Sin los contrapesos del Congreso y el Poder Judicial, hay una concentración de poder en el Ejecutivo
CDMX.- A cien días de su gobierno, la mandataria Claudia Sheinbaum confirmó que continuará con las obras que hizo el ex mandatario, aunque no sean rentables; es decir no son negocio y solo siguen en pie gracias al subsidio del dinero de los impuestos de los mexicanos, como son el Tren Maya, refinería Dos Bocas y la aerolínea Mexicana, que recién tuvo que quitar rutas de vuelo por falta de pasajeros. Aunque no funcionen al 100 por ciento estas obras, ya se anuncian otras rutas de trenes, al centro y norte del país.
También decidió impulsar la criticada Reforma al Poder Judicial, donde se desdeña a este pilar de la República mediante una reforma en la que se hace de menos la carrera académica judicial y se privilegia la elección de los juzgadores mediante voto popular; en unas costosas elecciones que, por si fuera poco, están suspendidas por orden judicial, pero el Congreso y el Ejecutivo siguen el procedimiento pasando por alto la ley.
Desde que entró en funciones Sheinbaum Pardo, se hicieron cambios en más de 60 artículos de la Carta Magna. La mitad de ellos impulsados por el propio López Obrador, que también están encaminadas a continuar con las dádivas de los programas sociales, pero poco impulso a la educación de calidad y a la modernización de la infraestructura del sector salud.
En conjunto, se trata de una reestructuración de partes importantes del Estado mexicano y de una concentración del poder. “No sé a dónde va a ir todo este caudal de poder”, dijo el académico doctor en Relaciones Internacionales, Arturo Pérez Ricart.
Eso podría conducir a que el Estado recupere la rectoría de sectores clave, quite poder a las redes criminales y ejecute más políticas públicas, lo que juicio del académico sería positivo. “O puede desembocar en un proceso de centralización que apague la crítica, que vuelva inoperante al Congreso o consolide un Estado de partido único».
«Los dos horizontes, están abiertos”, agregó el también investigador del CIDE.
El cambio de mayor calado -resaltó- es la reforma del Poder Judicial, la más criticada porque para muchos supondrá la politización de la justicia al hacer que los jueces sean elegidos por voto popular. También se suprimieron órganos autónomos y se blindaron los cambios constitucionales-
Además, se introdujeron reformas mayoritariamente alabadas sobre derechos indígenas y de género y otras que, más que servir como marco general de gobierno, son políticas de partido: los populares programas sociales o la cuestionada utilidad de prohibir el fentanilo o los vapeadores en la Carta Magna.
Conoce uno a uno las cien promesas que hace la mandataria en su discurso, ante un Zócalo repleto de acarreados y de gente creyente de las promesas de la 4T:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/964733/100_compromisos.pdf