Por José Antonio Aspiros Villagómez
Textos en Libertad/Clase Turista
La intención presidencial de cerrar la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Notimex, es uno más de los intentos en su contra que, desde dentro y fuera del poder, ha vivido -y hasta ahora superado- esa institución en sus casi 55 años de existencia. Y es la primera vez que, quien ocupa su dirección general, celebra la pretendida desaparición de esa empresa, como si para combatir la corrupción hubiera que suprimir también ventanillas burocráticas de todo tamaño donde hay esa lacra.
En la historia de Notimex** están documentados y mencionados varios casos en que sus directores -y a veces también el personal sindicalizado y los mandos medios- salieron en defensa de la agencia, así hubiera surgido del mismo gobierno la amenaza de desaparecerla.
Según hemos documentado sólo por testimonios, el primer intento ocurrió durante el sexenio de Luis Echeverría (1970-76) no obstante que él fue quien, como secretario de Gobernación, dispuso fundar la agencia con personal de esa dependencia, aunque como sociedad anónima y fuera de la estructura gubernamental (se convirtió en paraestatal sectorizada en Gobernación con Miguel de la Madrid y en agencia del Estado, autónoma, con Vicente Fox, y así sigue; NO depende del gobierno).
Posteriormente, como director (1976-1982) Pedro Ferriz Santa Cruz defendió a la agencia frente al secretario de Gobernación en el sexenio lopezportillista, Jesús Reyes Heroles, cuando le dijo: “Bueno, si ya no puedes sostener a Notimex, ciérrala” y él le contestó: “A mí no me pusieron ustedes aquí para que yo viniera a enterrar a Notimex”.
Se vivían entonces algunas penurias y conflictos, pero al final ese director presumió de haber incrementado de tres a cien el número de suscriptores del servicio de texto. Porque, hay que explicarlo, la empresa se había orientado más hacia los servicios de televisión y multimedia, que vinieron a menos cuando las televisoras crearon sus propias áreas de noticias.
Al final del mandato de Ernesto Zedillo (1994-2000), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) tuvo la osadía de pedirle al gobierno el cierre de Notimex, cuando ésta ya tenía 803 clientes que representaban el 90 por ciento de los medios de comunicación en el país; su cobertura abarcaba México, América latina y el Caribe, toda Europa y Singapur; había 35 portales de Internet en el mundo con ligas a Notimex, que tenía oficinas internacionales en Costa Rica, Chile, Brasil, Estados Unidos y España; regionales en Baja California, Sonora, Nuevo León, Jalisco, Veracruz, Oaxaca y Chiapas, y 160 corresponsales en México y el extranjero, además de sus reporteros y redacción central en la Ciudad de México. Y se daban servicios de texto, fotografía e Internet, entre otros. ¿Dónde quedó todo eso?
Jacobo Vega, coordinador de asesores del director Jorge Medina Viedas, se presentó en la asamblea de la SIP (12-III-2000) para defender con datos la razón de ser de Notimex, y el gobierno prestó oídos sordos al reclamo de cierre de ese organismo extranjero, si bien canceló un acuerdo en materia de asignación de publicidad oficial, que se iba a canalizar por Notimex y fue la causa del reclamo de los editores mexicanos a través de la SIP.
En el siguiente sexenio, Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda de Vicente Fox, puso en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2004, el nombre de Notimex a la cabeza de una lista de 16 paraestatales que serían sometidas al “proceso de desincorporación que se determine entre las modalidades de disolución, liquidación, extinción, fusión o enajenación, según corresponda”.
Entre quienes opinaron sobre ello estuvo el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, quien según una nota de la propia agencia (‘Necesario dar autonomía a Notimex sin privatizarla: López Obrador’, Notimex, 13 nov 2003) “se pronunció (…) a favor de la independencia de la Agencia Mexicana de Noticias (Notimex) sin llegar a su privatización (…) señaló que el gobierno federal tendrá que resolver la situación de Notimex y consideró que los diputados deberán tener imaginación y creatividad para evitar la privatización de esa fuente de trabajo y darle autonomía”.
AMLO también “destacó el papel que ha jugado la Agencia Mexicana de Noticias por lo que se deben buscar los mecanismos de mantener la fuente de trabajo de periodistas y funcionarios públicos” y “consideró que no debe existir una agencia gubernamental de noticias y que aunque ha tenido un papel muy vinculado con el gobierno en turno, no es motivo para pedir que desaparezca Notimex”. Ahora como presidente, quiere cerrarla.
En la misma coyuntura José Antonio Díaz García, quien estaba por dejar la dirección de Notimex, alcanzó a defender la permanencia de la empresa en algunas entrevistas de prensa (2003), y su sucesor Enrique Aranda Pedroza consiguió que la Secretaría de Gobernación se distanciara del proyecto de Hacienda para liquidar la agencia, en lo que resultó ser, además, un enfrentamiento indirecto entre los secretarios Santiago Creel (Segob) y Gil Díaz. Previamente, en su breve paso por la dirección de Notimex (2001), Francisco Ortiz Pinchetti también tuvo un proyecto para crear la agencia de Estado.
En cuanto a Aranda, fue más lejos: logró la voluntad política del presidente Fox para convertir ese medio en una agencia de Estado, independiente del gobierno federal y, de paso, ponerla a salvo de las tentaciones de algunos secretarios de Estado y gobernadores que varias veces en la época priista quisieron imponer ciertos tratamientos informativos adecuados a sus intereses, siempre -o casi siempre, probablemente- con el rechazo de los directores.
Así, luego de los trámites y debates parlamentarios, sin votos en contra las dos Cámaras del Congreso aprobaron la iniciativa y el Diario Oficial de la Federación publicó el 2 de junio de 2006 el decreto de Ley que crea la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, que desde entonces ya no es del gobierno en turno ni le corresponde desempeñar la función de las “mañaneras” actuales.
Desde hace casi 17 años, Notimex es un organismo público, con personalidad jurídica y patrimonio propios, descentralizado y no sectorizado, así como con autonomía técnica, editorial y de gestión. Si el gobierno actual quiere su desaparición, deberá pasar por la aprobación del Congreso para derogar la ley de 2006. Ojalá que los diputados y/o senadores estén a la altura y rechacen ese intento malévolo.
La actual directora, Sanjuana Martínez, al contrario que sus antecesores dijo a través de las redes sociales que «liquidar Notimex es la mejor decisión». Lamentable postura.
**Historia contenida en el libro Notimex: la imagen ’sexenal’ de México en el mundo, ((752 páginas) del mismo autor que estos Textos en libertad, que tuvo una pequeña edición en 2019 gracias al apoyo de los presidentes de Comunicadores Unidos (Tamaulipas), Mario Ángel Díaz Vargas, y del Club Primera Plana (Ciudad de México) José Luis Uribe Ortega, así como del periodista y editor de Publicaciones Aldehan (Chiapas) Mario Luis Altuzar.