- Es un trastorno de sueño que se agrava cuando hay síntomas asociados a sensaciones
- Ocurre cuando no duermes bien ni las horas correctas
Por Bárbara Heredia
Alguna vez has sentido que se te sube el muerto cuando estás dormido, ¿sueñas algo tan desagradable que quieres despertar y no logras ni siquiera moverte?, esos son algunos de los síntomas de la parálisis del sueño, que se agudiza cuando incluso sientes que alguien está encima o hasta te sopla.
En su forma básica, la parálisis del sueño ciertamente es muy común. Estás medio dormido y medio despierto y te das cuenta de que no te puedes mover. Típicamente dura unos segundos. Es desconcertante, pero no es grave», explica por su parte Chris French, director de la Unidad de Investigación de Psicología Anomalística de la Universidad Goldsmiths de Londres.
«Pero menos comunes son los casos en los que hay síntomas asociados, como una sensación muy fuerte de que hay una presencia, algo en la habitación contigo… así no lo puedas ver u oír, está ahí, y no tiene buenas intenciones: quiere hacerte daño», comenta el experto en entrevista con BBC news.
«A veces puedes ver y oír a esa presencia. Es una experiencia alucinatoria».
Físicamente, «hay algo de evidencia de un aumento del flujo de sangre al área menos racional del cerebro», señala el neuropsicólogo Paul Broks. «Y la amígdala -un pequeño grupo de neuronas que está en lo profundo del cerebro y es el detector de peligro- entra en hiperactividad».
Y por fuera, «a menudo experimentan dificultades para respirar, sensación de presión en el pecho y un miedo intenso», completa French, antes de añadir lo que se sabe de esta… hasta la palabra pesadilla queda corta.
«En términos generales sabemos qué lo causa: en una noche normal de sueño uno pasa por ciclos de 90 minutos, en los que pasas de un estadio a otro. Tu ritmo cardíaco y respiratorio, las ondas cerebrales van cambiando».
«Pasas por eso hasta que entras en el sueño MOR (sueño de movimientos oculares rápidos). Esa es la fase asociada con sueños vívidos. En ese estadio, los músculos de tu cuerpo están paralizados, presuntamente para evitar que realices las acciones de tus sueños», explica.
«Pero en un episodio de parálisis del sueño, algo sale mal. En palabras sencillas: tu cerebro se despierta, pero tu cuerpo no». Puedes revertir eso y decir que todo lo real es imaginado, sugiere el neuropsicólogo.
«Es decir que, en términos del funcionamiento del cerebro, no hay una línea clara que divida lo que imaginamos y nuestra percepción del mundo que nos rodea. Ambos habitan los mismos circuitos del cerebro».
Así que la partición entre la realidad y la fantasía es endeble, y los monstruos de la parálisis del sueño pueden atravesar ese velo.
«Incluso nuestro propio cuerpo es una proyección imaginativa, por eso las alucinaciones pueden inmiscuirse en el espacio del cuerpo de la misma manera que los monstruos entran en tu cuarto«, dice Broks.
«Para quien sufre de parálisis del sueño, tienen todas las características que asociamos con criaturas reales. En ese sentido son indistinguibles de la realidad».
Las fases del sueño
Antes de que el cuerpo se duerma, se encuentra en lo que llamamos vigilia. En esta fase, la persona está despierta y es consciente de lo que ocurre a su alrededor.
Una vez el cuerpo se duerme pasa por distintas fases, que se dividen principalmente en fase noREM y fase REM, denominadas así haciendo referencia a los movimientos rápidos oculares (en inglés, Rapid Eye Movement (REM)). Un adulto sano duerme un 75% del tiempo en fase noREM y un 25% en fase REM.
En la fase noREM no se producen estos movimientos oculares y se divide en fas de adormecimiento (correspondiente al 10% del tiempo), fase de sueño ligero (un 45% del tiempo) y fase de sueño profundo (un 20% del tiempo).
En la fase REM se producen los movimientos rápidos oculares. Aunque el cuerpo en esta fase no se puede mover, el cerebro está muy activo, en esta fase es cuando se producen los sueños. Por otro lado, también se relaciona esta fase con los procesos de memoria y aprendizaje.