CIUDAD DE MÉXICO.- Los efectos beneficiosos para la salud del té verde parecen extenderse más allá de lo que hasta ahora se conoce. Sin duda, es uno de los más reconocidos en cuestiones de pérdida de peso. Además, hace parte de las dietas para adelgazar y como complemento favorito de las celebridades para sus rutinas de entrenamiento.
Sin embargo, no solo resulta un termorregulador corporal eficaz para el cuerpo, sino que además su consumo supone un método de prevención contra el alzhéimer o, al menos, una forma de reducir los riesgos de desarrollar esta enfermedad, según un reciente estudio realizado por la Universidad de McMaster, en Canadá, y publicado por el Journal of the American Chemical Society.
El departamento de química y biología química de esta universidad concluye que un compuesto del té verde inhibe la formación de las placas tóxicas asociadas a la aparición de la enfermedad de Alzheimer.
En concreto, el galato de epigalocatequina (EGCG), un polifenol del té verde, detiene la formación de la proteína beta-amiloide, la cual se agrupa en placas que bloquean las conexiones sinápticas entre las neuronas.
Y aunque aún no está del todo clara la función que desempeña la beta-amiloide en el desarrollo del alzhéimer, se sabe que su aparición en forma de placas tiene que ver con esta enfermedad que afecta a casi 50 millones de personas en todo el mundo.
Ahora bien, los investigadores lo descubrieron utilizando una resonancia magnética nuclear donde el galato de epigalocatequina (EGCG) del té verde “remodela” los oligómeros beta-amiloides e impide que se puedan agrupar en placas.
“A nivel molecular, creemos que el EGCG cubre los oligómeros tóxicos y modifica su capacidad para crecer e interactuar con células sanas”, según Giuseppe Melacini, al frente de la investigación.
”Todos sabemos que actualmente no hay cura para la enfermedad de Alzheimer una vez que surgen los síntomas, por lo que nuestra mejor esperanza es la intervención temprana. Eso podría significar usar extractos de té verde o sus derivados desde el principio, digamos de 15 a 25 años antes de que aparezcan síntomas”, concluye Melacini.
Preparaciones de té verde
Té verde con miel:
Ingredientes
1 vaso de agua (250 ml).
1 cucharada de té verde (10 g).
Opcional: miel de abejas (1 cucharadita).
Preparación
Calentar la taza de agua y, cuando llegue a ebullición, agregar la cucharada de té verde.
Dejar reposar 15 minutos, pasarla por un colador y, si se desea, agregar una cucharada de miel para endulzar.
Té verde con menta:
El té verde, junto con la menta, añade un gran efecto calmante que disminuiría la ansiedad por comer y contribuiría con la salud del sistema digestivo.
Ingredientes
1 vaso de agua (250 ml).
1 cucharada de té verde (10 g).
Menta fresca (unas cuantas hojas.
Opcional: miel (1 cucharadita).
Preparación
Calentar el agua y, cuando llegue a ebullición, agregar el té verde y la menta.
Dejar a fuego bajo durante cinco minutos y, a continuación, retirar y esperar a que repose.
Cuando esté a una temperatura apta para el consumo, pasarla por un colador y por último, endulzar con una cucharadita de miel.
Se recomienda consumir con moderación.
Té verde, jengibre y limón:
Ingredientes
Té verde (10 g).
Agua (250 ml).
El jugo de ½ limón.
1 cucharadita de jengibre rallado (5 g).
Preparación
Poner a calentar una taza de agua y, cuando hierva, agregar la cucharada de té verde y el jengibre rallado.
Después, dejarlo a fuego bajo durante dos o tres minutos y, luego, dejar reposar unos 15 minutos.
Pasado este tiempo, filtrar la bebida con un colador fino y agregar el jugo de medio limón.
Se recomienda consumir con moderación.