Sergio Gómez Montero*
Como un amanecer que apenas comienza a resplandecer, los cambios de régimen de gobierno no son hoy tan estruendosos como lo eran en épocas pasadas. Poco a poco, muy poco a poco el país registra hoy el cambio de régimen de gobierno, porque si bien fue un cambio estruendo (los millones de votos que acumuló la triunfadora), apenas y se comienza a vislumbrar lo que viene.
La atención, desde luego se ha centrado en lo inmediato: las reformas constitucionales que no se habían podido concretar, pero que hoy, conformado de otra manera el Congreso, podrán, paulatinamente, ir tomando forma y construyendo así un país totalmente diferente al que nos tocó vivir. Muchos, en efecto, no recibirán con júbilo lo que viene. Pero una gran mayoría de la población recibirá con júbilo ese futuro, como lo es, por ejemplo, algo en lo que aún se ha puesto énfasis: la política de género que, a partir de octubre, será la dominante en la Nación y más allá del número (51.2% de la población en México en la actualidad son mujeres) se comenzará a sentir, con fuerza, la presencia de una mujer en el Ejecutivo del país, gobernando con todo el impulso, empeño y apoyo de la población que, con tranquilidad, va a acompañar a su nueva Presidenta en todas las tareas que implica la gobernanza de un país que si bien no es un galimatías si es hoy un país que se construye venciendo las resistencias de algunos sectores de la población que no terminan de convencerse que la ruta hasta hoy seguida es la que más conviene a las grandes mayorías de la población, que, sin apresuramientos, va a ir registrando avances en la situación en la que vive.
Desde luego, a pesar de ser más en número las mujeres en el país, ello no quiere decir que con eso hayan quedado atrás el patriarcado o el machismo o los feminicidios; ellos como plagas, tendrán tarde que temprano que desaparecer y la vida social, de manera paulatina será más equilibrada, dándole tanto a hombre como a mujer el lugar social que a ambos corresponde y conviene.
Ese es el nuevo panorama social que habrá que vislumbrar de aquí en adelante y que, sin saltos bruscos ni sustos, permitirá que de manera paulatina el país sea otro, gobernado por una mujer sabia, inteligente, centrada en lo que hace, que siempre lo ha hecho bien, con calma y sabiduría.
Desde luego no es ésta la primera vez que en el mundo le toca a una mujer dirigir un país. Con anterioridad varias han atravesado exitosamente por ese trance; en gobiernos de izquierda y de derecha, y haciéndolo bien, la mayoría de las veces, al margen del género, lo cual quiere decir que eso, el género, no importa cuando se trata de gobernar.
Será diferente, sí, ver cómo el país va a avanzar con la fortaleza que lo viene haciendo, comandado hoy por una mujer. Nada nuevo, es probable, en el hacer todos los días gobierno. El cambio de figuras, de masculina a femenina, va a impactar los primeros días. Luego, todos y todas, nos vamos a dar cuenta que el país avanzará porque hay un proyecto de país –sólido, consecuente, atento a los intereses de toda la población– en el cual la mayoría cree y confía, al margen de que sea hombre o mujer el que lo dirija. Hoy fue mujer, qué suerte para nosotros.
*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
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junio 17, 2024
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ISEGORÍA: Lo que va cambiar
Por Vocero
Sergio Gómez Montero* Como un amanecer que apenas comienza a resplandecer, los cambios de régimen de gobierno no son hoy tan estruendosos como lo eran en épocas pasadas. Poco a poco, muy poco a poco el país registra hoy el cambio de régimen de gobierno, porque si bien fue un cambio estruendo (los millones de... Más [+]...