Pablo Cabañas Díaz
La primera película mexicana que aborda abiertamente la problemática de las drogas y la violencia que conlleva su consumo es El puño de hierro (1927), dirigida por Gabriel García Moreno, patrocinada por empresarios que se constituyeron en la productora Centro Cultural Cinematográfico. El narcotraficante “El Tieso” induce a una persona pudiente al consumo de morfina. Lo interesante de esta película es que se filmó por motivos educativos para evitar la drogadicción que parecía extenderse en la zona de Orizaba, Veracruz. La película exhibe los daños físicos que las drogas producen.
En la década de 1960 ubicamos tres películas. La primera, Atrapados en la droga (1961), de René Cardona, nos presenta la historia de un obrero que al quedar sin trabajo se convierte en distribuidor de drogas . Otro hecho recreado en las películas es la relación de complicidad entre políticos, policías y traficantes: La muerte va con las mariposas (1973), de Alberto Mariscal; La banda del polvo maldito (1977), de Gilberto Martínez Solares; Juan el enterrador (1979), de Alfredo B. Crevenna; El infierno de todos tan temido (1979), de Sergio Olhovich; y Perro callejero (1979), de Gilberto Gastón. La corrupción entre narcos y autoridades es una constante. Se percibe en los filmes: De veras me atrapaste (1983), de Gerardo Pardo; Las Lupitas (1984), de Corkidi; Operación marihuana (1985), de José Luis Urquieta; La banda de los Panchitos (1985), de Arturo Velasco; La revancha (1985), de Alfredo Gurrola; La banda del acordeón (1986), de Rafael Pérez Grovas; y Camino largo a Tijuana (1988), de Luis Estrada.
A partir de la década de 1990 las películas tienen dos fuentes principales de inspiración: los narcocorridos, donde se exalta a algún personaje enfatizando rasgos de su personalidad y sus tropelías en el narcotráfico; y los hechos reales que se reconstruyen en el filme. En algunos casos, el propio narcotraficante participa en la filmación o la patrocina. Para el nuevo milenio, el tema del narcotráfico se incorpora a las producciones con apoyo gubernamental que recorren circuitos de exhibición comercial y participan en concursos internacionales. El infierno, Amar a morir y Miss Bala, las tres realizadas entre 2010 y 2011. El cine de narcotráfico tiene su origen en dos géneros del cine mexicano: el Cabrito Western y el cine de frontera. El Cabrito Western es un cine producido en la frontera entre México y Estados Unidos. El género se popularizó rápidamente a partir de la década de 1980 y encontró a un público ávido de cine mexicano que había sido olvidado por la industria cinematográfica, la cual estaba interesada en recuperar su imagen internacional y capturar a la clase media, pero había olvidado a la popular, que estaba migrando a la frontera para trabajar en Estados Unidos, ya que México estaba enfrentando problemas económicos y sociales.
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