Por Avelino Granados*
Segunda y última parte
«El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila», reza el viejo refrán que pareciera ser la máxima de los políticos cuando se encuentran en campaña. Con tal de ganar adeptos proponen acciones incluso imposibles de concretar. Las buenas intenciones son una cosa y la realidad es otra. De ahí que no se trata de aceptar a uno u otro candidato de acuerdo con sus buenas intenciones.
Para convencer al electorado, el candidato en turno debe demostrar con números y letras lo que está proponiendo; es decir, que la promesa sí es posible de realizar. Lo importante no es el qué, sino el cómo. Y es en esto último dónde casi todos los políticos fracasan.
Cabe recordar las promesas de campaña del otrora candidato Andrés Manuel López Obrador, quien prometía las perlas de la virgen, pero que se quebraba cuando se le cuestionaba cómo lo iba a lograr. No tenía ni idea de cómo. Para salir al paso de esos cuestionamientos, su solución era que todo lo iba a lograr combatiendo la corrupción. Bueno, a cinco años de eso, ahí están los resultados.
Lo anterior viene al caso cuando nos referimos a la propuesta sobre seguridad que se atrevió a hacer el aún no precandidato Marcelo Ebrard, derivado de sus experiencias por el mundo, principalmente de Estados Unidos, donde la alta tecnología cumple un papel determinante como apoyo a las tareas policiales.
Marcelo Ebrard expuso un plan que, dice, llevaría a cabo de ser Presidente de México. Lo llama plan Ángel, que significa Avanzadas Normas de Geolocalización y Seguridad, en el que incluye ocho puntos generales: Reconocimiento facial en vías públicas; Identificadores de disparos; Detectores de armas; Reconocimiento morfológico; Rastreadores de vehículos; Drones de seguimiento y rastreo; Cámaras inteligentes y, finalmente, el uso de Inteligencia Artificial.
Respecto al primer punto, “reconocimiento facial” que al parecer ya se utiliza en algunos estados, propone unir todos los sistemas en ese sentido para aplicarlos en todo el país. En segundo lugar, propone traer a nuestro país la tecnología que ya se utiliza en Estados Unidos, consistente en el “identificador de disparos” que ayudaría a reconocer el lugar exacto dónde se disparó un arma, mientras que el equipo llamado “detectores de armas”, servirá para descubrir la presencia de armas en personas y vehículos.
Para analizar los patrones de comportamiento de los sospechosos, el posible precandidato de Morena habló de equipo para el “reconocimiento morfológico de los criminales”; ello dijo, facilitará las detenciones de presuntos delincuentes porque se podrá identificar, por ejemplo, su forma de actuar y de caminar. Con los “rastreadores de vehículos” y el “uso de drones para seguimiento y rastreo” en conjunto, se facilitaría la persecución de los integrantes de la delincuencia, aunado al uso de “cámaras inteligentes», ya que, de contar con ellas, cada elemento de la Guardia Nacional contaría con una grabadora que transmitiría sus acciones en tiempo real.
Finalmente, el posible candidato morenista propuso el uso de Inteligencia Artificial con la finalidad de crear una base de datos que permita reunir toda la información que arrojen estos programas, para poder hacer cruces informativos con la finalidad de atacar y prevenir los crímenes.
Esto último es algo que ya se venía utilizando con el programa llamado Plataforma México, creado y adquirido con apoyo de la iniciativa privada, por Genaro García Luna cuando estaba al frente de la Secretaría de Seguridad Pública y era utilizado por la otrora Policía Federal desde el sexenio de Felipe Calderón.
La verdad, no está claro si Plataforma México sigue utilizándose ahora con la GN o si también fue destruida por el presente gobierno como otros programas de sexenios anteriores.
Ahora bien, el primer “cómo” que tendría que contestar Ebrard es con cuánto presupuesto se cuenta para concretar lo que plantea ya que, viendo el ambicioso plan, no se resolvería con unos cuántos pesos. Estamos hablando de alta tecnología que cuesta muy cara. Derivada de su experiencia como jefe de la Policía capitalina durante el gobierno de López Obrador, del año 2000 al 2005, bien podría proponer la participación de la iniciativa privada, ya que un plan como ese sería imposible de lograrse sólo con dinero del erario. Pero eso aún no lo puede decir, porque seguiría en la línea de contradecir al Presidente AMLO.
El siguiente paso sería que ese tipo de propuestas requieren de legislarse. Es decir, estamos hablando de reconocimientos faciales, morfológicos y la utilización de drones e Inteligencia Artificial, lo cual implica que habrá opositores a esas acciones dado que significa invasión de la intimidad de las personas y, dirán algunos, violación a los derechos humanos. Ello requeriría serias discusiones en el Congreso para poder aprobar esa iniciativa.
Por último, quien utilizaría esa tecnología serían, como él dice, los guardias nacionales, lo que implica invertir dinero y tiempo para la capacitación. Si a cinco años de su creación la Guardia Nacional no ha podido ejercer las actividades policiacas por falta de capacitación en ese sentido, de cuánto sería la inversión y el tiempo para que además puedan trabajar con alta tecnología.
Como vemos, prometer es fácil cuando se está en campaña, pero el cómo aterrizar las promesas, es lo complicado para los candidatos.
PARA REFLEXIONAR
Ya inició la polémica entre Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum sobre el tema de seguridad. Por lo pronto ambos aún se critican entre sonrisas y gestos fraternales. ¿Cuánto durará esa fraternal forma de contradecirse?
VCR/AV
* Especialista en temas de seguridad
vocero1@gmail.com