Pablo Cabañas Díaz.
En su autobiografía The Glitter and the Gold ( El brillo y el oro) publicada en 1953, Consuelo Vanderbilt (1877-1964) narra la vida de quien fue una de las herederas de la “época dorada” de Estados Unidos: el período entre 1870 y 1900 , cuando los industriales estadounidenses se convirtieron en los hombres más ricos del mundo. La nueva edición del libro publicada en 2012, menciona como la única hija del millonario ferroviario William Vanderbilt, estaba predestinada a casarse con miembros de la alta aristocracia británica. Su riqueza llegó a tal nivel que a finales del siglo XIX, la mansión palaciega de los Vanderbilt en la Quinta Avenida podría albergar cómodamente a mil personas, de ello da fe el legendario baile de máscaras que realizó en 1883, que costó tres millones de dólares.
Consuelo Vanderbilt, fue educada estrictamente por una serie de institutrices y tutores. Su madre Alva la obligó a usar un corsé de acero que mantendría su columna vertebral recta, era azotada con una vara cuando desobedecía. Se vio obligada a cumplir con la regla de oro de su madre: ” Haz lo que te dicen”. Consuelo floreció hasta convertirse en el ideal de belleza de la Belle Epoque : delgada, delicadamente bonita con un cuello de cisne y cabello espeso, oscuro y exuberante recogido hacia arriba. Tenía cinco propuestas de matrimonio, incluida una del príncipe Francisco José de Battenberg, que Consuelo rechazó. Tomó como esposo a Charles Spencer-Churchill, quien se había convertido en el noveno duque de Marlborough en 1892 al heredar el Palacio de Blenheim pero también deudas agobiante. El Palacio de Blenheim es la única residencia del Reino Unido que no pertenece ni a la Corona ni a la Iglesia. Fue el lugar de nacimiento de Winston Churchill s
El acuerdo matrimonial fue de 42 millones de dólares en acciones ferroviarias de los Vanderbilt más una asignación anual de 100 mil dólares anuales para él y su futura esposa. El duque se casó con Consuelo en Nueva York en 1895 . Después de la ceremonia su marido le expresó que estaba enamorado de otra mujer y que “despreciaba todo lo que no fuera británico”. Su esposo con dinero de los Vanderbilt fue adquiriendo perlas que pertenecían a Catalina la Grande y la emperatriz Eugenia. Consuelo menciona en su libro, la terrible condición de la infelicidad: “las joyas nunca me dieron placer y mi pesada tiara invariablemente me producía un dolor de cabeza violento, mi collar de perro un cuello irritado”.
En 1921, el duque y la duquesa de Marlborough se divorciaron y Consuelo se casó con el aviador francés Jacques Balsan, a quien conoció en París. Fue, en sus propias un matrimonio por amor. El duque se casó con la estadounidense Gladys Deacon. Marcel Proust dijo de Gladys: “Nunca vi a una chica con tanta belleza, tan magnífica inteligencia, tanta bondad y encanto”. El matrimonio terminó amargamente expulsando a Gladys del castillo de Blenheim después de que ella arruinara su belleza inyectándose cera de parafina en la cara. Consuelo y Jacques Balsan vivieron en su castillo St Georges-Motel cerca de Fontainebleu, donde el primo Winston Churchill y su esposa Clementine eran visitantes frecuentes. . En 1940 al comienzo de la invasión nazi se establecieron al sur de Palm Beach en Florida. Consuelo Vanderbilt murió en Long Island, Nueva York, en 1964.
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mayo 3, 2023
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OTRAS INQUISICIONES: Consuelo Vanderbilt: Biografía de una millonaria
Por Vocero
Pablo Cabañas Díaz. En su autobiografía The Glitter and the Gold ( El brillo y el oro) publicada en 1953, Consuelo Vanderbilt (1877-1964) narra la vida de quien fue una de las herederas de la “época dorada” de Estados Unidos: el período entre 1870 y 1900 , cuando los industriales estadounidenses se convirtieron en los hombres... Más [+]...