Guerra de 1914 entre los imperios que desaparecerían vergonzosa e irremediablemente, puso en evidencia la ineficiencia y la corrupción del gobierno zarista de la Rusia imperial y su ejército -pobremente equipado y peor manejado- que sufrió lo indecible por ausencia de una conducción eficaz e inteligente.
Han sido numerosísimos los testimonios sobre la forma en que la Rusia de Nicolás II perdió millones de hombres ante el poderío de los ejércitos de Alemania, el Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Otomano.
La situación no tenía vuelta o reversa y así, en poco tiempo, con Nicolás Románov terminaron tres siglos de una dinastía que se creyó eterna, representante de dios en la Tierra y autocrática como ninguna otra.
Y el zar, que había asumido personalmente el comando del ejército, tuvo que asumir la responsabilidad, y amplios sectores de la sociedad rusa también sospechaban de su esposa, la zarina Alejandra, nacida en Alemania, y cada vez resentían más el poder creciente del favorito real, el monje loco Grigori Rasputín.
¿ Cómo ocurrió en realidad el asesinato de ese ambicioso y pretencioso místico ruso de quien se han escrito libros reales, delirantes y fantasiosos en una nación que se desangraba por la guerra, por la violencia, las traiciones, las intrigas, las envidias, la escasez de todo y la inflación imparable ?
“Uno se daba cuenta que al ejercito le estaba yendo mal, que estaba siendo derrotado en varios frentes y grandes caravanas con soldados heridos llegaban constantemente a la ciudad”, se escucha en uno de los varios testimonios conservados en los archivos de la BBC de Inglaterra.
“Se hablaba de derrota, de traición; se decía que no había armas ni municiones, en buena medida -según los soldados- porque sus comandantes eran corruptos y porque el zar estaba en clara alianza con los enemigos”, continúa la grabación de la radiodifusora británica
“Las protestas de millones de campesinos, sociedad empobrecida y de los trabajadores desempleados encendieron la mecha de lo que ya era un polvorín de descontento”, explica David lea, director de Doctor Zhivago, película que recrea esas circunstancias trágicas.
En ese contexto que, en marzo de 1917, los trabajadores volvieron a organizar gigantescas manifestaciones en Petrogrado, y sin que nadie la detuviese, la violencia se adueñó de la ciudad que llenó sus calles de banderas rojas.
“Primero fueron las protestas por el pan, luego una huelga, y luego otra, hasta que la gente empezó a sentirse poderosa”, le explicó a Lean un veterano de la Revolución de 1917, uno de los entonces testigos jóvenes del levantamiento de octubre de ese año histórico para el mundo.
“Había saqueos y desórdenes en las calles… la gente saqueaba tiendas, volcaba los carros de los tranvías, construía barricadas. Era obvio que algo iba a pasar”, relató Pavel Brodziak, otro de los antiguos revolucionarios, quien aseguró que el color rojo de los bolcheviques ya era evidente en la revolución de octubre.
“Había banderas rojas por todos lados, los soldados ataban tiras de color rojo en sus edificios, la gente vestía brazaletes rojos o se colocaba cintas de ese color en los ojales”, recordó por su parte Irina Krankenova, una mujer que, adolescente, vivió esas jornadas de violencia y sangre.
Y esta testigo también destacó la presencia de ametralladoras en los techos y puertas de los edificios que dominaban las principales avenidas de Petrogrado, incluyendo la sede de la Duma y algunas iglesias.
Destaca el hecho de que muchos soldados rehusaron actuar contra el pueblo, lo que terminó sellando el destinó del zar, quien dejó su sitio a su hermano Mijaíl Alexandróvich, efímero monarca sin corona, sin cetro y sin ningún poder
“Algunos policías que permanecieron leales dispararon contra la muchedumbre, pero así solamente se garantizaron su propia muerte”, aseveró Irina al evocar aquellos años que hoy son historia real y documentada.
“Y el 11 de marzo la muchedumbre ya tenía el control de la capital y se divertía arrestando a los asustados ministros y liberando a los prisioneros”, es la descripción de la situación que se hace en otro de los testimonios recogidos por la BBC londinense.
A la llamada “primera revolución” escenificada en marzo del mismo 1917, le seguiría la verdadera revolución de octubre y el nacimiento del gobierno de los sóviets, como habían prometido sus dirigentes.
Con la autoridad del zar hecha pedazos y críticas de todos lados, Nicolás II llegó a la conclusión de que había llegado el momento de abdicar en favor de su hermano, el gran duque Mijáil Alexandróvich Románov, quien renunciaría al cargo imperial al día siguiente.
En uno de los más breves gobiernos que registra la historia contemporánea y, en su remplazo, la Duma instauró un gobierno provisional liderado por el diputado socialista Alexander Kérenski -los bolcheviques le apodaban el “Payaso”-, quien se vería obligado a compartir el poder con el recientemente formado Consejo de los Trabajadores y Soldados conocido como el Soviet de Petrogrado.
Y mientras algunos moderados trataban de convertir a Rusia en una democracia liberal al estilo occidental, otros revolucionarios como Vladímir Ilich Uliánov, Lenin -recién regresado del exilio en Suiza para liderar el partido bolchevique-, tenían otros planes, dando lugar a relevantísimas páginas de las cuales dio cuenta cabal John Reed, periodista estadounidense que se encargó de escribirlas e inmortalizarlas.
Todo quedó plasmado en el reportaje Diez días que estremecieron al mundo, obra cumbre del periodismo épico y valiente que pocos corresponsales de guerra se atrevieron a desarrollar en nombre de sus actores y protagonistas hace más de un siglo.
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abril 22, 2025
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Razones y sinrazones de un conflicto (1914-1918)
Por Vocero
Rajak B. Kadjieff / Moscú *Estalló la Primera Guerra y creció el descontento. *Testimonios sobre la muerte de millones de seres humanos. *En poco tiempo acabó una autocracia de tres siglos. *Violencia, traiciones e intrigas, ingredientes infaltables. *Esto se vio reflejado en el Doctor Zhivago, de David Lean. La Gran Guerra de 1914 entre los... Más [+]...