Por Mario Marentes
“Cuando muere Viktor Strandgård, en realidad no es la primera vez que sucede. Está tumbado de espaldas en la Iglesia de la Fuente de Nueva Fortaleza y mira hacia arriba a través de los enormes ventanales, que hay en el techo. Es como si no hubiera nada entre él y el oscuro cielo de invierno” son las primeras líneas con las que la escritora sueca Åsa Larsson construye el misterio de su novela Aurora Boreal.
Fiel a la esencia de la novela negra escandinava, esta historia se encuentra llena de ambigüedades morales y de situaciones en donde nada es lo que aparenta. Siendo el asesinato de un joven pastor el catalizador para que la protagonista Rebecka Martinsson desentrañe los oscuros y vergonzosos secretos que su pueblo natal Kiruna, oculta tras el disfraz de una comunidad pintoresca y esencialmente religiosa. Todo con el objetivo de limpiar el nombre de la que era su mejor amiga y quien es una de las principales sospechosas de haber cometido el crimen.
Con la lectura de este interesante enigma uno se va convirtiendo en cómplice de su protagonista y de la oficial de policía encargada de la investigación, Anna-Maria Mella. Al buscar resolver el misterio que plantea la autora sueca desde sus primeras páginas.
“Hay algo que Rebecka no logra ver. Como una imagen de aquellas que son un hormiguero de puntos. De repente aparece un dibujo. Ahora tiene la misma sensación. Todos los puntos están ahí. Sólo tiene que descubrir la figura que los une” se lee en la novela de Åsa Larsson, una de las máximas exponentes de la novela negra escandinava.
Con el correr de los diversos capítulos que conforman este relato será latente que la respuesta a este complejo enigma le terminará costando muy caro a la heroína de la novela. Cuya integridad física y mental serán puestas a prueba de forma brutal.
“A Rebecka se le encogió el estómago. Se le erizó el vello de la nuca y de los brazos, pero pudo resistir el impulso de volver la cabeza para ver si alguien la estaba observando”, escribió Åsa Larsson.
El pueblo de Kiruna, escenario de esta excitante novela, es también el pueblo natal de la autora del libro. Aquel remoto sitio, ubicado a 200 km al norte del Círculo Polar, con sus veranos con un Sol que nunca se oculta, con crudos y gélidos inviernos serían junto con la estricta educación religiosa que recibió en su infancia, la chispa que encendería la imaginación de la escritora.
En su 20 aniversario esta novela sigue siendo un muy interesante misterio policiaco que plantea una serie de cuestionamientos sobre la naturaleza humana. Aurora Boreal le hizo ganar a Åsa Larsson, el Premio de la Asociación de Escritores Suecos de Novela Negra a Mejor Primer Novela en 2003. Y en definitiva es una excelente opción para quien busque una muy buena historia de suspenso que leer durante este otoño.
VCR/MM