- Cuando Damiel se enamora de la trapecista Marion, alberga el deseo de convertirse en humano
- Un relato fantástico de un ángel que camina por calles de Berlín… y quién sabe si también susurra a tu lado
Por Mario Marentes
La complejidad del cine permite reflejar los misteriosos elementos que conforman nuestro mundo. La película Las alas del Deseo del cineasta alemán Wim Wenders, te permite tener un ángulo de visión completamente inesperado sobre el acto de vivir una vida mortal y cotidiana. Convirtiendo el día a día en algo mágico, mediante un relato fantástico y a la vez misterioso.
“Supongo que mi manera de ver al mundo está muy moldeada por el hecho de que crecí de inmediato después de la guerra, en una ciudad totalmente aplanada. Dusseldorf estaba entre un 80 y un 90 por ciento destruida. Así que de niño das por sentado que así es como el mundo se ve. No me encontraba asombrado porque no conocía otra cosa, además de escombros y chimeneas y casas a la mitad. Así que mi primera visión de un mundo diferente fueron las pinturas.” dijo Wim Wenders para el Louisiana Channel del Museo de Arte Moderno Lousiana, ubicado en Dinamarca.
La historia nos pone en el lugar de Damiel, un ángel que pasa los días de su existencia inmortal, caminando entre las calles de una Berlín dividida por el Muro de Berlín. Gracias a sus poderes de ser divino es capaz de conocer los pensamientos de las personas que habitan o que están de paso por dicha ciudad alemana. Maravillado por la vida cotidiana de los seres humanos y por su forma de vivir sus vidas mortales.
“Me gusta mucho el enfoque documentalista para la filmación. De que colocas tu cámara y empiezas, cualquier cosa que pasa enfrente una vez y es casi milagroso que lo grabas y lo puedes volver a ver. Lo que pasa, el ave, el perro que cruza la calle y las nubes que se mueven. Es un evento único y en un modo extraño, casi sagrado que puedas hacer eso y no debes interferir. Por años no me gustaba cortar, porque sentía que no debía cortar el flujo del tiempo», mencionó Wim Wenders en entrevista para el canal de YouTube danés, Louisiana Channel.
Poco a poco ese asombro por la complejidad de la humanidad terminará por impulsar al protagonista a desear intercambiar su vida angelical e inmortal por la vida de una persona. Que desde su perspectiva dista mucho de ser común y ordinaria.
El misterioso guión que le da voz a esta película, se conforma en su mayoría de monólogos internos que terminan por construir un camino directo al inconsciente de la mente de los personajes que conforman esta historia.
“Muchas de mis películas usan el mismo lente y muevo la cámara, así que me muevo más cerca si quiero ver algo de cerca y me alejo si quiero tener una perspectiva más amplia. Así que hay una relación con el acto de observar. Filmar está muy relacionado al acto de observar y trato de respetar el acto de ver, trato de respetar el ángulo y la visión del campo de visión que tiene la vista humana”, comentó Wim Wenders sobre su forma de grabar sus historias.
Una de las tantas riquezas con las que cuenta la historia radica en su enfoque estoico ante los vaivenes de la vida. En donde nos recuerda que nuestro campo de acción radica en qué actitud tenemos ante las situaciones que vivimos y cómo decidimos hacerles frente en nuestro propios términos.
“Tenía 24 años cuando hice mi primer largometraje y pensé que era muy afortunado y que regresaría a pintar pero lo que dure voy a sacar el mayor provecho de esto y eventualmente me di cuenta que no era más un pintor, era un pintor fracasado, pero había encontrado algo más», dijo entre risas Wim Wenders para el Louisiana Channel.
En estos días de reflexión previos al Día de Muertos, la película La alas del deseo de Wim Wenders se presenta como una oda a la vida y una celebración a la existencia humana. Que está acompañada de toda una variedad compuesta de aspectos positivos y negativos.
VCR/MM