GINEBRA, SUIZA.- Un patógeno respiratorio similar a los virus de la gripe o el covid-19 se baraja como posible origen de la enfermedad aún desconocida que ha causado decenas de muertos en la República Democrática del Congo (RDC), aunque también se analizan otras posibilidades como malaria o sarampión, informó este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Compartiremos más información sobre los esfuerzos encaminados a identificar la enfermedad lo antes posible”, señaló un comunicado de la agencia sanitaria de Naciones Unidas, en relación con esta patología desconocida que ha brotado en el oeste de RD Congo.
La OMS indicó que desde finales de noviembre responsables locales de la organización han prestado apoyo a las autoridades sanitarias de la zona afectada, y a ellos se van a unir próximamente otros expertos.
El equipo de la OMS integra epidemiólogos, médicos, técnicos de laboratorio y expertos en prevención y control de infecciones y comunicación de riesgos.
Este nuevo contingente “apoyará a las autoridades sanitarias de la RDC a proseguir las investigaciones sobre la causa de la enfermedad”, indicó el comunicado de la OMS.
Según el Ministerio de Salud Pública congolés, se han reportado 394 casos sospechosos, 30 de ellos mortales, en la localidad de Panzi, epicentro de la enfermedad, situada en la provincia suroccidental de Kwango y a unos 700 kilómetros al sureste de la capital de la RDC, Kinshasa.
Se trata de una zona de difícil acceso por carretera, donde las redes de comunicación son muy limitadas, indicó la OMS, quien señaló que se han detectado casos en siete de los distritos sanitarios de la provincia.
Ante esta situación, la República Democrática de Congo (RDC) está en “alerta máxima” y la cifra de muertos varía de un día a otro.
Ayer jueves, el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba Mulamba, hablaba de al menos 71 muertos.
“Estamos en alerta máxima, es decir, consideramos que se trata de un nivel de epidemia que debemos vigilar lo más de cerca posible”, dijo el ministro Mulamba en una rueda de prensa en la capital congoleña, Kinsasa, al destacar que los menores de cinco años suponen alrededor del 40 % de los casos detectados.
Los síntomas del extraño padecimiento incluyen fiebre, dolores de cabeza, secreción nasal y tos, dificultad para respirar y anemia.
Italia y Hong Kong aumentan su vigilancia
Las autoridades italianas han anunciado que llevan a cabo una “vigilancia activa” y un “monitoreo constante” del brote de esta enfermedad desconocida en la República Democrática del Congo.
“Hemos activado de inmediato los procedimientos para elevar nuestra atención en puertos y aeropuertos”, confirmó este viernes el director general de Prevención del ministerio de Sanidad, Francesco Vaia, y pidió “nunca subestimar, pero nunca alarmarse”.
También las autoridades hongkonesas han reforzado las medidas de control sanitario para todos los vuelos procedentes de centros de tránsito africanos, como Johannesburgo y Adís Abeba.
Los pasajeros que llegan desde estos lugares están siendo sometidos a rigurosas evaluaciones sanitarias con el fin de prevenir la propagación de la enfermedad no identificada.
Se insta a los ciudadanos a mantener la vigilancia, especialmente a quienes planean viajar a la zona afectada, enfatizando la importancia de la higiene personal, evitar lugares concurridos y buscar atención médica de inmediato si presentan malestar tras el viaje.
Enfermedad posiblemente de tipo respiratorio
Aunque esperan obtener los resultados de las pruebas para establecer un diagnóstico claro en un plazo de unas 48 horas, el ministro congoleño Mulamba señaló este jueves que los síntomas observados apuntan a una enfermedad de tipo respiratorio, si bien no está claro si se trata de una patología bacteriana o vírica.
“Estamos discutiendo con todos los especialistas (…) para ver las primeras hipótesis que podemos emitir”, aseveró el ministro.
La espera se debe a que Panzi, una zona muy remota a la que un equipo de expertos enviado por el Gobierno congoleño tardó “dos días” en llegar tras recibir la alarma, no cuenta con capacidad de laboratorio, así que las muestras recogidas tuvieron que ser enviadas a otra localidad situada a unos 500 kilómetros.
“La tasa de mortalidad de en torno al 7,5 – 8 % nos hace pensar que no es covid”, subrayó el ministro, si bien admitió que la fragilidad de la población en el área afectada podría hacer que un posible brote de covid tuviera efectos más mortíferos.
En este sentido, destacó que Panzi sufre altas tasas de malnutrición infantil y se enfrenta actualmente no solo a sarampión, sino también a una gripe estacional que podría estar golpeando con más dureza a los habitantes por esas vulnerabilidades.
Los expertos tampoco saben si la anemia detectada en algunos de los fallecidos constituye un síntoma de la enfermedad o está relacionada con las carencias alimentarias y las altas tasas de paludismo registradas en la zona que, además, se vio golpeada hace dos años por un brote de fiebre tifoidea.
Según las autoridades congoleñas, los casos empezaron a registrarse desde el pasado 24 de octubre, pero no les llegó la primera alarma hasta finales de noviembre, tras lo que un equipo que incluía tres epidemiólogos fue enviado “inmediatamente” a la zona.
“Tenemos todo lo necesario para responder a una epidemia, tenemos la protección contra las infecciones, tenemos medicamentos, pero nos hace falta un diagnóstico”, añadió, al admitir que los servicios médicos rurales en el país no disponen de muchas de las herramientas para responder a enfermedades respiratorias como, por ejemplo, oxígeno.
En otra rueda de prensa virtual celebrada ayer jueves, John Kaseya, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC de África), anunció que la agencia de salud pública de la Unión Africana (UA) enviará al lugar un equipo de expertos para ayudar a las autoridades congoleñas.
“Hay muchas cosas que no sabemos, ni siquiera cual es el modo de transmisión”, destacó Kaseya,
La República Democrática del Congo, inmersa ahora en esta enfermedad desconocida, sufre además un brote de mpox (enfermedad antes conocida como viruela símica) con más de 47.000 casos sospechosos y alrededor de un millar de muertes, lo que llevó a la OMS a declarar una emergencia internacional por su avance, aún vigente, el pasado mes de agosto.
La enfermedad X
La Organización Mundial de la Salud emplea el concepto enfermedad X en referencia a un hipotético patógeno que podría causar una epidemia global grave, pero no se refiere a una enfermedad real y que exista.
La OMS incluyó este concepto en 2018 en la lista de patógenos prioritarios para prepararse ante posibles futuras amenazas. Acompañaban a la enfermedad X, algunas tan conocidas como el ébola y el virus del Zika; la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo o la fiebre de Lassa; y el síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS- Cov).
En 2020, surgió la pandemia de covid-19 causada por un virus hasta entonces desconocido, el SARS-CoV-2.
Esta organización de salud precisa que enfermedad X se trata de un concepto para prevenir a los sistemas de farmacovigilancia y de salud ante un patógeno desconocido.
Asimismo, detalla que el objetivo es estar preparados en términos de investigación para lograr fármacos y vacunas que puedan responder a esa amenaza.