Exigen en el Senado que la Semarnat informe las acciones para controlar el fuego, que extingue valiosa flora y fauna endémicas
Por Bárbara Heredia
CDMX.- Luego de que el sexenio de López Obrador redujo el presupuesto para la prevención y combate de incendios forestales, esta temporada de calor se han registrado más de 600 incendios forestales en el país, con la consiguiente pérdida de recursos forestales, biodiversidad y extinción de flora y fauna, ya que los combatientes no se dan abasto al contar con muy poca infraestructura para sofocar el fuego.
Además, el gobierno federal también minimizó los trabajos de investigación en torno a la biodiversidad mexicana, las formas de vida biológicas y sus hábitats, así como la ubicación de zonas calientes de México para prevenir incendios, entre muchas otros datos específicos de México y su naturaleza que hacía la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) que dirigió el ex rector de la UNAM, el biólogo José Sarukhán Kermez. Sencillamente se hizo un decreto presidencial para desaparecer al organismo y reducirlo a una oficina en Semarnart, dirigido por personal sin especialización.
De manera que en el Senado pidieron que Semarnat informe sobre acciones para reducir y controlar incendios forestales, porque en 10 entidades de la República, desde el 14 marzo, se registraban 611 incendios.
La senadora Cecilia Margarita Sánchez García solicitó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales informe sobre las acciones que la dependencia lleva a cabo para prevenir, reducir y controlar incendios forestales, atribuibles a actividades humanas en toda la República Mexicana.
En el punto de acuerdo, que fue turnado para su análisis a la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, la legisladora del PRI señaló que las altas temperaturas que se registran en la República son preocupantes, al igual que las sequías que afectan a presas, ríos, lagos y arroyos.
Además, el Servicio Meteorológico Nacional apuntó que el riesgo de incendios forestales, por las condiciones meteorológicas, es “muy alto” en Estado de México, Tlaxcala, Morelos y Ciudad de México; con un nivel “alto” en Coahuila, Durango, San Luis Potosí, Jalisco, Michoacán y Veracruz; mientras que, en el Norte, Noreste, Occidente, Centro y Sur del país el riesgo es “medio”.
Por otra parte, monitoreos detallaron que entre el 1 de enero y el 14 de marzo de este año, se registraron 611 incendios forestales en 23 entidades federativas de México, lo que afectó una superficie de más de 18 mil 500 hectáreas.
Al respecto, Sánchez García precisó que, a veces, los incendios se inician por alguna actividad relacionada con los seres humanos, como las fogatas que no se apagan correctamente, las quemas agropecuarias, que habitualmente se realizan entre enero y mayo, o las de basureros que no tienen un control o no son supervisadas de manera adecuada.
También pueden iniciarse por vidrios rotos que funcionan como lupas sobre el pasto o la hierba seca, lo que provoca que se enciendan e, incluso, pueden ser de origen natural, por la caída de un rayo en un árbol, la chispa generada por la caída de algunas rocas o por el material incandescente que se libera por alguna erupción volcánica.
“El fuego causado en forma natural, accidental o intencional consume los combustibles naturales como hojas y ramas secas situados en el nivel inferior de bosques y selvas; sin embargo, las llamas pueden quemar los troncos y las ramas secas de arbustos y árboles, convirtiéndose en un incendio de gran dimensión”, acotó la senadora.
Sánchez García pidió estar atentos a los incendios forestales, pues contribuyen al calentamiento global y, en las áreas donde se registran, se incrementa la erosión del suelo, disminuye la cobertura vegetal y quita la protección del impacto de las pocas lluvias que se registran.
Advirtió que las emisiones a la atmósfera como dióxido de carbono, ozono o partículas muy pequeñas que se quedan suspendidas en el aire, pueden incrementar los problemas relacionados con enfermedades respiratorias o en ocasiones cardiovasculares.
Además, dijo, hay pérdida de biodiversidad y los incendios pueden calcinar pueblos, casas y vehículos, desapareciendo todo por donde pasan e, incluso, en algunos casos llegan a cobrar vidas humanas.
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