Por Bárbara Heredia
CDMX.- Ya este mes concluye el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dejó su orden de pendientes a la candidata presidencial electa, Claudia Sheinbaum, quien está devuelta este fin de semana luego de irse de Luna de Miel con su reciente esposo Jesús María Tarriba.
Aunque López Obrador había dicho que no dejaría obras inconclusas, hace unos días aceptó que le dejará algunas, pero no sólo obras sino consecuencias de iniciativas como la reforma al Poder Judicial ya sea que se apruebe o no en la legislatura, el tema del narcotráfico y la inseguridad, la corrupción que aún prevalece en muchos sectores, la carga de ordenar desaparecer organismos independientes, como el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) y otros como como la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) cuya labor es fundamental para garantizar la competencia económica justa y para que operen acuerdos como el trinacional con Estados Unidos y Canadá.
Le dejan un sistema de salud en condiciones mediocres y sin un sistema eficaz de adquisición de medicamentos, con una megafarmacia que no surte las recetas, y por si fuera poco finanzas nacionales estancadas.
También queda el caso Ayotzinapa relativo a la desaparición de 43 jóvenes estudiantes hace 10 años, caso que prometió resolver el mandatario, sin resultados pues los padres se quedaron esperando conocer la verdad del trágico suceso, del paradero de sus hijos; incluso algunos familiares ya fallecieron sin saber donde quedaron sus hijos, lo cual le causó mucha risa a Manuel Bartlett, quien participó en una de tantas reuniones con los deudos. Y pendientes están miles y miles de casos de madres buscadoras que no hallan a sus hijos, por mencionar solo un par de caos que esperan justicia.
Queda pendiente hacer rentable el Tren Maya, como medio turístico, y adecuarlo a la vez como tren de carga con una ampliación a Puerto Progreso, Yucatán. Además de resolver el tema de la contaminación que ha causado la megaobra, sobre todo en los mantos freáticos que abastecen de agua el sureste mexicano.
Además queda trunco el Tren Interoceánico, pues no quedará terminado en este gobierno, aunque ya opera el ferrocarril del Itsmo y está muy avanzado el de Coatzacoalcos a Palenque y se trabaja en el ferrocarril de Ixtepec hasta los límites con Guatemala.
Le quedan faraonicas obras que fueron muy costosas para el erario público, pero no son rentables por sí mismas, como lo es el AIFA, aeropuerto que no tiene la suficiente demanda y no resolvió la saturación del aeropuerto de la CDMX. Y ya se verá si ella puede echar andar la megaobra de la Refinería “Olmeca” de Dos Bocas, que hasta el momento no ha servido para refinar petróleo, pero sí ha arrojado cantidades dañinas de chapopote y otros desechos al mar.
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