Por José Cruz Delgado
POR LA VIOLENCIA, MICHOACÁN ES FOCO ROJO EN DESPLAZAMIENTO FORZADO.
Para acabar con el fenómenos del desplazamiento forzado de personas, es necesario primero garantizar la seguridad, algo que se carece en Michoacán. El gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla, a más de un año de gestión no ha sido capaz de brindar protección a las y los michoacanos, al contrario, va en aumento el desplazamiento forzado de personas a causa de la violencia, ya no sólo en la región de Tierra Caliente, sino que se ha extendido a otras zonas como el oriente y municipios colindantes con Jalisco, de la Ciénega de Chapala.
Dice la secretaría del migrante de Michoacán que colabora con instituciones internacionales para atender el Desplazamiento Forzado Interno (DFI) y con ello generar un registro y estadísticas fidedignas del fenómeno para brindar una atención inmediata”, pero no se atacan las causas, así que la asistencia a foros por parte de la titular, Brenda Fraga Gutiérrez, así como sus constantes viajes a la frontera norte serán en vanos, si el gobierno estatal no es capaz de brindar una protección eficaz que garantice la seguridad de las personas.
De nada sirve que algunos los gobiernos estatales cuenten con presupuesto para apoyar a familias desplazadas, pues es un indicador de que prefieren darles dinero que invertir en seguridad, y es un modo muy fácil de salir del problema sin tomar en cuenta que en sus lugares de origen dejan todo lo que tienen para huir a otros lugares.
Si esa es la ruta que sigue Michoacán, me parece que no es la indicada, pues la gente no quiere salir de sus lugares de origen. Si van a buscar dinero para dárselo a los desplazados es una salida fácil pero el problema no se resuelve de esa manera, reitero, se deben combatir las causas de origen, y una de las principales es la inseguridad.
De acuerdo con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), de 2006 a 2021 en México habría más de 379 mil personas desplazadas internas en eventos masivos por violencia, mientras que en Michoacán se han detectado al menos cuatro mil personas desplazadas en albergues de Tijuana.
En Michoacán, cientos de familias huyen de sus lugares a pie y por la sierra a causa de la violencia, dejando lo poco que tenían para aventurarse en la migración hacia Estados Unidos.
Según la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) de Michoacán, por lo menos el 90 por ciento de las familias desplazadas de los citados municipios hoy se encuentran radicadas en la zona fronteriza de Tijuana y en el municipio de Rosarito, en Baja California. El otro 10 por ciento se ha asentado en Morelia y otras ciudades del centro del país, con menores índices de violencia.
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