· Se confiesa culpable de hacer periodismo
Por Roberto Fuentes Vivar
El caso de Julián Assange no ha terminado. En esta semana dio un sesgo importante al ser declarado como preso político por parte de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), tras una reunión de dos días en los que él se confesó “culpable de hacer periodismo.
En Estrasburgo, Francia, esta asamblea, que agrupa a representantes de 46 países de la zona europea, adoptó una resolución en la que señala que el proceso jurídico contra Julián Assange, fundador de Wikileaks, tuvo motivos políticos.
Tras un debate, en el cual el periodista rompió el silencio que había mantenido desde que fue liberado en junio pasado, la asamblea, con 121 votantes, decidió con 88 opiniones a favor y 13 en contra, resolvió declarar al comunicador australiano como preso político.
Assange, de 53 años, levantó el puño al enterarse la resolución, luego de que pasó 14 años recluido, primero en la embajada de Ecuador en Londres y después en la prisión de Belmarsh, cerca de la capital británica, de donde fue liberado en virtud de un acuerdo con la justicia de Estados Unidos.
La APCE celebró efusivamente la liberación de Assange y el hecho de que se haya reunido con su familia, dicta la resolución. Sin embargo, sigue profundamente preocupada por el trato infligido a Julian Assange y teme que estas medidas “generen un efecto disuasorio y un clima de autocensura para todos los periodistas”.
Si miran la definición de un preso político, Julián Assange y su caso se ajustan a esta definición, declaró Thorhildur Sunna Aevarsdottir, durante el debate basado en un informe presentado por esta representante islandesa.
Assange publicó en 2010 cientos de miles de documentos clasificados sobre las actividades militares y diplomáticas de Estados Unidos, además de relatos sobre ejecuciones extrajudiciales y recopilación de información contra los aliados de Washington.
En junio, Assange se declaró culpable como parte de un acuerdo con la justicia estadunidense que le permitió recuperar la libertad, tras lo que regresó a Australia.
Incluso, el escrito aprobado por los parlamentarios europeos se opuso con firmeza a la extradición de Assange a Estados Unidos y pidió una reforma de la ley de espionaje estadunidense y mayor protección para los denunciantes.
Un día antes, Julián Assange, aseguró ayer ante el Consejo de Europa que fue liberado tras declararse culpable de haber hecho periodismo, en sus primeras declaraciones desde su salida en junio de una prisión en Reino Unido.
No soy libre hoy porque el sistema funcionó, sino porque, tras años de encarcelamiento, me declaré culpable de haber hecho periodismo, iteró ante la comisión del Consejo de Europa que examinó las condiciones y el impacto de su detención.
“Me declaré culpable de buscar información de una fuente y me declaré culpable de informar al público de la naturaleza de esa información. No me declaré culpable de ningún otro cargo”, dijo el periodista, curiosamente vestido de traje y corbata, según narraron las agencias noticias.
El pasado miércoles, su organización explicó que acudiría a declarar en persona ante el Consejo de Europa dada la naturaleza excepcional de la invitación.
Todo el mundo puede ver que está agotado, que todavía se está recuperando, declaró Stella Assange tras el encuentro de hora y media en Estrasburgo. Su marido dijo esperar que su testimonio pueda ayudar a aquellos cuyos casos son menos visibles pero que son igual de vulnerables, y denunció que existe cada vez más impunidad, más secretismo, más represalias por decir la verdad y más autocensura.
El periodismo no es un crimen, es el pilar de una sociedad libre e informada, subrayó.
La resolución también urge a Estados Unidos a investigar los presuntos crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos revelados por Assange y por WikiLeaks.
Chelsea Manning, la analista de inteligencia del ejército que filtró los cientos de miles documentos a Assange, pasó siete años en la cárcel antes de que en 2017 el entonces presidente Barack Obama le conmutara la pena de 35 años de prisión.
El presidente estadunidense, Joe Biden, que probablemente conceda algunos indultos antes de dejar el cargo en enero, calificó en el pasado al australiano de terrorista de alta tecnología. Sus partidarios lo celebran como un defensor de la libertad de expresión y el periodismo, pero sus detractores sostienen que la publicación de documentos sensibles puso en riesgo la vida de numerosas personas y la seguridad de Estados Unidos.
¡Continúen la lucha!, clamó Assange al término de su intervención.
La sentencia de esta asamblea europea se presenta en un momento crucial en el cual Israel aumenta cada día más la posibilidad de que sus acciones bélicas puedan provocar una nueva guerra mundial, apoyada incluso por la Organización de las Naciones Unidas, en donde Benjamín Netanyahu fue claro en que su país aumentará los ataques militares contra Siria, Beirut e Irán.
Y, desde luego, Netanyahu cuenta con el apoyo incondicional de Estados Unidos.
Dice el filósofo del metro: el periodismo no es delito, es deleite.
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