LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Desde que la teórica cinematográfica Laura Mulvey introdujo en su influyente ensayo de 1975 “Visual Pleasure and Narrative Cinema”, el concepto de la malegaze. Hemos tenido una palabra para nombrar un fenómeno que ya todas habíamos advertido: el cine hecho por hombres tiende a representar a los personajes femeninos de manera irreal.
El concepto de la malegaze (o mirada masculina) se utiliza para describir cómo las películas y otros medios audiovisuales se crean desde la perspectiva hegemónica del hombre blanco heterosexual, lo que implica que las mujeres se presentan como objetos de deseo y placer visual para el espectador masculino.
En su ensayo, Mulvey argumenta que el cine clásico de Hollywood reproduce estructuras de poder patriarcales al presentar las mujeres en pantalla de manera que las convierte en objetos pasivos del deseo masculino. Así, la carrera de Nicole Kidman, en sus primeros años bien podría haber sido enmarcada dentro de la perspectiva del malegaze. Siempre interpretó papeles cuyo mayor atributo era ser el objeto de deseo de algún hombre.
Sin embargo, en los últimos años, la actriz se ha aventurado a participar el proyectos dirigidos por mujeres y para mujeres. La novelista y ensayista Jennifer Weiner, escribió para el Times:
“Antes [Nicole Kidman] era célebre por interpretar al objeto del deseo de un hombre, en películas hechas por hombres y en gran medida para hombres; hoy muchos de los proyectos que protagoniza y produce están escritos y dirigidos por mujeres y se dirigen directamente a un público femenino. Tras destacar como objeto de la mirada masculina, ahora actúa y crea para la mirada femenina” (Weiner, 03 sep 2024).
Esto tiene que ver con un fenómeno reciente en Hollywood, donde las mujeres que rebasan la mediana edad han decidido apostar por proyectos diferentes a los que trabajaron en su juventud. En 2017 Kidman hizo la promesa ante los medios de que procuraría trabajar al menos una vez cada 18 meses con una directora mujer. Y hoy en el 2024 no ha fallado a su promesa. Hoy Kidman ofrece algo diferente, “algo más. En lugar de limitarse a invitar a los espectadores a admirar su rostro y sus formas (y a su compradora personal), el trabajo actual de Kidman les permite admirar tanto el poder como la vulnerabilidad de sus personajes” (Weiner, o3 sep 2024).
Pareciera que las cosas están mejorando, gracias a que grandes nombres como el de Kidman apuestan por proyectos más pequeños y más revolucionarios.