La popular representación de la Pasión de Cristo está postulada como candidata a Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO
CDMX.- Una vez más la escenificación del viacrucis de Jesucristo en Iztapalapa reunió a miles de turistas, visitantes nacionales e internacionales, fieles y pobladores de los barrios que se congregan y se preparan cada año para participar en la gran fiesta cultural católica, en una de las zonas más importantes de la capital del país desde tiempos mexicas o aztecas, el cerro de Iztapalapa, donde se celebraba la ceremonia del Fuego Nuevo.
En la ceremonia religiosa participa gente de los ocho barrios: La Asunción, San Ignacio, Santa Bárbara, San Lucas, San Pablo, San Miguel, San Pedro y San José, quienes mantienen viva la tradicional fiesta cultural y turística, comparten la costumbre de muchos años, en un esfuerzo colectivo para realizar la Pasión de Jesucristo.
Llevan a Cristo de la cárcel a la explanada, donde hay una columna; ahí se suceden varios episodios en su contra. La gente se estremece conmovida por la representación, cuando Jesús vestido de blanco es azotado con unas ramas teñidas de rojo.
El rumor aumenta cuando la muchedumbre inicia el recorrido del Calvario hacia el Cerro, donde Jesús carga la cruz y además porta una corona de espinas que lo lacera, y es crucificado.

SEÑOR, POR QUÉ ME HAS ABANDONADO¡
Nada menos que alrededor de dos millones de expectadores recibe la alcaldía de Iztapalapa para presenciar el Viacrucis, festividad que busca ser reconocida a nivel internacional al postularse la candidatura a Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO.
Para el Sábado Santo, nombre que lleva desde 1953 según la tradición cristiana, Jesús permanece en el sepulcro y se vive como un momento de silencio, duelo y esperanza antes de la celebración de la Resurrección.
Foto:cuartoscuro