Por Edmundo Cázarez
Foto: Mario Aboytes Contreras
Instalados en una amplia y confortable sala finamente decorada y equipada con muebles de tela color rojo intenso, tipo colonial/provenzal y que es delimitada por unos enormes ventanales que le imprimen un toque de elegancia. Mientras que del otro lado del cristal, somos custodiados por tres hermosos tucanes multicolores que permanecen resguardados dentro de una enorme y bellísima jaula color blanco, colocada estratégicamente entre un milenario fresno y un durazno en pleno proceso de florecimiento, todo ello, en el interior de una preciosa vieja casona enclavada al sur de la Ciudad de México, en donde se respira un ambiente de absoluta tranquilidad, y que, para rematar, se escucha una magnifica selección de música clásica instrumental que inunda hasta el último rincón de este agradable lugar y que nos deleita el oído.
Sin lugar a dudas, un digno marco para entrevistar a Roberto Femat Ramírez, un destacado reportero de los años 70´s y 80´s, quien, con el paso del tiempo, se convirtió en un experto en cuestiones de comunicación social y relaciones públicas, a quien podemos calificar como un extraordinario anfitrión y un buen amigo.
Antes de iniciar la entrevista y como si fuera cosa de magia, de pronto, arriban hasta este lugar, una reducida parvada de siete colibríes, picoteando afanosamente los enormes ventanales como si trataran de pedir permiso para participar en la charla, convirtiéndose en una atmósfera de mucha paz y energía positiva. En ese preciso momento, hace acto de presencia su señora esposa María Alexandra, instante que aprovecha nuestro entrevistado, a manera de preámbulo, para compartirnos a mi compañero fotógrafo Mario Aboytes y a este reportero, con sobrada emoción, nos dice que están cumpliendo sus Bodas de Oro, y por ello, le obsequiará a su fiel compañera y madre de sus hijos, un inolvidable viaje de Luna de Miel por el viejo mundo y cuenca del Pacífico.
Femat Ramírez es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (1970-1974), graduándose con las más altas calificaciones y Mención Honorifica presentando la Tesis: “Los Partidos Políticos en México”, misma que fue publicada por Editorial Porrúa al considerarla un texto de enorme importancia. Asimismo, es licenciado en Periodismo por la SEP, además, cuenta con una Maestría en Derecho Constitucional y de Amparo por la Barra Nacional de Abogados.
Poseedor de una impresionante trayectoria académica y profesional, resultado de su inagotable hiperactividad, se ha esforzado por la obtención de Diplomados sobre Comunicación Social Gubernamental en el Instituto Nacional de Administración Pública -INAP-; en la Universidad George Washington y en la Cámara de Diputados, lo que le ha permitido poder impartir infinidad de conferencias en el Instituto de Estudios Superiores de Monterrey, en la Universidad del Tepeyac y en la Facultad de Derecho de la Barra Nacional de Abogados y otras más. En el aspecto profesional, ha ocupado diversos cargos, entre los que destacan: Coordinador General de Comunicación Social del ISSSTE. Director General de Análisis y Prospectiva de la Información de la Presidencia de la República. Coordinador General de Comunicación Social de la Cámara de Diputados, LVI Legislatura. Coordinador General de Comunicación Social de CONASUPO. Director de Información del Departamento del Distrito Federal. Director General de Comunicación Social de la Secretaría de Marina, sólo por mencionar algunas.
A sus 72 años de edad, sorprende por su vitalidad. Nos permite comprobar que es un verdadero experto en el tema de Comunicación Social y Relaciones Públicas. Durante el transcurso de la entrevista exclusiva que me concedió para ÍNDICE POLÍTICO, se muestra absolutamente sencillo y amable en su trato, dueño de una memoria privilegiada y accede someterse a la ráfaga de preguntas de este reportero sin poner objeción alguna. Sostiene que la comunicación es un simple instrumento de la política, además, nos narra lo que vivió cuando participó como integrante del Comité de Huelga de la Prepa 8, durante el Movimiento del 68, al que considera un parteaguas en la historia de este gran país.
-¿Cómo te va en la vida?
-Me va de maravilla querido Edmundo, tengo mucho que agradecerle a Dios y a la vida, que me haya proporcionado grandes satisfactores.
-Ahora sí que… ¿Gracias a la Vida?
-¡Indiscutiblemente!! De entrada y en primerísimo lugar, mi agradecimiento a mi esposa, unos hijos y nietos maravillosos. A lo mero macho y si me permites que me fusile tu frase, créeme que salgo sobrando a la vida de todo lo que he recibido de ella.
-Bueno, provienes de una buena familia….
-Tienes toda la razón, tuve el gran honor de contar con unos padres increíbles. Soy el séptimo hijo de los ocho hermanos que fuimos, porque cuatro de ellos, lamentablemente, ya se nos adelantaron en el camino de la vida.
-Lo que bien se siembra, buena cosecha se recoge…
-Tengo el ejemplo de mi padre, un gran señor totalmente esforzado en brindarnos una educación, conjuntamente con mi madre.
-¿A qué se dedicaba tu papá?
-Habiendo estudiado únicamente hasta el cuarto año de primaria, mi papá tenía dos chambitas: tranviario en el desaparecido Distrito Federal y cobrador de un banco, con grandes esfuerzos logró sacarnos adelante y educarnos, es decir, proporcionándonos escuela, lo cual, es digno de admirarse y hasta maravilloso.
-Y en el aspecto profesional ¿cómo te sientes?
-Desde el punto de vista profesional, me siento francamente satisfecho…
-A lo mero macho, ¿Crees que ya lograste todas tus metas?
-¡Noo!!, como tu dices, a lo mero macho, creo que me faltan todavía muchas cosas por hacer, pero realmente, me siento encantado con la vida que he llevado hasta ahorita.
-¿Pesa mucho ser el portavoz de grandes personajes de la política mexicana?
-Mira mi estimado Edmundo. Siempre he creído que la comunicación y las relaciones públicas son un activo importante de la política y de cualquier otra actividad humana.
-¿Un político, con los medios a su favor todo lo puede?
-¡Indudablemente!! Durante los últimos cuarenta años me he dedicado, en cuerpo y alma, a cuestiones de la comunicación en un número importante de dependencias e instituciones públicas y privadas.
-¿A lo mero macho, la comunicación es un mero auxiliar de la política?
-¡Que buena pregunta me formulas!! Como bien lo señalas, la comunicación es un simple instrumento de la política, en cierto grado…
-Disculpa que te interrumpa, ¿la comunicación, un mero instrumento o simple auxiliar de la política?
-¡Qué bueno que lo puntualices!! Efectivamente, la comunicación es un simple instrumento de la política. Es así, como he transitado durante las últimas décadas, colaborando al lado de grandes personajes de la vida política de nuestro país…
-¿Es muy pesado y hasta complicado ser el vocero de destacados personajes?
-¡Qué buena pregunta!!. Mira querido Edmundo. A lo mero macho, me siento muy satisfecho y honrado en que me hayan dado esa enorme oportunidad, siendo muy joven…
-¿Cómo es que empiezas a trabajar y a qué edad?
-Desde los 13 años en el periódico La Prensa…
-Antes de que me cuentes todo tu historial laboral…. ¿Cómo fue esa niñez?
-Ja, ja, ja. Ya sabia que te ibas a meter hasta la caja fuerte de los recuerdos…
-¿Te molesta?
-¡No!! claro que no….
-…Entonces, ¿por qué no quieres hablar de ello?
-¿Uff!!, contigo no se puede. ¡Está bien!! Fue una infancia sin ningún tipo de carencias…
-¿Es chido nacer en pañales de seda?
-¡Pues no lo sé!!, porque… Mmm, ¿pañales de seda? ¡No, fíjate que no!! Los pañales que nos ponían eran hechos a base de manta de cielo. -Antes de continuar con su respuesta, hace un breve paréntesis para saborear un té de yerbabuena y menta que le fue servido en un termo color verde- “Déjame contarte que mi papá se esforzó por brindarnos una vida digna. Vivíamos casi frente a la Ciudad de Los Deportes, en una pequeña privada o cerrada, habitando una casa de clase media baja y de renta congelada, ubicada en la calle de Pablo Cello que no contaba con pavimento, sino que estaba empedrada…
-No te puedes quejar, por ahí, no pasaban coches y podías jugar a las canicas…
-¡En efecto!!, era re´bueno para las canicas y hasta tiraba de “huesito”, por cierto, mis canicas favoritas eran los tréboles transparentes y las famosas “agüitas”.
-¿Y al balero, trompo, las escondidas y bote pateado…?
-Totalmente emocionado, con una enorme sonrisa, exclama: “¡Claro que sí!!, fue una niñez súper fabulosa… ¡Vaya, me estas moviendo el tapete muy gacho!!”
-¿Y en la escuela, eras medio aplicado o medio “burrito”?
-Nunca fui una “lumbrera” en la primaria ni en la secundaria…
-¿Simplemente del montón?
-Digamos que era un estudiante “estándar” Hum, no me considero que haya sido del “montón”., como dices, pero tampoco, un niño que se haya destacado en términos de calificaciones.
-¿Alumno de escuelas privadas?
-No, pues fíjate que no, sino que estuve en la Escuela Primaria Federal “República del Paraguay” que sigue estando ubicada en Mixcoac. Siempre fui alumno de escuelas oficiales.
-¿Y tus demás hermanos?
-Al ser el séptimo hijo, todos mis hermanos eran mayores que yo, ya habían concluido la primaria ahí mismo y accedieron a la Escuela Secundaria número 10
-Estando en la primaria, ¿cuál fue el grado que te costó más trabajo?
–Quinto de primaria…
-¿Por qué?
-¡No lo sé!!, quizás, puede ser que estas iniciando una etapa de tu vida en donde registras cambios hacia la pubertad y en donde vas encontrando o descubriendo ciertas cuestiones, y por lo mismo, ya no le dedicas más tiempo al estudio.
-A lo mero macho, aceptas y reconoces que fuiste medio flojo en la escuela…
-Ya que lo dices, la verdad es que sí. Nunca le dedique mucho tiempo a la escuela, era medio holgazán…
-Saliendo de la escuela, por las tardes ¿qué hacías?
-Efectivamente, toda la primaria acudí al turno matutino…
-¿Te pagabas a la televisión?
-¡Edmundo!!, estás tocando fibras muy sensibles. Quiero que sepas que la televisión en mi casa llegó tardíamente. Es decir, nací cuando la televisión se convierte en comercial, 1951, y para tener un televisor en casa era francamente difícil. Aquella fabulosa televisión que se hacía en blanco y negro.
-¿Cómo llega ese anhelado y portentoso medio de comunicación a tu casa?
-Pues resulta que mi hermano Ricardo se la ganó en un concurso, de tal suerte que en primaria no me tocó ver nada de televisión…
-¿En qué concurso se ganó la tele?
-Es que era cronista de box para el periódico La Prensa, de esta forma, los cronistas de box organizaban funciones en El Toreo de Cuatro Caminos, siendo don Pablo B. Ochoa el promotor. Así es que al organizar esas peleas y darles difusión en los medios, se merecían determinados premios, así fue como se la gano y siendo soltero.
-¿Cómo recibieron la tele en tu casa?
-Intempestivamente, se le quiebra la voz, se despoja de la armazón de sus diminutos lentes. Con un pañuelo desechable, procede a limpiar las lágrimas que han escapado de sus ojos. Se queda callado por un momento, Me observa fijamente. Al sentirse recuperado, prosigue con su relato-: “Perdóname, pero me estás obligando a recordar cosas tan bellas de mi adolescencia. Cuando mi hermano desempacó aquel enorme aparato, la verdad, es que hicimos una verdadera fiesta. No obstante que otros vecinos de mi calle ya tenían un televisor en su casa…
-¿…Los riquillos de la cuadra”?
-¡Lo siguen siendo!!
-¿Qué programas veías..?
-Me acuerdo mucho de un fabuloso programa que pasaba los domingos “Combate” Así como “El Club del Hogar” que pasaba de lunes a viernes por las tardes y en XHTV Canal 4. Asimismo, “El Gran Premio de los $64,000.00”, en el que, tú, participaste con el tema de Luis Echeverria, siendo presidente de la Repúbica. Uff, qué tiempos aquellos…
-¿…Recordar es vivir?
-¡Indudablemente!! También viene a mi mente el Dr Kilder…
-¿Qué caricaturas preferías…?
-Hasta la fecha, las sigo disfrutando como Los Picapiedra y El Correcaminos -Haciendo el clásico sonido del personaje “Bip, bip”-
-¿Recuerdos arropados por ese calor familiar?
-La mera verdad, es que tuve una familia mucho muy unida, aunque vivíamos en condiciones un tano disparejas, es decir, éramos cuatro hermanas y cuatreo hermanos solamente con dos recámaras…
-¿Una familia perfectamente bien acomodada?
-La verdad es que si… Muy bien acomodados… ¡dos en cada cama!!
-¿Unos Reyes Magos con verdaderos estragos para cumplir con los pedimentos?
-Para qué te digo que no, sí, sí. Fíjate que casi siempre tuve lo que les pedía en mis cartitas.
-¿Tu juguete favorito?
-La bicicleta y una sub ametralladora de madera a la expectativa de un pelotón de soldaditos de plomo
-¿Cómo fue ése inter entre niño y puberto?
-Para ser sincero, no lo recuerdo…
-¿No lo recuerdas o no lo quieres recordar…?
-Uff… ¡No seas así conmigo!! Es que no tengo muy claro ese tránsito.
-Estando en la secundaria, ¿Cuántas veces te fuiste de “pinta”?
-¡Desde luego que sí!! Me la vivía de “pinta”…
-¿Aprobaste el examen de admisión?
-No, la verdad es que no. Me presenté al examen de admisión a la Escuela Secundaria No. 10 y para vergüenza personal… ¡no lo pasé!! Pero lo que más me dolía, era el antecedente de que mis hermanos mayores varones, habían estado ahí y con magníficas calificaciones. Fue así como pude ingresar al Colegio Grosso, una escuela que se encuentraba en Tacubaya…
-¿Qué tenia de especial?
-Resulta que llegué “becado”…
-¿Y eso?
-Es que tanto mis hermanos Leonardo y Ricardo, el primero de ellos ya falleció, ambos, trabajaban en el periódico La Prensa y como trabajadores de la cooperativa del diario, tenías acceso a diferentes prestaciones y una de esas, consistía en que a uno des sus familiares lo podían becar. Así fue como llegué al Colegio Grosso.
-¿Un Colegio “Asilo”?
-Ja, ja, ja, tienes mucha razón. Era donde llegaban todos aquellos que reprobaban el examen de admisión en otras escuelas oficiales, por cierto, la raza del Colegio Grosso, era terriblemente dura.
-¿A explorar se ha dicho… un mundo nuevo de jóvenes?
-Era totalmente diferente y con un ambiente completamente hostil porque la banda era muy pero muy brava.
-¿Fuiste objeto de bulling?
-No, hasta eso no…
-¿Eras bueno para “el trompo”
-Si, la verdad es que si, pero esto sucedió hasta que llegó un tal Colin que me puso una santa y soberana moquetiza, ya con eso, como que se me bajaron las ganas andar de “sácale punta”. Independientemente de eso, yo sentía un ambiente muy hostil.
-¿Victima o victimario?
-Digamos que ninguna de las dos. No era un peleonero, pero tampoco me dejaba de nadie. ¡Nunca me dejé!! Mucho menos, que me faltaran el respeto.
-Bueno, estabas delgado y lleno de vitalidad…
-Tienes mucha razón, era muy delgadito y sumamente ágil.
-¿Y también eras bueno para las materias?
-¡Válgame Dios!! Creo que estando en primero de secundaria fue el más difícil, porque ya después, me fui adaptando. Segundo y tercero fue algo así como muy “papita” porque era una escuela en donde se nos daban muchísimas facilidades.
-¿Ya eras muy “perro” con las niñas?
-Ja, ja, ja, me encantan tus expresiones de “barrio”…
-¿Te molestan?
-¡No!!, para nada, al contrario, te lo agradezco porque me haces sentir más en confianza. Digamos que fui muy “ligador” de las jovencitas, porque en una de esas “pintas” de las que me hablabas, era precisamente irnos a la secundaria número 8, en donde había unas niñas hermosas y que estaba ubicada en la calle Primero de Mayo en la colonia San Pedro de los Pinos. Ahí, las esperábamos a la salida de clases, era una escuela solo para mujeres…
-Dicen que la primera novia no se olvida…
-Era un verdadero puberto “calenturiento” Creo que esa primera novia se llamó Jacqueline y luego Alejandra, igual que mi esposa…
-¿Cuántas novias?, ¿te alcanzaba la libreta para apuntar sus nombres?
-Ja, ja, ja… eran cinco simultáneas…
-¿Verbo mataba “carita”?
-Ja, ja, ja. -Con el rostro notablemente enrojecido y con cierta pena añade-: ¡Que entrevista tan divertida!! A lo mero macho, como dices, siempre fui muy lanzado con las jovencitas, muy echado pa`delante. Sí, sí fui muy “noviero”. Me acuerdo que me aventaba unos choros para ganarme su confianza.
-¿A dónde te las llevabas?
-Al bosque de Chapultepec y remar en el lago. Hasta con eso corría con suerte porque el Colegio Grosso estaba sobre el Viaducto Miguel Alemán, casi esquina con Puente La Morena… ¡Me quedaba al tiro!!
-A lo mero macho, ¿tenías tanta lana para invitarlas?
-No, eso no me preocupaba tanto. Me iba caminando sobre todo avenida Revolución diciéndole a quienes me encontraba en las aceras, que me prestaran para mi camión y así, juntaba lo suficiente para llevármelas a Chapultepec y poder rentar una lanchita.
-¿Vivillo desde chiquillo?
-Puede ser que sí.
-¿En la secundaria fuiste igual de atarantado que en la primaria?
-No me avergüenza recordar esos errores de chamaco. Creo que en la secundaria reprobé las suficientes materias para no ser considerado, de ninguna manera, como un alumno destacado o de excelencia.
-¿Cómo te reprendían tus papás cuando les llegabas a colmar la paciencia?
-ufff, vaya que me enseñaron el lado no tan grato…
-¿Llegaste a probar la fuerza del enojo?
-¡Por supuesto!! Jamás habré de olvidar aquellos cinturonazos que me arrimaba mi papá, las pocas veces que me agarraba porque siempre me escondía debajo de la cama o me trepaba a los árboles hasta que se les pasaba el enojo. Por cierto, una de las mayores vergüenzas que pasé, fue cuando mi papá fue a la secundaria para comprobar cómo iba.
-¿Ahí aprendiste que la letra con sangre entra?
-Lo único que mi padre deseaba, era que saliéramos adelante. Todos los días me decía una y otra vez: “Quiero que me superes”
-¿No practicabas ningún deporte?
-Sí, siempre he sido muy aficionado al futbol, pero también, había una enorme pared en donde jugábamos frontón solamente con la mano y sin raqueta con pelotas de esponja.
-¿Le metías al cigarrito y a las chelas?
-A las chelas no, pero sí me aventaba uno que otro cigarrito con los amigos, aunque mis papás me dieron permiso “oficial” cuando cumplí los 21 años de edad.
-¿Sigues fumando actualmente?
-No, desde hace muchos años que dejé el cigarrillo.
-¿Sufrías con los exámenes extraordinarios?
-No solamente con los extraordinarios sino con lo de título insuficiencia en secundaria y hasta en la preparatoria.
-Cómo fue ese ingreso a la prepa?
-En 1967, hice examen de admisión en la prepa 8 y formé parte de la segunda generación de esa institución educativa. En esa época, había suficiente oferta de escuelas para los chicos de educación media…
-¿Ya existían los estudiantes “fifis”
-Bueno, en ese tiempo no se les decía así, tal y como lo califica YSQ. Había muchos compañeros que llegaban con coche…
-¿Simples “burguesitos”
-Pues sí.
-¿Cómo viviste lo del 68?
-En ese tiempo ya trabajaba en el periódico La Prensa como ayudante de redacción y vi el movimiento del 68 con muchos ánimos y con el deseo de poder participar, porque la expectativa que planteaban los estudiantes, era cambiar las condiciones en las que estaban viviendo…
-¿Derrotar al mal gobierno?
-Sí, pero asumir un gobierno socialista…
-¿Esa era tu mentalidad?
– Así es como lo veía, pero en razón de mi trabajo y de las recomendaciones que me hacía mi papá…
-¿Participaste en alguna de esas manifestaciones?
-No fui muy frecuente, solamente en dos ocasiones por parte del Comité de Huelga de la prepa 8. Mi papá me insistía mucho en que no fuera a caer en “carne de cañón” y que me cuidara lo más posible.
-Con el paso de los años, ¿qué opinión te merece el Movimiento del 68?
-El Movimiento del 68 fue el gran parteaguas en la historia de este gran país. Los jóvenes queríamos cambiar las cosas. Éramos gente libre, pensadora y animados en que no solamente los estudiantes sino toda la población, exigía un verdadero cambio. Un movimiento estudiantil que viví con mucha intensidad.
-¿Tuviste miedo ir a Tlatelolco?
-Ya no pude participar ahí, mis padres se opusieron rotundamente… ¡estaban temerosos que me fueran a matar…!! Ese día, no me dejaron salir a la calle -Como si se lo hubiera propuesto, hasta la sala en donde llevábamos a cabo la entrevista llega su mascota, una hermosa perrita de nombre Simona, como pidiendo una tregua para que su protector la sacara al patio a jugar…