Por Roberto Fuentes Vivar
CIUDAD DE MÈXICO.- Claudio X González, el empresario que ideó la alianza PAN-PRI-PRD y ungió a Xóchitl Gálvez como la candidata de la oposición, sabía de antemano que no ganaría la elección presidencial.
En un arranque de sinceridad (para algunos de cinismo), el hijo del cacique de los organismos empresariales habló ante panistas del Estado de México sobre lo que pasó en las elecciones del pasado dos de junio.
La información y el video que fueron publicados por Sin Embargo, permiten ver al heredero de la fábrica de papel Kimberly Clark reconocer la derrota por muchos motivos: desde la culpa (intrínseca, por no ser la candidata natural) de Xóchitl Gálvez, hasta la sobrestimación de los partidos (que repitieron una narrativa falaz y maniquea) y la subestimación del actual gobierno.
Ahí explica que desde siempre supieron (él y sus allegados de la llamada “sociedad civil”) que ganar la elección presidencial sería casi imposible, pero esperaban al menos mejorar la representación en el Congreso de la Unión y en los estados, lo que tampoco se logró por la abrumadora mayoría de Claudia Sheinbaum en los comisiones presidenciales y la abultada votación a favor de Morena y sus aliados para senadores y diputados.
El encuentro, con simpatizantes y miembros de la organización Sociedad Civil México -dirigido por la panista Ana Lucía Medina Galindo-, sirvió para que el empresario (quien fue dirigente del brazo social de Televisa) descargara su consciencia o por lo menos sus culpas.
“Es cierto, yo francamente consideraba muy complicado que ganáramos la presidencial, pero pensaba que nos íbamos a acercar lo suficiente para que nos legara eso una serie de contrapesos en la Cámara de Diputados, en la Cámara de Senadores, inclusive en los estados, y no fue el caso”, dijo ante un auditorio que lo ovacionó.
El hombre, en cuya casa de las Lomas se gestó la alianza del PRI-dijo que Xóchitl no era la candidata natural de la coalición, pero sí fue la persona correcta para contender en las elecciones presidenciales.
“Hubiera sido otra mujer, otro hombre y creo que Xóchitl fue la candidata correcta. Una mujer de una honorabilidad y de una entereza y de una resiliencia que difícilmente podemos nosotros imaginar”, según él.
“Como operador político y propagandista no lo deben subestimar (a presidente Andrés Manuel López Obrador). Sobreestimamos las fuerzas de nuestros partidos, que las fueron perdiendo, porque al perder gubernaturas pierdes base territorial”.
Fue para él una “elección de Estado”, en la cual “la propaganda tuvo su papel: A nuestra extraordinaria candidata le pegaron el mote de la candidata del PRIAN. Y del PRIAN venían hablando durante cinco años en el sentido de que eso significa corrupción, que eso significa pasado, que eso significa oligarquía, de que eso significa abuso. Entonces en lugar que nuestra candidata le entregara frescura a la coalición, la coalición le entregó el discurso maniqueo, falaz, mentiroso del Presidente a nuestra candidata”.
Abundó sobre este tema y textualmente señaló: “Y entonces millones y millones de mexicanos ya no la voltearon a ver, porque de alguna manera tenía una especie de pecado original. Eso, en términos propagandísticos, es muy poderoso. Y un segundo elemento propagandístico: Si votas en contra mía, pierdes los programa sociales. Esto lo hace inconstitucional, ilegal, y todo lo previamente comentado. Pero yo diría que esos elementos, entre muchos otros, son los más poderosos en explicar el resultado del domingo”.
Para lo que sigue consideró que “la libertad e igualdad son los elementos por lo que tenemos que pelear. Porque si no terminamos con el caldo de cultivo de lo que provoca el populismo, la pobreza, la desigualdad, la falta de movilidad social, la corrupción, etcétera, entonces siempre va a tener latente el problema. Nosotros nos tenemos que poner de lado también de la igualdad”.
El promotor de una oposición única (para lograr seguramente una polarización total de la sociedad) iteró que “nuestras causas están intactas: Democracia, libertad, justicia, igualdad son causas por las que siempre hay que pelear. Están intactas”. Nunca explicó a quienes pertenecen esas causas que considera suyas.
Ahora, copiando a “la revolución de las consciencias” de la que tanto han hablado el presidente López Obrador y la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, propone para el futuro una “revolución ciudadana”, no sólo para pensar en la elección presidencial de 2030, sino las estatales. “Entonces nos tenemos que ir pertrechando, están las municipales, los congresos locales”.
De alguna manera se deslindó de un partido de la “marea rosa”, aunque dijo que muchos lo van a intentar, pero descarta una ruptura con el PRI y el PAN. “Por el bien del país no podemos hacer eso. ¡No podemos hacer eso! Imagínense ustedes que nosotros ya nos olvidamos de ellos, ya no hablamos con los senadores panistas, con los senadores priistas o con los senadores emecistas. ¿Entonces quién nos va a defender en las cámaras?”.
Por cierto, el presidente en su mañanera del martes dijo que los líderes opositores en general y el empresario Claudio X. González en particular deben presentar un informe de los gastos que hicieron durante las campañas presidenciales y de cómo financiaron las campañas sucias.
Ya casi como colofón, para ver cómo Claudio X engañó a sus seguidores, en la reunión de Atizapán, una mujer le preguntó si nos íbamos a convertir en Venezuela y su respuesta fue tajante: no, nuestro país tiene otras características. No vamos a ser como Venezuela, Nicaragua o Cuba. Sin embargo el empresario financió parte de las campañas para asegurar que la Cuarta Transformación nos llevaría a una situación como la de Venezuela.
Todo parece indicar que este junior seguirá usurpando, por lo menos por los próximos seis años el supuesto liderazgo de la que él llama sociedad civil, a cuyos seguidores engañó durante toda la campaña sabiendo desde un principio que Xóchitl Gálvez no ganaría las elecciones presidencial.
Dice el filósofo del metro: para la sociedad no hay mayor daño que de sus líderes el engaño.