Por Luis Alberto García
*Hubo una tribu “prototarasca” o “tziranbánecha.
*Evidencias de una presencia real hacia 1200.
*La era dorada y hegemonía del rey Tariácuri.
*En Taximaroa, en 1476, la peor derrota de los mexicas.
*Zacatula y el río Balsas fueron incorporados al reino.
Morelia, Michoacán.- A inicios del periodo posclásico, existieron grupos étnicos no p’urhépechas que vivían en el actual estado de Michoacán: otomíes, matlatzincas, toltecas y nahuas, que abarcaban la mayor parte del territorio y una tribu calificada por investigadores como “prototarasca” o tziranbánecha.
Los integrantes de la dinastía Uacúsecha llegaron a la región alrededor de 1200 y existe evidencia de una presencia real de la época de cuando se asentaron en el cerro Uringuarapeo -de El Tecolote actual-, y se cuenta que pidieron al cacique de los Ziram Bénecha que les permitieran practicar el culto a Curicaveri.
Era el dios del fuego, y debían rendirle tributo; pero el cacique de Tziratziracámbaro se indignó por las exigencias de Ireti Ticátame, jefe de los purhépechas; sin embargo, la superioridad militar de los Uacúsecha impidió a los Ziram Bénecha tomar la ofensiva, les entregaron a tributo y a la hermana de su líder, Pispérame, quien tuvo un hijo con él, nombrándolo Sicuirancha.
En La guerra en Michoacán (Universidad de San Nicolás, Morelia 2019, Ricardo Carbajal explica que posteriormente los Ziram Bénecha y los purhépechas entraron en conflicto: los segundos tuvieron que dejar Uringuarapeo, donde permanecían para emigrar a otro pueblo.
Deseaban ubicarse cerca de Pátzcuaro, en Zichaxúcuaro, y ahí se mantuvieron durante el resto del reinado de Ireti Ticátame, quien murió en una guerra contra los señores de Comachuén, quienes también incendiaron el lugar en las alturas de la sierra.
Cuando Sicuirancha y otros hombres llegaron de una cacería encontraron la aldea incendiada, y este, junto con sus guerreros los atacaron y destruyeron, de manera que los vencidos fueron sometidos, y la capital renombrada Huayameo.
Sicuirancha murió alrededor de los noventa años, heredando el poder a su hijo Pauácume, cuando el cacicazgo de los purhépechas entró entonces en un periodo estable y de prosperidad en el que reinaron cinco cazonci.
Un irecha visionario, Tariácuri -narra el profesor Carbajal-, decidió reunir a las comunidades de alrededor del lago de Pátzcuaro creando en definitiva el reino purhépecha, y fue a partir de 1300 cuando se llevaron a cabo las primeras conquistas.
Durante su agonía -a decir de Ricardo Carbajal- impuso a tres de sus descendientes en el poder, dividiendo el reino en grandes fracciones: para Huiquingari en Pátzcuaro, Hirepan en Ihuatzio y Tanganxoán I en Tzintzuntzan.
Con la muerte de Tariácuri, su linaje mantuvo el control de los principales centros en la orilla del lago de Pátzcuaro, y Ricardo Carbajal detalla que el sobrino Tanganxoán I continuó la expansión en la zona de los alrededores de Cuitzeo, más allá del valle de Guayangareo, donde hoy se ubica Morelia, capital del estado de Michoacán.
Su hijo Tzitzipandácuri, tiempo después reunificó los tres señoríos formando así el ya cohesionado imperio, al empezarse a institucionalizar el sistema tributario y a consolidarse la unidad política, creándose una burocracia administrativa y de responsabilidades divididas.
En su explicación, Carbajal señala que, con los tributos de los territorios conquistados entre señores y nobles, en los años siguientes se financió la primera guerra purhépecha, en el tiempo en que Zacatula y el río Balsas fueron incorporados al reino, cada vez más centralizado.
Durante el reinado del irecha Tzitzipandácuri se conquistaron varias regiones, en el punto de auge del Estado purhépecha, ya que ese rey lograría expandir el territorio hasta los actuales estados de Jalisco, partes de Guanajuato, Querétaro, Estado de México, Colima y Guerrero.
Logró vencer a las tribus de origen chichimeca de la región áridoamericana, a los pames, jonaces, guamares y tecuexes, estableciendo dominios que abarcaban regiones enteras de Mesoamérica y Áridoamérica, además de los señoríos de Kuanasii Ato (hoy Guanajuato) y Yuririapúndaro.
En su libro, Ricardo Carbajal dice que “Tzitzipandácuari también logró derrotar a los indios tecos de Jalisco y a los guerreros de los cacicazgos aledaños, formando así los señoríos de Chapala, Tuxpan y Sayula, que abarcaron parte del actual estado de Jalisco”.
En 1460, el Estado purhépecha, en su máximo esplendor y hegemonía, llegó al Océano Pacífico conquistando la región de Zacatula y las costas de la bahía de Petatlán en los límites actuales de Michoacán y Guerrero.
Bajo el mando de Axayácatl, los mexicas capturaron en 1470 una serie de ciudades en posesión de los matlatzincas en la región poniente del actual Estado de México, provocando el éxodo de los derrotados hacia Michoacán, quienes fueron acogidos por el irecha.
Los tenochcas invadieron territorio purhé; pero fueron detenidos en Taximaroa, en los límites del reino, donde, en 1476, ambos ejércitos protagonizaron la mayor batalla del México precolombino, como lo consigna Ricardo Carbajal.
Finalmente el ejército del rey, irecha o cazonci purhépecha salió victorioso, provocando una de las derrotas más dolorosas del imperio mexica, medio siglo antes de la caída de la gran Tenochtitlán en 1521, cuando los españoles también lo conquistaron, en circunstancias absolutamente distintas.
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