Luis Alberto García / Zamora Pico de Oro, Chiapas
*Su presencia alcanzó a toda la América precolombina.
*Los guerreros ocellotlli en Oaxaca y en otros estados.
*Danza y teatro tradicionales en Morelos, Puebla y Guerrero.
*Es el día número 14 del Calendario Azteca.
*Su influjo religioso y mitológico fue absoluto y total.
Esta especie ha sido objeto de culto por gran parte de las culturas indígenas de México, América Central y Sudamérica, desde el momento mismo en que fueron considerados como criaturas mágicas por muchas culturas en todo el mundo ancestral a lo largo de la historia.
Panthera onca, según las denominación latina dada por el naturalista y científico sueco Karl Linneus, además de ser el félido más grande de América, destaca por su fortaleza, andar sigiloso, gran habilidad para la caza y notable velocidad, por lo que es considerado con habilidades sobrenaturales .
Añádase que forma parte importante en los rituales de los chamanes, además de asociarse a distintos dioses y creencias religiosas de las etnias indígenas originarias, especialmente entre los mayas y poblaciones mesoamericanas.
En el México precolombino, los guerreros jaguar -guerreros profesionales aztecas pertenecientes a las clases plebeyas- portaban pieles de esta especie sobre la espalda a modo de distintivo en la batalla.
Este félido simbolizaba el decimocuarto día de cada mes en el calendario mexica y para los aztecas era el animal asociado a la deidad Tezcatlipoca, como se observa en el yacimiento arqueológico de Teotihuacán, donde existe un Palacio de los Jaguares, llamado así por las representaciones de estos félidos en su interior.
También hay representaciones de la especie en otros yacimientos abundantes en vestigios del pasado como Teotenango, Chalcatzingo, Dainzú, Oxtotitlán, Cacaxtla, Xochitécatl, La Venta, Malinalco y Teopantecuanitlán.
En el estado de Chiapas, el simbolismo de este animal ha perdurado hasta nuestros días y se manifiesta en el arte y los rituales de los pueblos nativos chiapanecos, cuya veneración hacia el “tigre” como es llamado comúnmente entre los campesinos que habitan la selva, en el Desierto de la Soledad, la Lacandonia y los Montes Azules.
Más allá de los territorios mexicanos hay figuras precolombinas de oro que representan jaguares, por ejemplo en la costa del Pacífico sur de Costa Rica y las piezas que se exhiben en el Museo del Oro y en el Precolombino de San José, la capital coostarricense.
En Mesoamérica, tenía un papel importante en la religión olmeca, evidenciado por numerosas representaciones de este animal en esculturas y estatuillas, en algunas de las cuales pueden contemplarse seres compuestos por una mitad hombre y la otra mitad este félido.
Para la civilización maya eran los intermediarios entre los vivos y los muertos, compañeros en el mundo espiritual y protectores de los palacios reales, y es que la palabra maya para este animal es b’alam, que fue también incorporada al nombre de varios reyes mayas.
En la ciudad maya de Chichén Itzá existen los «Templos del Jaguar», una «plataforma de las águilas y los jaguares» y el «trono de Kukulcán» con forma de este félido, y hay otras ciudades mayas con representaciones de Panthera onca como son Yaxchilán, Ek Balam y Toniná.
En la parroquia de San Miguel Arcángel, en la ciudad de Ixmiquilpan del estado de Hidalgo, existen diversas representaciones de este félido y otros motivos prehispánicos, así como cerámica mostrando a hombres transformándose en felinos.
En Sudamérica, también este gran panterino ocupaba un lugar importante en las diferentes cosmovisiones ancestrales, como en el periodo denominado Horizonte Temprano o Formativo; culturas en los andes centrales de Perú como Chavín de Huántar representaron al jaguar en estelas, morteros y cabezas clavas de piedra.
De la misma época, en la costa norte del Perú, la cultura Cupinisque representó al jaguar en vasijas cerámicas, y en Chavín y en Cupisnique, culturas en donde sus especialistas rituales utilizaban sustancias enteógenas como el cactus San Pedro (Echinopsis pachanoi) y la willka (Anadenanthera colubrina), el jaguar se asocia a las prácticas chamánicas.
Posteriormente en la cultura moche, también del norte del Perú, esta especie era representada como un símbolo de poder en muchas de sus cerámicas, y ya en el Horizonte Medio, en la cultura Tiwanaku continúa no solo la representación del jaguar en tabletas de rapé.
Sino también se han hallado dos estuches elaborados con el cuero del jaguar para contener los utensilios requeridos para la inhalación del cebil, nombre local de Anadenanthera colubrina, casos que nos reflejan que el jaguar no fue solamente rey en Mesoamérica, sino emperador de un subcontinente.
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octubre 12, 2022
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Tigres, jaguares, balames, ocelotes y tecuanes
Por Vocero
Luis Alberto García / Zamora Pico de Oro, Chiapas *Su presencia alcanzó a toda la América precolombina. *Los guerreros ocellotlli en Oaxaca y en otros estados. *Danza y teatro tradicionales en Morelos, Puebla y Guerrero. *Es el día número 14 del Calendario Azteca. *Su influjo religioso y mitológico fue absoluto y total. Esta especie ha... Más [+]...