Francisco Gómez Maza
Análisis a Fondo
· Los banqueros centrales, imposibilitados de recortar la tasa de interés
· Se requieren más datos positivos del comportamiento de la inflación
El actual presidente de la FED, el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, declaró que se necesitan datos más benignos de la inflación antes de recortar las tasas de interés. Esta declaración del funcionario del gobierno de Washington fue cogida al aire por el subgobernador del Banco de México, el experimentado economista Jonathan Heath, para justificar la política monetaria que aplica el instituto bancario central en el manejo del costo del dinero en el mercado local, no obstante que la semana pasada, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, declaró que hay “espacio” para más recortes de tasas. Sin embargo, los banqueros centrales están obligados a ser prudentes para dictar medidas severamente antiinflacionarias, no obstante que este proceso se ha venido desarrollando con tranquilidad y sin apuros. El nivel inflacionario es alto aun en la economía nacional, pero tiene visos de que puede mantenerse en niveles que permitan bajar el costo del dinero y apoyar con crédito el desarrollo de las actividades productivas, que tampoco están mal. El comportamiento de la marcha de la economía no indica un desbalance que pueda conducir a una situación en la que se ponga en riesgo el nivel del producto. Aunque hacia adelante… tenemos un espacio para hacer ajustes al grado de restricción, Heath insiste en que se necesitan “datos más benignos” de la inflación antes de recortar tasas en el país, en alusión a comentarios similares del presidente de la Fed, Jerome Powell. “Totalmente de acuerdo con Jerome Powell, escribió Heath en su cuenta de X. Se necesitan más datos benignos de inflación, antes de recortar tasas”. Powell lo dijo como parte de la política monetaria de la institución que él administra, el Banco de la Reserva Federal, pero dijo Heath: “Se aplica igual al caso de México”.
La Junta de Gobierno del instituto bancario central anunció, la semana pasada, que decidió mantener su tasa de interés de referencia en un 11%, pese a que tenía margen para recortarla, pero habría sido una grave imprudencia bajarla porque, aunque las circunstancias indican que la inflación no se disparará, nadie tiene seguridad de lo que vaya a ocurrir en lo futuro inmediato y menos en el futuro de largo plazo. La inflación general anual aumentó de 4.65 a 4.78% entre abril y la primera quincena de junio, ante un incremento en la inflación no subyacente. La inflación subyacente, que refleja de mejor manera la tendencia de la inflación, siguió disminuyendo al pasar de 4.37 a 4.17% en el mismo periodo. Las expectativas de inflación general para el cierre de 2024 exhibieron un ajuste al alza. Las correspondientes a la subyacente disminuyeron ligeramente. Las de mayor plazo permanecieron relativamente estables en niveles por encima de la meta. Y los banqueros centrales mexicanos anticipa que el proceso des inflacionario continuará. Si bien la depreciación de la moneda nacional influye al alza en el pronóstico de inflación, sus efectos se ven en parte contrarrestados por los correspondientes a la mayor debilidad de la actividad económica.
Las previsiones de inflación general y subyacente se ajustan ligeramente en algunos trimestres. Se sigue esperando que la inflación general converja a la meta en el cuarto trimestre de 2025. Con todo, estas previsiones están sujetas a riesgos. Al alza: i) Persistencia de la inflación subyacente; ii) Mayor depreciación cambiaria; iii) Mayores presiones de costos; iv) Afectaciones climáticas; y v) Escalamiento de conflictos geopolíticos. A la baja: i) Una actividad económica menor a la anticipada; ii) Un menor traspaso de algunas presiones de costos; y iii) Que el efecto de la depreciación cambiaria sobre la inflación sea menor al anticipado. La gente del Banxico considera que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación, en el horizonte de pronóstico, se mantiene sesgado al alza. Para tomar la decisión de no mover a la baja la Tasa, la Junta de Gobierno evaluó el comportamiento de la inflación y de sus determinantes, así como las expectativas de inflación. Opinó que los retos y riesgos en ambos lados del balance ameritan continuar con un manejo prudente de la política monetaria.
Con esta decisión, la postura monetaria del banco central se mantiene restrictiva y continuará siendo conducente a la convergencia de la inflación a la meta de 3%, en el horizonte de pronóstico. Hacia delante, los banqueros centrales prevén que el entorno inflacionario permita discutir ajustes en la tasa de referencia. Tomará en cuenta la perspectiva de que los choques globales seguirán desvaneciéndose y los efectos de una actividad económica más débil de lo que se tenía previamente anticipado. Deberá considerar también la incidencia de la postura monetaria restrictiva que se ha mantenido y la que siga imperando sobre la evolución de la inflación, a lo largo del horizonte en el que opera la política monetaria. Las acciones que se implementen serán tales que la tasa de referencia sea congruente, en todo momento, con la trayectoria requerida para propiciar la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3% en el plazo previsto.
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