El bailarín brasileño Victor Caixeta dejó sin dudar la compañía Mariinsky de San Petersburgo cuando estalló la guerra de Ucrania, hace casi tres años, y desde entonces vive la posibilidad de seguir en el ballet como un regalo, día a día.
«Puede parecer un cliché, pero ahora vivo como si cada día fuera mi último día como bailarín», explica en entrevista con AFP.
Con 25 años, Caixeta no se arrepiente de su decisión: dejó San Petersburgo en coche y sin dinero, y logró inmediatamente un puesto de bailarín principal en Ámsterdam, en la compañía nacional de Países Bajos, junto a la estrella rusa Olga Smirnova, que también había abandonado precipitadamente su país.
Ambos bailarán este domingo en la gala especial «Les beautés de la danse» en la sala Seine Musicale de París.
Nacido en Uberlandia (Minas Gérais), Caixeta llegó en 2017 al prestigioso ballet de Mariinsky, considerada la compañía «rival» del Bolshói, proveniente de Berlín. Tras una breve prueba, le propusieron quedarse.
A finales de febrero de 2022, se hallaba en Vladivostok, en el otro extremo de Rusia, cerca de la península de Corea, cuando se enteró de la entrada de las tropas rusas en Ucrania.
«Estaba ahí para unas funciones con mi pareja [de baile], la ucraniana Ekaterina Chebikina», recuerda.
«Hay mucha desinformación en internet, así que no sabías a quién creer. Pero luego me enteré directamente a través de ella, que estaba al teléfono con su familia todo el tiempo», añade.
«Fue al verla en escena, tan vulnerable, cuando decidí» que había que salir de Rusia, cuenta.
Olga Smirnova y otros artistas rusos tomaron la misma decisión. «Tenía que seguir mi conciencia», declaró la bailarina a AFP en mayo de 2022.
Para Caixeta, salir no fue traumático, pero sí complicado. «Mi dinero estaba bloqueado, mi tarjeta de crédito no funcionaba», explica.
Salió en auto rumbo a Estonia, luego a Berlín, donde se había formado como bailarín.
La despedida de la compañía rusa, de la ciudad donde creció profesionalmente, fue lo más duro para el bailarín brasileño.