Francisco Medina/III
CIUDAD DE MÉXICO.- Ya lo dijo el propio John Lennon en una ocasión: “Antes de Elvis no había nada”. Sin embargo, lo que nadie predijo es que hoy, 40 años después de su muerte, el mito seguiría vivo con el mismo brillo incandescente que desprendió en vida. De hecho, miles de personas se congregaron frente a su tumba para conmemorar esta fecha tan especial.
Un día como hoy pero del año 1977, murió la leyenda del rock and roll, Elvis Presley.
“El Rey”, nació el 8 de enero de 1935, y saltó a la fama gracias a su gran talento e imagen rebelde convirtiéndose en el ídolo de la juventud.
Elvis Aaron Presley (1935-1977) sólo ha habido y habrá uno. Los demás son sucedáneos o, simplemente, meras copias que jamás llegarán al nivel del original. La superestrella del rock y su voz de oro se apagaron un día como hoy en 1977. Sus excesos le costaron caro. Se dijo que había muerto de una parada cardíaca. No obstante, las causas de su fallecimiento todavía siguen siendo un misterio. Esa aureola de incertidumbre que envolvió su muerte rodeó también sus últimos años de vida.
Seductor innato, siempre con su tupé perfecto aderezado con tres aceites diferentes para que permaneciera intacto sobre el escenario, Elvis cautivaba con la mirada y enloquecía con su voz. Sus espectaculares movimientos de cadera fueron prohibidos durante la década de los 50, cuando un magistrado de Florida le calificó como un “salvaje que estaba socavando a la juventud con su música”. Aquel juez se quedó corto, pues el socavón que la estrella del rock dejó llegó a ser de tales dimensiones que aún no se ha podido rellenar.
Con solo 42 años, Elvis dejó para la historia éxitos musicales, interpretaciones memorables, películas y un físico deteriorado al final de sus días, pero que todavía se mantiene firme en la cultura popular de Estados Unidos y del mundo.
No solo el cine y la música se rindieron a su carismática figura: Elvis también protagonizó la primera transmisión vía satélite de la historia de la televisión. Su concierto Aloha from Hawaii de 1973 fue el primer “show” que se emitió en directo en la pequeña pantalla, seguido por millones de personas al mismo tiempo.
La efímera fama
Sin embargo, tras el tremendo impacto de sus canciones y películas en el mundo entero, comenzó el declive de la “voz de oro”, ya en la década de los 70. El precio de la fama y su creciente adicción a los estupefacientes desencadenaron el inevitable final.
Fue entonces cuando la picardía de su frescura juvenil se desvaneció, y el superhombre seguro de sí mismo, motivado y consciente de lo que estaba haciendo desapareció. Elvis necesitaba satisfacer al instante todos sus caprichos y que los cumplidos de sus aduladores jamás cesaran. Drogas, armas, hamburguesas XXL, despilfarro a raudales, “el rey del rock” sucumbía a todas las tentaciones y pecados imaginables.
Way Down, el último sencillo de Presley, se publicó el 6 de junio de 1977, y su último concierto tuvo lugar en el pabellón Market Square Arena de Indianápolis el 26 de ese mismo mes. Ese fue el punto final a una carrera meteórica, apenas dos meses antes de su muerte.
El 16 de agosto de 1977, Elvis Presley dijo adiós. Cuentan que su última comida fueron cuatro bolas de helado y seis galletas de chocolate. La voz de oro del rock and roll mundial se había esfumado tras un tortuoso paso por este mundo, entre éxitos y decadencia.
Comenzaba así la leyenda y mito de un icono mundial, adorado por legiones de fans que todavía corean gloriosos el nombre del que probablemente ostentará por siempre el título de ‘El Rey’.
Como si su partida hubiera sido recientemente, decenas de miles de admiradores de Elvis Presley, “El Rey del Rock”, asisten al ritual anual que se lleva a cabo por su aniversario luctuoso.
Este 2017 se cumplen 40 años de su partida ocurrida el 16 de agosto de 1977 y en Memphis, Tennessee, esta noche se efectuará la vigilia anual en la que miles prenden veladoras y recuerdan al ídolo del rock.
Graceland, en donde Presley murió de un infarto, es una de las casas más visitas por los turísticas que recibe Estados Unidos.
El 16 de agosto de 1977 murió Elvis Presley, el llamado “Rey del rock”.
Cuando murió, Elvis era una sombra de lo que había sido. Con sobrepeso, aburrido y químicamente dependiente, estaba consumido. Unas semanas antes de su fallecimiento, una publicación soviética lo describió como “destrozado”, un producto “despiadado” víctima del sistema consumista estadounidense.
Se adujo que la causa de la muerte fue una arritmia. Vernon Presley, el padre de Elvis, prohibió que se hiciera público el resultado de la autopsia durante 50 años. Sin embargo se supo que Elvis arrastraba varios problemas de salud. Constipación, hipertensión, diabetes, hígado graso. Sus órganos habían envejecido prematuramente debido al maltrato recibido.
Se supo que su médico personal le prescribió más de 8 mil pastillas en el último año de vida. El facultativo se defendió diciendo que eran para todos los que integraban el círculo de Elvis. Aún así se trataba de una cifra monstruosa. En el cuerpo del cantante se encontraron restos de 14 medicamentos distintos. 10 de ellos en dosis desorbitadas.
Elvis Presley demostró que el consumismo, cuando se canaliza de forma productiva, puede ser creativo y liberador. También demostró que si se deja sin control, puede ser insustancial y destructivo. Un hombre destrozado de solo 42 años que murió solo, a pesar de que decenas de millones lo amaban.
Con motivo de su aniversario, les presentamos una serie de datos que hicieron que la gente se preguntara: ¿él mismo fingió su muerte o tuvo que desaparecer obligado por alguien más?
La «versión oficial» de su muerte —según Ginger Alden, última novia de «el Rey» y quien descubrió su cuerpo inanimado—, indica que la mañana del 16 de agosto de 1977 ambos regresaron a Graceland, su mansión en Memphis. Como Elvis no podía dormir, se metió al baño a leer un libro y Alden se quedó dormida. A las 2 pm, cuando Alden despertó, se dio cuenta que Elvis seguía en el baño, donde lo encontró en el piso, en estado de rigor mortis.
Sin embargo, estos acontecimientos no concuerdan con el reporte policiaco, que señala que Presley fue “encontrado inconsciente en su habitación”. En otro reporte médico se indica que fue enviado al hospital —no a la morgue— y que incluso se intentó “reanimarlo”.
Por otro lado, un par de días antes de morir, el cantante pesaba 113 kilogramos; en el acta de defunción se reporta que su peso era de sólo 77. ¿Se pueden perder 36 kilogramos en tan poco tiempo?
En su último concierto, luego de tener lagunas y olvidar las letras de lo que estaba cantando, Elvis comentó a su público: “Esta noche no luzco muy bien, pero me veré de maravilla en mi féretro”.
Cuando joven, el representante de Elvis —el célebre “coronel” Parker—, fingió su muerte para cambiar su personalidad, pues se trataba de un inmigrante holandés ilegal que buscaba cortar de tajo con su pasado europeo.
Los asistentes al funeral de “el Rey” —amigos y familiares— afirman que éste lucía mucho más delgado de cómo lo habían visto apenas hace unos días y que, además, su rostro lucía extraño, artificial “como si se tratara de una figura de cera” —según testimonio de Tanya Tucker, íntima amiga de Presley.
A ningún medio de prensa se le permitió tomar fotografías de su cadáver —sólo existe una imagen que fue tomada desde una gran distancia y en la que apenas se aprecia una parte del perfil de “el Rey” en su féretro.
El féretro —ya con Presley dentro— pesaba más de 400 kilogramos, cuando el mismo fabricante aclaró que éste no debía pesar más de 250 con el cuerpo incluido.
Elvis le indicó a familiares y amigos cercanos que, si llegaba a morir, lo enterraran con su anillo preferido. El cadáver no lucía ninguno de los objetos cotidianos de “el Rey”.
El “coronel” Parker llegó al funeral vestido con una camiseta hawaiana y una gorra de beisbol —para pasar inadvertido— y jamás se acercó al féretro para “despedirse” de su pupilo y amigo.
Antes de morir, Elvis contrató un seguro de vida multimillonario. A la fecha, nadie en su familia ha reclamado ese dinero.
Elvis no fue enterrado junto a su madre —como él lo había indicado— sino junto a su padre y su abuela.
El segundo nombre de Presley era Aron; la lápida de su tumba indica «Aaron»; ¿por qué nadie de su familia o amigos cercanos ha hecho nada para enmendar ese error?
Algunas suposiciones
En 1970 Elvis Presley fue nombrado agente honorario de la DEA —agencia encargada de investigar el tráfico de estupefacientes a los EU—, luego de una entrevista que tuvo con el presidente Richard Nixon en la Casa Blanca.
Se cree que Elvis participó en una operación para atrapar a ciertos traficantes de la mafia, y que, para “protegerlo”, fue incluido en el Programa Federal de Protección a Testigos.
Por último, se rumora que se le ha visto en una comarca de Argentina; pero a su vez, varios fanáticos que vienen a Memphis para conocer la mansión de “el Rey” aseguran que han visto su fantasma en un ruinoso hotel de paso.