Querido lector/a ¿te has preguntado si llegara otra pandemia o que el “bicho” mutara a una versión a prueba de vacunas? Toco madera y raspo mis rodillas con supersticiosa devoción.
Nadie lo quiere, nadie lo desea, pero 2020 fue el año en que la frase: “Eso nunca pasará” se diluyó frente a la tragedia que enlutó miles de familias y dejo secuelas en la salud de cientos de miles que sobrevivieron al Covid.
Los daños de la pandemia en materia económica son evidentes; al segundo trimestre del año, la actividad económica en la CDMX durante el periodo abril-junio de 2022, se ubica 8.51 por ciento debajo del nivel que tenía antes a la pandemia (INEGI).
El mejor dato se encuentra en tu bolsillo, el gasto familiar se ha incrementado y la capacidad del poder de compra disminuye día con día.
Si el “Bicho” o un nuevo virus atacara a la CDMX y al Valle de México el escenario es preocupante: Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hay 9 millones 209 mil 944 habitantes en la Ciudad de México y se calculan 22.1 millones de habitantes en el Valle de México. El contagio será una constante.
Aprender de los errores
En caso de pandemia quedó clara la importancia técnica de la detección de casos, para contener el contagio aunque claro, esto depende de la capacidad de hacer pruebas de nuestra metrópolis.
“Un país incapaz de hacer pruebas detectará menos casos y aparentará una situación menos grave. Por eso es importante seguir el número de pruebas realizadas y el porcentaje de pruebas positivas, así como el número y porcentaje de muertes.” (OMS)
Consciencia y Conciencia
La consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella, mientras que la conciencia es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal, en base al conocimiento de sí mismo y de su capacidad para actuar sobre su entorno. Ambos vocablos derivan etimológicamente del latín conscientia.
Sin consciencia no se puede tener cargo de conciencia, por lo que creo que aquí está la explicación a tantas acciones de muchas personas que nos dejan perplejos y que no somos capaces de entender, preguntándonos si serán capaces de conciliar bien el sueño. Vaya para muestra la declaración del Doctor Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, allá por marzo de 2020, quien afirmó que “el uso del cubrebocas no sirve para proteger a la población del contagio de coronavirus u otras enfermedades infecciosas”.
El Filósofo Karl Popper, nos reveló que la consciencia apareció con el lenguaje por la necesidad de comunicarnos unos con otros, lo cual se ve bien reflejado en las aglomeraciones de personas el “caldo de cultivo” de la propagación de agentes infecciosos (a) Virus.
Consciencia el nuevo virus
Como en la Novela de George Orwell, cuando los marcianos y su superioridad tecnológica avasallan a los terrícolas y la extinción de los seres humanos es inexorable, aparece el bicho (virus, bacteria, etc.) que los extermina. Así la consciencia a través de la prevención puede salvarnos de la siguiente pandemia.
Mi Abuela Cuca me obsequió un consejo de prevención cuando supo que fui alistado en el Cuarto Batallón de Infantería: “Mijo ojo de chícharo” ponga atención, agudice la percepción y ejercite la memoria.
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