Pablo Cabañas Díaz
La palabra “poltergeist” proviene del alemán polter, “golpear”, y geist, “espíritu”. Algunos casos de poltergeists no han sido cabalmente explicados y podrian implicar la presencia de inteligencias desencarnadas. En otros casos, el fenómeno parece ser ocasionado por la psicokinesis. El fenómeno contiene lluvias de piedras, de polvo y de otros objetos pequeños; lanzamientos y desplazamientos de objetos incluyendo muebles pesados; ruidos intensos, luces, apariciones y olores fétidos. Los poltergeists son capaces de interferir teléfonos y equipos electrónicos, y de encender y apagar las luces y los aparatos eléctricos. Algunos sujetos victimizados por la actividad poltergeist reportan lesiones somáticas, tales como pellizcos, mordidas, golpes y hasta agresiones sexuales a las personas que los experimentan. La actividad de los poltergeists, por lo general, comienza y termina de manera abrupta. Un episodio típico puede durar de varias horas a varios meses, e incluso se ha informado de algunos que se prolongaron durante varios años. La actividad casi siempre ocurre de noche, cuando alguien está presente, generalmente en torno a un “agente,” aquel que parece servir como foco o imán de la actividad. A fines del siglo XIX, la investigación de los fenómenos psíquicos permitió estudiar más críticamente el fenómeno. Entre los primeros investigadores se contaban los fundadores de la Society for Psychical Research (SPR), sir William Barrett y Frederic W.H. Myers. Este último creía que algunos casos de poltergeists eran auténticos. Según Harvey Irwin, cerca de 70% de los casos de “agentes centralizadores” o epicentros de actividad poltergeist son jóvenes menores de 20 años. En los años 30 del siglo XX, el psicólogo e investigador psíquico Nandor Fodor quien escribió la Enciclopedia de la ciencia psíquica , publicada por primera vez en 1934, elaboró la teoría de que algunos disturbios de poltergeists no eran causados por espíritus, sino por agentes humanos que sufrían de una intensa ira reprimida, hostilidad y tensión sexual. Fodor tuvo éxito en demostrar su teoría en varios casos, incluyendo el famoso caso Thornton Heath, ocurrido en Inglaterra, que Fodor investigó en 1938. Se trataba de una mujer cuyas represiones provocaban un brote de fenómenos poltergeists. Fodor fue duramente criticado por los espiritistas, a los cuales ganó un pleito por calumnias. En los eventos paranormales, las personas están –por lo general– psicológicamente ajustadas a su realidad. Los testigos coinciden en su descripción de los eventos: Puede escuchar claramente voces o diálogos de personas invisibles, objetos que entran en combustión espontáneamente, desplazamiento o rotura de vajillas o cristales, luces de diferente intensidad y tamaño, las personas pueden sentir olores nauseabundos muy intensos en lugares específicos donde no hay basura ni cuerpos en descomposición, la temperatura del sitio o de la habitación varia significativamente en relación con otros sitios de la casa (frío o calor intenso), los testigos o dueños de la casa experimentan náuseas, dolores corporales, o pueden sentir que son golpeados por “algo” invisible, aparición de manchas con formas específicas o manchas amorfas en sitios donde no circulan cañerías especialmente de agua, que produce humedad, los aparatos eléctricos se descomponen en forma inusual como si “se confabularan para no funcionar,” los focos de luz estallan sin causa aparente, piedras que caen o se desplazan en circuitos “rutinarios” o a velocidad increíble, pasos muy clara y nítidamente escuchados cerca de los testigos, y objetos que aparecen y desaparecen
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