Por Avelino Granados *
Primera de dos partes
El nerviosismo que el “fenómeno Xóchitl Gálvez” despertó en el Presidente Andrés Manuel López Obrador no es gratuito. Y es que, al inesperado despegue que la senadora hidalguense ha tenido ante el imaginario colectivo en su propósito por ser la candidata opositora a la Presidencia de la República, se suma el desgaste que se presenta en las precandidaturas de Morena representadas por Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto López.
A casi dos meses de que los cuatro morenistas iniciaron su periplo por la República Mexicana, en un recorrido que de ninguna manera es una “precampaña”, aunque así lo parezca, el Presidente AMLO, al parecer, tenía la esperanza de que a estas alturas sus cuatro enviados ya estarían encumbrados y rebosantes de aceptación por parte del electorado mexicano.
Sin embargo, el panorama se le presenta turbio. Por un lado, no contaba con el fenómeno Xóchitl Gálvez y, por el otro, el desgaste de sus “no precandidatos”, quienes repiten lo mismo a lo largo de sus giras y quieren encontrar la aceptación del público con adulaciones al jefe de Estado. Y pensar que les falta casi un mes de “no precampaña”.
Siendo así, es natural el deterioro que han sufrido los cuatro “no precandidatos” de Morena, puesto que a la par de las prohibiciones surgidas desde Palacio Nacional en el sentido de no criticar acción alguna del actual gobierno, el INE ordenó a las también llamadas coloquialmente “corcholatas” de Morena, abstenerse de promocionar la plataforma de su partido y de realizar promesas electorales, porque el periodo de precampañas está previsto hasta noviembre. La única encomienda presidencial fue que recorrieran el país para resaltar las acciones de la llamada cuarta transformación, es decir, del presente Gobierno. Y para eso ya está la mañanera de AMLO, de por sí ya desgastada también.
Ante ese escenario, sólo Marcelo Ebrard se arriesgó un poco a salirse del guión oficial al atreverse a tocar uno de los temas más sensibles de la presente administración. Me refiero al tema de la seguridad, enarbolado por el Presidente AMLO con su fallida “estrategia” de combatir a la delincuencia con “abrazos y no balazos” -soportado con el apoyo a los programas sociales-, cuyos resultados hasta ahora son sin lugar a dudas negativos, dado el incremento de los homicidios dolosos y el empoderamiento de los grupos criminales en el país.
Marcelo presentó en diversos foros del país su propuesta de seguridad llamada Ángel, un acrónimo que significa Avanzadas Normas de Geolocalización y Seguridad, en la que incluye el apoyo de tecnología e Inteligencia Artificial para el combate a la delincuencia.
Con su propuesta, podría vislumbrarse una velada crítica de Marcelo Ebrard al actual programa de seguridad puesto en marcha por el gobierno de López Obrador. Por eso y tal vez para no ser tan obvio en este sentido, el ex secretario de Relaciones Exteriores señala que su proyecto está encaminado a fortalecer a la Guardia Nacional. No obstante, ya hay quienes ven en esas declaraciones una especie de mensaje de rebelión ante las ataduras de López Obrador, puesto que se atrevió a apostar por otra estrategia, muy distinta a la que opera en la llamada cuarta transformación.
En suma, el ambicioso plan Ángel de Marcelo se sustenta en ocho puntos que refieren el uso de tecnología avanzada como principal herramienta para el combate a la delincuencia: Reconocimiento facial en vías públicas; Identificadores de disparos; Detectores de armas; Reconocimiento morfológico; Rastreadores de vehículos; Drones de seguimiento y rastreo; Cámaras inteligentes y, finalmente, el uso de Inteligencia Artificial.
Habrá que ver cuánto costará ese proyecto, lo que implica ponerlo en marcha y si en verdad será aprovechado por la, hasta ahora, inoperante Guardia Nacional.
PARA REFLEXIONAR…
Dice el Presidente Andrés Manuel López Obrador:
Que sus adversarios conservadores y sus lacayos y achichincles quisieran que le vaya mal a su gobierno. Pero ya se está logrando avanzar en el propósito de pacificar al país. Por eso andan desesperados porque no les resulta nada.
Pregunto yo:
¿Qué resultados tienen que dar sus adversarios? ¿Que no el que tiene que dar resultados es el Presidente, no los conservadores?
* Especialista en temas de seguridad.
vocero1@gmail.com