Por Edgar González Martínez
El sector patronal mexicano vive un inicio de año plagado de cambios sustantivos en las leyes laborales, que impactarán en forma negativa la actividad económica nacional, en un delicado momento, al borde de una desaceleración económica mundial que podría disminuir aún más los ingresos de las empresas, y en especial los negocios más pequeños.
Los inversionistas destacan que muchas empresas no podrán enfrentar la reforma en materia de vacaciones, los cambios en la Ley de Pensiones, el aumento al salario mínimo y mayores cuotas patronales al IMSS. El escenario -dicen Consultores Internacionales-, luce complicado.
“Si bien la mejora de las condiciones y prestaciones laborales de los trabajadores pueden ser motivadores para aumentar la productividad de nuestra economía dentro de un escenario mundial volátil y altamente competitivo, los cambios ya aprobados deben acompañarse de apoyos y programas, privados y gubernamentales, enfocados a la mejora de la productividad y eficiencia, de lo contrario, el efecto positivo se perderá”.
Y argumentan: el salario mínimo, que en 2018 era de 88.36 pesos, hoy se encuentra en 207.44 pesos, un aumento de más de 118% en cinco años. Así, los sectores intensivos en mano de obra, como el de construcción, automotriz, turismo y comercio tendrán mayores afectaciones y retos. Además, los agresivos aumentos comienzan a presionar al alza los siguientes peldaños salariales de los negocios, orillando a las empresas a incrementar sus costos laborales para una mayor parte de la plantilla de lo presupuestado.
En cuanto a las pensiones, se acordó incrementar, de manera progresiva, las aportaciones patronales a partir del 2023, hasta alcanzar casi 12% en 2030 para quienes perciban más de 4.01 Unidades de Medida y Actualización (UMA). Adicionalmente, el número mínimo de vacaciones se modificó a partir del primero de enero de este año. De acuerdo con la Confederación de Cámaras Industriales de México (CONCAMIN), la reforma a las vacaciones tendrá un costo estimado del 2% para las empresas.
No hay que ignorar, dicen, que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el penúltimo país miembro en términos de productividad laboral. Un incremento de las cargas empresariales sin que las unidades económicas puedan solventarlas mediante una mayor eficiencia, dañará directamente las cadenas de valor y la configuración productiva de industrias enteras.
Al tercer trimestre de 2022, de los 57.4 millones de trabajadores del país, 23.2 millones estaban empleados en micronegocios, 8.4 millones en pequeños establecimientos; y 5.5 millones en medianos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Es decir, generan el 64.6% del empleo del país y más de la mitad de su producción.
Mayores esfuerzos gubernamentales para combatir la inflación.
El Diario Oficial de la Federación publicó un nuevo decreto para la exención temporal del pago de arancel a la importación definitiva de diversos productos alimenticios, de higiene personal, alimento para animales e insumos para la agricultura, con la finalidad de contrarrestar la escalada de precios durante 2023. Cabe recordar que en mayo de 2022 se presentó el PACIC y, posteriormente en octubre, el APECIC para contrarrestar los precios de productos de la canasta básica mediante la exención del pago de aranceles a las importaciones y el otorgamiento de facilidades en la revisión de toda regulación que impidiera o encareciera la importación e introducción de alimentos, incluida la movilidad de los mismos a partir del congelamiento de tarifas de autopistas concesionadas.
Para facilitar la aplicación de las medidas contenidas en los decretos del 16 de mayo (actualizado el 18 de noviembre) y 19 de octubre de 2022, se consolidarán en un solo instrumento. Con lo cual amplía la vigencia de las medidas hasta el 31 de diciembre de 2023.
Además, amplía el beneficio a mercancías clasificadas en 33 fracciones arancelarias, que se suman a los productos que ya contaban con la reducción arancelaria. Además, se incluyen mercancías clasificadas en 23 fracciones arancelarias a la facilidad administrativa en el acreditamiento de las regulaciones y restricciones no arancelarias Los productos que se adicionan son: pavo, ajo, lechuga, espinaca, lentejas, pera, arroz descascarillado, almidón de maíz, embutidos, tilapia, salsa de soja, salsa cátsup, otras salsas de tomate, preparaciones para sopas y caldos, sopas y caldos preparados, harina de carne y despojos para alimentación de animales o abono, cereales, residuos de la industria de almidón, alimento para perros y gatos, desodorante corporal y antitranspirante, desinfectante, manteles y servilletas, cepillos de dientes, toallas sanitarias, pañales, abonos, insecticidas, raticidas y herbicidas, así como aceite de soja, de girasol y de cártamo.
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