- Por arriba de las puntadas del presidente AMLO, está México y su tradición diplomática en política exterior
- Los reyes suecos fueron invitados a dar un paseo por el Tren Maya, pero al conocer la destrucción ambiental que ha causado el gobierno federal, ya mejor ni lo visitaron
Por Víctor Sánchez Baños
CDMX.- La semana pasada, el rey de Suecia Carlos XVI Gustavo, y su esposa, la reina Silvia, visitaron la Ciudad de México y, lo que ahora no nos sorprende, no les dieron trato de jefes de Estado. Les dieron trato de turistas. Así, la tradicional diplomacia mexicana se tiró al drenaje.
Las groserías fueron incontables. El presidente López Obrador no asistió al evento ofrecido por los Reyes suecos, por razones ideológicas. Quizá piensa que, por el simple hecho de estrechar sus manos se acaba la democracia y se reconocen las monarquías en el mundo.
A López Obrador “se le olvida”, que la existencia de una Monarquía en cualquier país, es decisión sus ciudadanos, y a eso, no lo entienden, también se les llama democracia.
AMLO le pidió al jefe de gobierno Martí Batres que leyera un discurso durante la cena protocolaria que se llevó a cabo en el salón terraza Chapultepec y en donde estaban presentes entre otros personajes, la secretaria de relaciones exteriores, Alicia Bárcena; la secretaria de Cultura, Alejandra, Fraustro, y el secretario de Turismo, Miguel Torruco.
Como es una tradición, por mera cortesía, el gobernador o el jefe de gobierno de la ciudad que visita de dignatarios extranjeros, reciben las llaves de la ciudad. En esta ocasión no ocurrió. Materialmente fueron despreciados y sólo cancelaron la postal que tendría el Tren Maya recibiendo a los reyes de Suecia.
Por si fuera poco, en el Senado de la República remitieron a los Reyes a un distante cuarto, lejano al salón del pleno donde se discutían problemas políticos. No sé pidió a Senadores una pausa a la sesión para que el Rey sueco hablara a los legisladores.
Lo pusieron, en compañía de su esposa, bajó una lona de plástico para que pudiera firmar el libro de visitas. Eso ea todo.
Durante toda su estancia, los Reyes tuvieron que escuchar discursos propagandísticos de la izquierda, e incluso no sonreír por las confusiones de los políticos de Morena, al hablar de Suecia o Dinamarca.
Posteriormente, los Reyes suecos fueron invitados a dar un paseo por el Tren Maya, a lo que declinaron. De manera diplomática, no mencionaron el motivo, pero se sabe ahora que sus asesores, les informaron a los monarcas europeos que esa obra habría destruido varios puntos de la naturaleza de la península de Yucatán, destruido Cenotes, cavernas ancestrales, ojos de agua, así como flora y fauna de la región. Todo, por un capricho del actual presidente de la República.
Lo que debemos reflexionar los mexicanos es la manera como lleva la política exterior, el actual gobierno. Al paso de “diversos sexenios, de diversos partidos”, se han mantenido la misma línea de respeto al derecho, ajeno, como símbolo de la paz. Palabras grandiosas del Benemérito de las Américas, Benito Juárez.
El maltrato a los Reyes suecos lleva a otra reflexión, también: es necesario eliminar las ideas del político en turno en Palacio Nacional, ya que los intereses de la nación están por encima del presidente de la República, o de cualquier hombre en el país, o cualquier partido o cualquier tendencia ideológica.
Si no lo entienden nuestros políticos, y estimulan condiciones de pleito con nuestros vecinos en el planeta tierra, simplemente estaremos en la antesala del aislamiento.
Los suecos hacen inversiones en varias partes del mundo, incluido México, esto genera empleo y el empleo, bienestar.
Si, por las puntada del titular del Ejecutivo, se aleja el bienestar de los mexicanos, entonces no son primero los pobres; son primero los intereses e ideas del presidente. De esa manera no cumple con sus responsabilidades en el país.
OPINIÓN/ PODER Y DINERO
VSB