Los científicos creen que esas moléculas podrían haber llegado a nuestro planeta a bordo de meteoritos
La NASA logró traer a la Tierra una muestra de un asteroide, que proporcionará información única sobre el origen de la vida y sobre la formación del sistema solar hace unos 4,500 millones de años. La cápsula de la NASA que contiene las muestras del asteroide Bennu aterrizó a las 08.52 hora local (14.52 GMT) en el desierto de Utah (Estados Unidos), lo que puso fin a un viaje de siete años.
De acuerdo con la agencia EFE, el argentino Lucas Paganini, científico planetario de la NASA, informó que Bennu contiene moléculas que se remontan a la formación del sistema solar hace 4,500 millones de años y que podría arrojar luz sobre preguntas que han intrigado a la humanidad durante siglos, como el origen de la vida y del propio sistema solar.
“Los asteroides son muy importantes porque son los desechos de cuando se formaron los planetas 4,500 millones de años atrás. Son como cápsulas del tiempo, equivalentes a fósiles de dinosaurios que nos permiten saber qué estaba ocurriendo hace millones de años. En este caso, con nuestra misión, estamos viajando miles de millones de años atrás en el tiempo”, explicó Paganini.
Los científicos creen que esas moléculas podrían haber llegado a nuestro planeta a bordo de meteoritos y, por tanto, analizar la composición de Bennu les servirá para comprobar esa hipótesis y esclarecer qué papel podrían haber jugado los cuerpos celestes en el origen de la vida.
Precisamente, los científicos eligieron Bennu porque es relativamente rico en moléculas orgánicas y, además, tiene una órbita conocida, lo que facilitó que la nave nodriza Osiris-Rex pudiera acercarse para tomar muestras.
Descubierto en 1999, se cree que Bennu se formó a partir de fragmentos de un asteroide mucho más grande tras una colisión. Mide medio kilómetro de ancho, aproximadamente la altura del Empire State Building, y su superficie negra y rugosa está llena de rocas grandes.
Además, existe la hipótesis de que Bennu colisione con la Tierra en 159 años y, aunque esta posibilidad es de solo un 0.057%, esta misión de la NASA también serviría para ver cómo cambiar la trayectoria del asteroide si fuera necesario, dijo a EFE Paganini.
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