CIUDAD DE MÉXICO.- La sustentabilidad es altamente coincidente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, impulsados por la Organización de las Naciones Unidas, e implica bienestar, igualdad de género y oportunidades, eliminar las diferencias –sobre todo en México–, se relaciona con el derecho a contar con un ambiente sano que se retroalimenta con las sociedades, contar con espacios adecuados y ciudades ordenadas, entre otros factores.
Lo anterior, de acuerdo con el director del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM, Diego Rafael Pérez Salicrup, quien añadió en entrevista:
La investigación en la materia es relevante para la Universidad, el país y el mundo; desde su creación (2015) hasta la fecha, esa entidad académica se ha consolidado como referente en el tema.
Sustentabilidad no es una moda, no es una aspiración, la debemos tener como un objeto de estudio que se puede investigar y transmitir a la sociedad para llegar a niveles cada vez más altos de bienestar, por eso es importantísima la investigación que hacemos en este Instituto. Hay que proyectarla a nivel nacional y ser un ejemplo internacional, sostuvo el director quien recientemente inició su segundo periodo (2023-2027) al frente del IIES.
El especialista en ecología de fuegos detalló que ahí se trabaja en ámbitos relevantes como manejo de plantas, entendimiento de procesos vegetales, uso de biocombustibles y educación ambiental; se busca reducir la edad promedio del personal de la institución.
La entidad universitaria fue acreditada en 2015 y para 2025 –cuando cumpla una década de trabajo– Pérez Salicrup espera tener un Instituto fortalecido y renovado. Por ejemplo, debido a que en la actualidad por cada investigadora hay dos investigadores, se prevé llegar a una paridad de uno a uno, además de incorporar a científicos más jóvenes con novedosas estrategias de trabajo, que formen una comunidad académica cordial, donde se privilegie aún más el trabajo colaborativo.
Entre las líneas de estudio que se impulsarán está la ecología y sustentabilidad urbana, a partir del punto de vista arquitectónico o geográfico y de entender procesos ecosistémicos que ocurren en sistemas urbanos generados por los humanos, que deben revisarse en sus dinámicas para llevar a una integridad ecosistémica que permita el bienestar de las poblaciones.
Otro tema relevante es la historia socioecosistémica, la historia ambiental, estudiada desde la formalidad académica, que permita fortalecer el trabajo de expertos en ciencias sociales, con una visión interdisciplinaria que lleve a la sostenibilidad.
Ejemplo de ello es el manejo del agua, un tópico donde la historia y su uso tienen un amplio panorama de mejora. Pérez Salicrup detalló que México es uno de los pocos países del mundo donde se construye un nuevo fraccionamiento y las aguas negras van a cuerpos superficiales de este recurso, casi sin tratamiento, por lo que el Instituto cuenta con expertas que abordan el acceso justo a este bien natural.
Necesitamos agua para sobrevivir y hacer prácticas más sustentables, es un tema que toca muchas aristas y ese es uno de los retos que tenemos en el Instituto: cómo hacer que una persona que tiene formación en sociales y una que trabaja ingeniería hídrica se comuniquen y generen hallazgos que no se encontrarían en cada una de estas disciplinas actuando por separado, aseguró.
A lo anterior se suma el desarrollo de ecotecnologías. Si bien se efectúa en el Instituto este tipo de trabajo -se cuenta con un investigador y dos becarios por México- es importante incluir a más personal en esas áreas, que planteen nuevas propuestas para aplicarlas en la sociedad, destacó Pérez Salicrup.
Acabamos de vivir una coyuntura que afectó a todo el mundo, una pandemia, que tuvo una dimensión ambiental que no siempre se reconoce. Se habla de cuestiones médicas, económicas, de las consecuencias sobre el bienestar de las personas, inclusive psicológica, pero debemos reconocer que una buena parte de lo que ocurrió con el origen de la emergencia sanitaria tuvo que ver con la desaparición de ambientes naturales, con la deforestación, la pérdida de conectividad de los ecosistemas y con la manera en que los manejamos; este tema se aborda desde la sostenibilidad, enfatizó el universitario.
Cada uno de estos rubros, prosiguió, implica el desarrollo de redes que interactúan unas con otras, lo que permite que las investigaciones que se realizan en el IIES puedan ser locales, pero el conocimiento generado tiene implicaciones globales; además, hay estudios de grandes bases de datos del clima del orbe para conocer conclusiones que pueden ser relevantes a nivel nacional, regional o local.
Respecto al Laboratorio Nacional de Innovación Ecotecnológica para la Sustentabilidad (LANIES), Pérez Salicrup subrayó: se trata de un espacio cuya capacidad de investigación novedosa combina la oferta de servicios a entidades públicas y privadas, especialmente análisis de suelo; evaluación ambiental y de productos; capacitación y otras ecotecnologías.
Ejemplo de ello fueron los talleres ofrecidos con el apoyo del gobierno de Michoacán, a fin de capacitar a productores en el uso de hongos benéficos para el suelo y el desarrollo de cultivos (biofábricas) para que los productores transiten hacia una agricultura más sustentable, que no dependa de los insumos agroquímicos que contaminan.
Actualmente, informó Pérez Salicrup, está por concluir la construcción de una serie de cámaras de ambientes controlados que se colocarán en la azotea del edificio del LANIES donde se podrán controlar variables como humedad relativa, temperatura y otras características, a fin de indagar qué ocurre con diversos tipos de plantas ante condiciones de cambio climático. A partir de esta información realizar proyecciones para entender las consecuencias de lo que sucede hoy en día a nivel planetario.