CIUDAD DE MÉXICO. – La captura de tres integrantes de sicarios al servicio de Los Chapitos permitió conocer la existencia del grupo Los Cazadores o Los Alfas, en el estado de Sonora, cuya encomienda no sólo era aniquilar a los enemigos de sus jefes, sino exterminarlos hasta el grado de desaparecerlos, para lo cual los descuartizaban, los disolvían en ácido o los incineraban.
De acuerdo con el Grupo Sol Corporativo, la detención de Gildardo Domínguez Soto, alias El Copechi, jefe de plaza de Los Cazadores, así como de sus lugartenientes, Fidel Contreras y Luis Palomares, ligados a múltiples asesinatos y desapariciones, así como al tráfico de migrantes a su paso por Sonora, por sus siete cruces fronterizos que tiene con Arizona, fue realizada a mediados de este mes de febrero por miembros del Ejército Mexicano.
El Copechi es uno de los principales lugartenientes de Jesús Humberto Limón López, alias “El Chubeto”; quien mantiene el control pese a estar preso desde junio de 2021, así como de Isaías Valentín Orona Amador, alias “El Cardenal” o “El Comanche”.
Luego de varios cateos en los municipios de Hermosillo, Magdalena de Kino y Tubutama, fue aprehendido El Copechi junto con sus dos cómplices y enviados al Centro Federal de Readaptación Social Número 1, “El Altiplano”, en el Estado de México, luego de que un juez los vinculó a proceso por delincuencia organizada, acopio de armas de uso exclusivo del Ejército, homicidios y tráfico y desaparición de personas.
En el curso de las investigaciones se estableció que los Alfas nacieron bajo el cobijo de los hermanos Guzmán, quienes los destinaron para una labor destructiva, aniquiladora, no sólo para abatir a los enemigos de su organización, sino para desaparecerlos por completo, mediante el desmembramiento, la disolución en ácidos y la incineración.
Esa carta abierta los convirtió en feroces, sanguinarios y despiadados asesinos, sembrando el terror en los principales municipios de Sonora, pues era sabido que aquel o aquellos que llegaban a ser “levantados” por los Alfas o Cazadores, no se les volvía a ver.
La desaparición de dos mujeres en el municipio de Altar, Sonora; la calcinación de una persona en la plaza pública Benjamín Hill, en el mismo estado; la muerte de otra persona que fue localizada desmembrada en el interior de una hielera en Santa Ana, Sonora; y muchos otros casos daban muestra de la destructiva labor de Los Cazadores.
Hasta mediados del pasado 2023, de acuerdo con reportes de inteligencia de la Fiscalía General de la República, se les consideraba el brazo exterminador de Los Chapitos, pero al ver el temor y la manera en la que se apoderaron de diversos territorios del estado, decidieron independizarse y actuar por cuenta propia.
Uno de esos casos fue el registrado los primeros días de febrero de este 2024, cuando se les relacionó en el enfrentamiento con el Cártel de Caborca, donde se vio afectado un grupo considerable de personas migrantes, quienes fueron rescatadas por personal de SEDENA y autoridades del Estado de Sonora.
En otro caso, utilizaron una excavadora para poder derribar un portón e ingresar a un domicilio en la zona cercana a la base de la Guardia Nacional, para localizar a sus adversarios en el municipio de Pitiquito, todo sucedió a plena luz del día y con varios testigos en el lugar, pero nadie se atrevió a intervenir.
-“¡Ámonos recio, puro Cazadores!”, gritaba uno de los sicarios que vigilaba las acciones de la máquina que arremetía con su pala metálica contra la fachada del inmueble, perteneciente al “Yiyo”, uno de los líderes del Cártel de Caborca.
El Yiyo, presuntamente, supervisa el corredor del Cártel de Sinaloa en Nogales junto con su mano derecha, Leonardo Pineda Armenta, el 20. La célula de los Yiyos estaría conformada por Melitón Rochín Hurtado, el 63; así como por Jorge Damián Román Figueroa, el Soldado; Gilberto Martínez Rentería, el 50; Jaime Humberto González Higuera, el Tunco; y Luis Alberto Carrillo Jiménez.
Otra de sus actividades criminales recientes se registró en abril de 2023, cuando las autoridades detuvieron a tres de sus integrantes en inmediaciones de Caborca, donde disputan el territorio a familiares del cártel homónimo que comandan familiares de Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos.
Los Cazadores se enfrentaron a balazos contra policías de Sonora en Altar en aras de liberar a Israel, Carlos y Jesús, tres de sus sicarios a los que habían decomisado fusiles de asalto, metralletas y granadas de expansión.
Fue necesario el arribo del Ejército, la Guardia Nacional y un helicóptero para poner a los detenidos a disposición de la Fiscalía General de la República, pero durante las acciones Los Alfas les robaron cuatro patrullas que después presumieron por las calles como trofeos.
De igual manera, se acreditó que participaban en el tráfico de armas y municiones, de personas, droga y precursores químicos, además de que desmembraban, disolvían en ácido e incineraban a las víctimas luego de reyertas armadas en las que integrantes de uno y otro bando resultaban muertos.
Actualmente, y pese a ya no formar parte de La Chapiza, Los Cazadores se muestran con descaro, armados y amenazantes para mostrar su dominio en en Sonora; en sus incursiones se observan enfrentamientos, destrucción de casas rivales, “levantones” y hasta el robo de patrullas en los que hacen sus “particulares desfiles”.
En octubre de 2023, antes de separarse de Los Caotos, lanzaron la prohibición de venta, elaboración y cualquier negocio relacionado con el fentanilo.
“Atención. Esto es para informar al gobierno y a la comunidad que no se va a permitir el trasiego, venta, elaboración y cualquier negocio relacionado con el fentanilo en las localidades de Altar, Sasabe, Saric, Santa Ana, Benjamín, Magdalena y sus alrededores. De no obedecer esta orden aténgase a las consecuencias. Atte. Grupo Cazadores”.
Esas advertencias se sumaron a las que hizo otro grupo armado vinculado a la facción de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán: Los Pelones, que tienen una fuerte presencia en Sonoyta, Caborca y Pitiquito.
Los principales enemigos de Los Cazadores son Rodrigo Páez Quintero, sobrino de Rafael Caro Quintero, el llamado Narco de Narcos, y Jesús Darío Murrieta Navarro, alias Cara de Cochi, que a su vez tiene vínculos familiares con Ramón Quintero Páez, el Tiko, y José Gil Caro Quintero.
Así, entre asesinatos de policías, cuerpos colgados en puentes, levantones, enfrentamientos, desapariciones y múltiples asesinatos transcurre la vida para los sonorenses que tienen que ser obligados testigos de la cruenta y permanente guerra a muerte no sólo entre el Cártel de Sinaloa y el de Caborca, sino también con Los Cazadores que asimilaron muy bien la escuela de Los Chapitos y ahora se les enfrentan de tú a tú.
AM.MX/fm
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marzo 6, 2024
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Alfas o Cazadores: escuadrones de exterminio
Por Vocero
CIUDAD DE MÉXICO. – La captura de tres integrantes de sicarios al servicio de Los Chapitos permitió conocer la existencia del grupo Los Cazadores o Los Alfas, en el estado de Sonora, cuya encomienda no sólo era aniquilar a los enemigos de sus jefes, sino exterminarlos hasta el grado de desaparecerlos, para lo cual los... Más [+]...