El tren es un medio de movilidad, que forma parte de una iniciativa para potenciar la llegada de proyectos que dañan el territorio maya
CIUDA DE MÉXICO.— El documental «Una herida en el Sur» aborda las afectaciones socioambientales y la violencia que enfrenta la Península de Yucatán ante la construcción del Tren Maya, Producido por Kanan Derechos Humanos, Pata de Perro Films y CEJIL, el audiovisual estará disponible en plataformas digitales para su libre acceso.
El documental presenta una serie de denuncias sobre cómo la construcción del Tren Maya ha provocado una profunda transformación en la región. Voces de biólogos, ecologistas y personas defensoras de la tierra destacan las graves consecuencias ambientales, como la deforestación masiva y la pérdida de biodiversidad.
Además de la destrucción y los daños a la naturaleza, el Tren Maya fue financiado con más US$28.500 millones, sin capital privado ni extranjero, los contratos para el balastro, el desmonte, la tala de árboles de madera fina y todas las obras otorgadas a empresarios o particulares, el ex presidente las dejó con candado por «seguridad nacional». Además el ex funcionario tabasqueño dejó instrucciones para mantener al tren con financiamiento de los mexicanos, ya que la obra no es autofinanciable.
Además, las comunidades indígenas han denunciado que no se realizó una consulta previa, libre e informada sobre la instalación del tren, lo que ha generado un clima de tensión y despojo de tierras. En muchas zonas, las tierras han sido arrebatadas para proyectos turísticos, inmobiliarios y agroindustriales.
“Este documental fue el esfuerzo colectivo en el que participó mucha gente de la Península con sus testimonios, memorias, reflexiones, imágenes de dron, subacuáticas, aportes en especie, guion, edición, composición musical y dando muchas horas de trabajo”, señaló Jairo Mukul, integrante de Pata de Perro Films.
Las periodistas Mariana Beltrán, Katia Rejón y Lilia Balam fueron las encargadas de realizar la investigación para plasmarla en el documental Una herida en el Sur. El audiovisual no solo es un registro de los impactos del Tren Maya, sino un llamado urgente a reconsiderar las políticas extractivas que afectan a la región.
“En conjunto hicimos una investigación en Quintana Roo, Campeche y Yucatán y partió del trabajo que día a día hacíamos como periodistas y que se transformó en encontrar y centrarnos en casos específicos. Uno de los casos que podrán ver en el documental es el de una familia de Escárcega Campeche, ellos habían sufrido diversas violaciones a derechos humanos y culminó en el asesinato de uno de los familiares”, afirmó Mariana Beltrán en conferencia de prensa.
Una herida en el Sur es un documental de libre acceso, pues de acuerdo con la periodista desde el principio de su investigación se propusieron que este fuera una herramienta de defensa de derechos, y que el proyecto no se limitara solo para ciertos espacios, festivales o plataformas.
El estreno del fue el viernes 18 de octubre en Mérida, Yucatán, y estará disponible en sus canales digitales. El documental pone al centro la voz de ejidatarios, biólogos, ecologistas, personas defensoras de la tierra y activistas, para abordar las transformaciones socioambientales en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
“Este documental fue el esfuerzo colectivo en el que participó mucha gente de la Península con sus testimonios, memorias, reflexiones, imágenes de dron, subacuáticas, aportes en especie, guión, edición, composición musical y dando muchas horas de trabajo», señaló Jairo Mukul, integrante de Pata de Perro Films.
«Este proyecto busca cuestionar los discursos oficiales, hacernos preguntas desde quienes habitamos este territorio, para que exista un registro de estos cambios, de un tren militar que no sólo transportará turistas, sino que hará cambios en nuestra tierra”, agregó.
A través del audiovisual, las organizaciones exponen que a pesar de que el Estado planteó que el megaproyecto del Tren Maya solo iba a ser un medio de movilidad, en realidad es una iniciativa a largo plazo para reordenar la zona y potenciar la llegada de proyectos que dañan el territorio maya, como las industrias de turismo masivo, inmobiliarias, de manufactura y la agroindustria.
Entre las arbitrariedades que expone Una herida en el Sur se menciona la falta de medidas ambientales para la instalación del Tren Maya, la opacidad sobre sus impactos y beneficios, así como la falta de una consulta previa, libre e informada a los pueblos y comunidades indígenas de acuerdo a estándares internacionales.
La producción audiovisual surgió a finales del 2021, luego de los cuestionamientos sobre cuáles serían los efectos y repercusiones que iba a tener el Tren Maya en la región. Mismos que se desconocían en ese momento.
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