CIUDAD DE MÉXICO.- Tras la conquista de México Tenochtitlan los españoles destruyeron el teocali de la diosa Tonantzin e instalaron en Tepeyacac un estandarte de la virgen de Extremadura España, justamente donde nació Hernán Cortés. Una virgen que tenía por los menos 100 años de ser adorada por los españoles y que había aparecido a la orilla de un río llamado Guadalupe. Y que por lo mismo la llamaban “virgen de Guadalupe”, señala
Sofía Guadarrama Collado, autora del libro “Enigmas de los dioses del México antiguo”, en una publicación en su red social Facebock
Pero la virgen que ellos traían no es la misma que todos conocemos. Hernán Cortés llegó a América con un estandarte de una virgen de Guadalupe, pero la imagen de la virgen que hoy conocemos tiene una media luna bajo sus pies para humillar a los musulmanes que invadieron España por más de 800 años.
Por otra parte, fray Juan de Zumárraga, arzobispo franciscano, quien dice la iglesia católica recibió a Juan Diego, jamás escribió sobre las apariciones de la Virgen de Guadalupe. No existe documento alguno entre 1531 y 1548 que narre sobre las apariciones de la virgen de Guadalupe.
De hecho, Fray Juan de Zumárraga escribió años después de 1531: «Ya no quiere el redentor del mundo que se hagan milagros, porque no son menester; pues esta nueva santa fe tan fundada por tantos millares de milagros como tenemos en el testamento viejo y nuevo. Lo que pide y quiere es: vidas milagrosas; cristianos humildes, pacientes y caritativos».
La veneración a la Virgen de Guadalupe inició en Nueva España, entre 1550 y 1555, tras la muerte de fray Juan de Zumárraga, a partir del arzobispado del dominico fray Alonso de Montúfar, el mismo que ordenó que se enterrara La Piedra del Sol, (erróneamente llamada Calendario Azteca).
Fray Francisco de Bustamante aseguró en su sermón, el 8 de septiembre de 1556, que la imagen fue pintada por un indio llamado Marcos. Una imagen que inicialmente tenía una corona.
La iglesia católica sostiene que las apariciones de la virgen a Juan Diego están narradas en un códice llamado Nican Mopohua, lo cual es falso. El Nican Mopohua es un documento escrito en 1556, en náhuatl con alfabeto europeo y se le atribuye a un indígena al que llaman Antonio Valeriano, no obstante, no hay pruebas de la existencia de Juan Diego.
El nombre Guadalupe proviene del árabe Wādi al-lub, “río de cantos negros” o “río de lobos”. Todas las palabras que comienzan en “Guad” son árabes, como Guadalajara Wādi al-ḥiŷara “río de piedras” o “río que corre entre piedras” o Guadarrama Wādī-r-Raml, “río del arenal”.