Por Mario Marentes
El libro Yo, el gato del renombrado autor japonés Natsume Sōseki, es un trabajo literario que utiliza la sátira de manera magistral y que señala lo absurdo que a veces pueden ser los convencionalismos sociales, sin caer en la pretensión de tomarse a sí mismo muy en serio.
“La civilización japonesa, por el contrario, no buscaba el cambio en los otros, no buscaba el cambio fuera, sino en uno mismo. La diferencia entre ambas civilizaciones es que la japonesa asumió desde muy al principio que el ambiente exterior no se podía cambiar significativamente, por mucho que uno se empeñara.” Escribió Sōseki en su novela Yo, el gato.
La historia es una prosopopeya que nos pone en el lugar de un astuto gato sin nombre que, de forma un tanto grandilocuente y cómica, relata diferentes escenas con las que se retrata la vida diaria de un conjunto de ciudadanos de Tokio que habitaban la capital nipona en tiempos de la Revolución del Meiji. De entre los que destacan la familia Kushami, cuyo hogar es donde vive el protagonista; el estudiante universitario Kangetsu, quien vive una historia de amor bastante apagada y Meitei, cuyos diálogos ambiguos hacen dudar sobre su veracidad.
“Lo único que conseguí fue extenuarme física y mentalmente. Estaba avergonzado de mi fracaso, pero ante semejante tropa ni el almirante Tōgō con todos sus recursos hubiera sido capaz de llevar a buen puerto su ataque.” Relató Sōseki y con lo que demostraba lo pretencioso que en ocasiones era el narrador gatuno al comparar su cacería de ratones con las batallas de uno de las más grandes estrategas militares que tuvo el Japón Imperial.
Mediante las observaciones del felino, el autor plantea interesantes reflexiones sobre la condición humana y quienes de alguna forma irónica en ocasiones también actúan de forma pretenciosa ante un mundo enorme y misterioso, que no terminan por entender.
Natsume Kinnosuke quien más tarde tomó el seudónimo de Sōseki, que significa terco en idioma chino. Plasmó en esta novela un tiempo de transición como lo fue la Revolución del Meiji en el archipiélago japonés, en el cual la sociedad japonesa salió de un aislamiento de casi cerca de dos siglos para convivir con la cultura occidental y empezó a abrirse al mundo.
“De una aseveración como ésa sólo puede deducirse que su estupidez había llegado a grados preocupantes. Pero, en el fondo, no le faltaba algo de razón. Era su costumbre alabar y apreciar lo que no entendía aunque hay que decir que esa manía, ciertamente, no era exclusiva del maestro. Cuando uno no entiende algo, todo su esfuerzo se centra en que los demás no lo noten para salvaguardar así su honor y buen nombre.” Escribió Natsume, quien no tenía reparos en contradecir constantemente las ideas expresadas previamente en su novela.
El título original 吾輩は猫である(Wagahai wa neko dearu) y que significa Yo, el gato en español, hace alusión a una forma muy pomposa de presentarse. Resultando irónico ya que el narrador es un gato sin nombre y que por lo que relata en las páginas de la obra, sabe muy bien su lugar en un mundo dominado por la raza humana. También en algunas partes de Japón esa frase puede ser utilizada para decir que alguien quiere tener una vida tranquila y llevar un ritmo lento en su día a día.
Yo, el gato es una opción atractiva para aquellas personas que buscan una lectura que intenta adentrarse en los misterios de la humanidad, sin caer en el error de sentenciar con pretensión sus ideas.
VCR/MM