Por José Luis Martínez S.
El Santo Oficio/ Milenio
El Fondo de Cultura Económica, fundado por Daniel Cosío Villegas en 1934, ha conocido buenos y malos tiempos, ninguno tan rascuache como ahora. Bajo la dirección de Paco Ignacio Taibo II, exitoso escritor en una empresa trasnacional, el catálogo del Fondo, con honrosas excepciones, se ha ido poblando de autores cuya gran virtud es el “compromiso social” y su coincidente mirada con los principios de un régimen presuntamente de izquierda.
El cartujo se flagela pensando en Taibo II después de conocer sus declaraciones en el Instituto Cervantes de Madrid, a donde acudió para depositar algunos libros publicados por el FCE en la Caja de las Letras de la institución dirigida por el poeta Luis García Montero. Entre esos libros está la primera edición de Pedro Páramo, de Juan Rulfo, impresa en 1955 con un tiraje de 2 mil ejemplares. La novela —recordó el funcionario— fue mal recibida por la crítica, aunque ahora se considera “una de las referencias fundamentales de nuestra literatura”. Debería leer a Marina Tsvietáieva quien dice: para reconocer el valor de una obra de arte —catalogada como “mala” o “magnífica” en su momento— “a menudo se requiere un siglo”, pero la paciencia no está entre las (ultrasecretas) cualidades de Taibo II.
En Madrid, el prolífico autor, de acuerdo con la información publicada en MILENIO, criticó la factura de esa primera edición de Pedro Páramo, diciendo: “[es un libro] bastante feíto, compañeros. Es una edición bastante medianita de una pasta dura, sin gracia, sin ilustración de portada. Es un libro bastante vulgarcito en el mejor sentido de la palabra”.
¿No se mordió la lengua?, se pregunta monje, quien no conoce esa edición pero sí los libros de las colecciones “populares” del actual FCE. No son “feítos”, sino horribles, “baratos” en el peor sentido del término.
Proclive a echarse porras, antes de su llegada, dice PIT II, el Fondo no tenía “una visión de que había que hacer pueblo leyendo y eso me indignaba”. Seis años después, de acuerdo con cifras del Inegi, la lectura en México se encuentra en su punto más bajo desde 2015. Malditos neoliberales.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.
OPINIÓN://www.milenio.com/opinion/jose-luis-martinez/el-santo-oficio/taibo-ii-hablando-de-orejas
Ilustración Otroangulo