PRISMA EMPRESARIAL
Por Gerardo Flores Ledesma
OTRA VEZ, el presidente López Obrador retomó la agenda pública que le había arrebatado Xóchitl Gálvez, desde hace 3 semanas, pero no como él quisiera.
El Ejecutivo aún no termina de digerir el coraje que hizo pasar el reportaje publicado por The New York Times (NYT) en el que subraya que el gobierno de Estados Unidos investigó por años a “confidentes cercanos” a López Obrador que se reunieron con cárteles de la droga antes de su triunfo en 2018.
La investigación periodística revela información sobre los posibles vínculos entre líderes de los cárteles de la droga con asesores y funcionarios mexicanos cercanos al López Obrador mientras gobernaba el país.
Se dan detalles de las reuniones de “cercanos” a AMLO con Ismael Zambada, uno de los líderes del cartel de Sinaloa y desembolsos de hasta por 4 millones de dólares por parte de los Zetas o fundadores del cartel de Golfo, hoy del Noreste, en apoyo a su campaña político-electoral.
El presidente acusó que no hay pruebas para estos señalamientos y que “es una vergüenza” que exista este tipo de periodismo que “está en franca decadencia” y llamó “pasquín inmundo” al NYT New York Times”.
El NYT lamentó que AMLO, en su conferencia mañanera, haya revelado el contenido de la carta enviada al vocero Jesús Ramírez y el número telefónico de Natalie Kitroeff, jefa de la corresponsalía de NYT en México.
Sea o no amenazante el tono de NYT y si está en riesgo la seguridad de la periodista de EU, está claro que el tema ya rebasó el ámbito de las vías diplomáticas, y AMLO abrió un frente de guerra que quizá no consideraba en sus últimos meses como presidente.
Hay quien le ha sugerido a AMLO acudir a los tribunales de EU a exponer una demanda, pero otros le han recomendado que ni lo piense, porque tendría que demostrar que la información del NYT es falsa y debería presentarse ante aquellos tribunales. Creemos que la guerra contra López Obrador, desde EU, apenas empieza.
La sugerencia al presidente es que ya no le eche leña al fuego, porque hasta el INAI ya abrió una investigación de oficio a la Presidencia por revelar información de la reportera del NYT en su mañanera.
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EL DESMENTIDO que hizo el ex presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, a López Obrador sobre la autonomía del Poder Judicial es otro desaguisado que aún provoca agruras al Ejecutivo, quien había dicho, también en su matutina, que Zaldívar ayudaba al gobierno a influir en las decisiones de jueces para evitar que criminales salieran de prisión. La grave declaración que vulnera la división de poderes fue rechazada por Zaldívar, quien aclaró que siempre ha defendido la autonomía y la independencia de los jueces durante los 4 años que fue presidente y que nunca habló a ningún representante de la justicia para sugerirle, o instruirle que fallara en favor o en contra de asunto algunos. Obviamente, uno de los dos personajes miente.
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A LA medallista olímpica y otrora orgullo nacional, Ana Gabriela Guevara, actual titular de la CONADE, no le calienta ni el sol porque la Fiscalía General de la República (FGR) le abrió dos carpetas de investigación por presuntos malos manejos y desvío de recursos por unos 280 millones de pesos. Como decía el cómico mexicano Pompin Iglesias: ¡Qué bonita familia… que bonita familia!
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