Pablo Cabañas Díaz
Jacobo Grinberg Zylberbaum, desapareció en 1994. Como herencia intelectual dejó, cincuenta libros, así como innumerables estudios e investigaciones. En las operaciones que realizaba Bárbara Guerrero “Pachita”, según Grinberg, era capaz de materializar y desmaterializar objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas, le permitía realizar trasplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales. […] Todos esto pueden ser explicados si se acepta la posibilidad de que las modificaciones de la lattice [enrejado] producidas por el campo neuronal de Pachita eran capaces de modificar sustancialmente a aquélla produciendo conformaciones similares a la de los objetos (en caso de las materializaciones) o retornos a la estructura de la lattice de los objetos (en caso de las desmaterializaciones). Pachita poseía un control único sobre su campo neuronal transformándolo y modificando con él a la estructura de la lattice según Grinberg . Fue investigada tanto por mexicanos como por investigadores extranjeros, como Stanley Krippner quien ha escrito extensamente sobre los estados alterados de la conciencia y la telepatía de los sueños.
Pachita desde muy joven empezó a curar por medio de hierbas medicinales y tés y en algún momento de su vida decidió operar, asegurando que el espíritu de Cuauhtémoc se apoderaba de su cuerpo físico para curar a través de ella. Lo llamaba “El Hermanito”. Para sus operaciones siempre utilizó el mismo cuchillo de cocina, con el mango cubierto con “cinta de aislar” ya que su mango estaba roto. Siempre operó sin anestesia o asepsia y acostumbraba abrir a los pacientes con el cuchillo, sacar la enfermedad o cambiar el órgano enfermo y cerrar. Los pacientes sufrían mucho y gritaban. Después de que terminaba de operar, ponía un poco de alcohol en la herida y cerraba con las manos o les ponía vendoletas. Después los vendaba y envolvía en una sábana. Luego de un par de horas, los enviaba a su casa donde tendrían que guardar cama durante tres días. Al cuarto día se desenvolvían, quitaban la venda, se bañaban y desde ese momento empezaban su vida diaria como siempre, tomando solo el jarabe, té o hierbas que ella les hubiera recetado.
Aunque los análisis de los tumores y huesos extraídos eran material humano, lo que no se pudo constatar es si efectivamente provenían de los pacientes. En esta parte se ubica la debilidad de la afirmaciones de Grinberg. La fama de Pachita alcanzó todo México y llegó a los Estados Unidos, Centro y Sudamérica, y Europa. En sus sesiones era frecuente escuchar varios idiomas. Pachita fue una extraordinaria psicoterapeuta y en muchos casos usaba su poder para conocer profundamente a sus pacientes. Pachita tuvo una gran fuerza psicológica que usaba para convencer a sus pacientes de la curación, por lo que, todas las enfermedades psicosomáticas fueron curadas. Tenía también gran plasticidad manual, y algunas enfermedades fueron curadas con Quiropraxia es decir a través de masajes en la región afectada. Era visitada por todas las clases sociales, y fue perseguida en varias ocasiones hasta la cárcel. Fue sin duda, la curandera más famosa que México ha tenido.
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