CIUDAD DE MÉXICO.- La inflación es un término muy utilizado en materia económica, pero muchos desconocemos a qué hace referencia y la forma en que afecta tanto a los bolsillos de la población como el impacto en las bolsas de valores. Para conocer por qué la inflación afecta a los mercados y cuál es su impacto en los instrumentos de inversión, el equipo de Inversiones SURA comparte un breve recorrido sobre la definición, los elementos y la relación de los mercados con este concepto tan mencionado en los últimos meses.
Para comenzar, el fenómeno encuentra una definición académica que hace atribución al alza generalizada en los precios de los bienes y servicios de una economía durante un período específico o determinado. El comportamiento de los precios está sujeto a las leyes de oferta y demanda; dado que resultaría muy complejo dar seguimiento a los precios de todos los bienes y servicios que se consumen en una economía, para facilitar el cálculo se generan canastas con elementos que resulten representativos del consumo de un país o una región.
En ese sentido, los factores de corto plazo que afectan a los precios serían: los aumentos en los costos de los insumos o materias primas, el incremento en la demanda y las bajas tasas de interés; en el largo plazo, podemos decir que el exceso de liquidez -crédito- en una economía tiende a generar alzas en los precios por una mayor demanda de bienes y servicios en un contexto en donde el precio del dinero -tasas- es bajo.
¿De qué forma la inflación afecta a los mercados?
De forma muy básica y sencilla, cuando los precios de los bienes y servicios se incrementan, la demanda por parte de los consumidores se ve impactada de forma negativa, es decir, dejan de comprar en la medida en la que los precios van al alza, lo cual termina repercutiendo en los ingresos de las compañías y en sus utilidades. Como consecuencia de lo anterior la economía se desacelera hasta que cierto equilibrio es alcanzado.
Por otra parte, períodos de inflación alcista llevan a que los Bancos Centrales suban sus tasas de referencia para tratar de contener los efectos negativos de este fenómeno, lo que lleva a presiones de alza en las tasas de interés en el mercado de bonos -de forma genérica alza en tasas, baja en precios de bonos-.
En buena medida esto último es lo que hemos observado en los últimos dos años: recuperación de las economías desde niveles muy bajos dado el impacto de la pandemia; lo cual originó que la demanda comenzara a normalizarse al tiempo que la oferta no ha mostrado una recuperación de la misma magnitud.
El desbalance anterior ha propiciado que los precios suban de manera extraordinaria, lo que deriva en alza de tasas por parte de los Bancos Centrales para mitigar dicho fenómeno; y en todo este contexto hemos observado una fuerte presión alcista en las tasas de los instrumentos de deuda a lo largo y ancho del mundo, con lo que los precios de los bonos se han caído de forma considerable.
Inversiones ligadas a la inflación,
Siempre es recomendable mantener portafolios diversificados, sin embargo, hay momentos en los que es preferible tener mayor exposición en activos que suelen funcionar como refugio en períodos de elevada inflación.
En el caso del mercado de deuda, existen bonos que cuentan con un componente de protección contra incrementos en la inflación; en cada país tienen un nombre distinto, en EU se conocen como TIPS.
En cuanto a otros tipos de inversiones que tradicionalmente funcionan bien como protección en momentos de elevada inflación está el oro, ciertos activos vinculados al sector inmobiliario, las materias primas y por el lado de las acciones, los sectores defensivos como son tradicionalmente el de salud y el de consumo básico.
En un sentido más amplio tanto los bonos de largo plazo, como las acciones suelen funcionar como elementos que protegen contra la inflación en el muy largo plazo, pero en períodos de corto plazo lo contario puede llegar a suceder. Por tanto, para lograr vencer a la inflación oficial en el mediano y largo plazo hay que contar con portafolios de inversión ampliamente diversificados.
En cuanto a la relación entre la rentabilidad de un producto financiero y la inflación, esta no es lineal. Como lo mencionamos anteriormente, en el muy largo plazo hay inversiones como las acciones y los bonos de largo plazo que suelen tener rendimientos superiores a la inflación, pero en períodos cortos dicha relación suele romperse.
La inflación es una amenaza constante para los inversionistas y los rendimientos de las inversiones, pues el objetivo general de un inversionista prototipo es, al menos mantener el poder de compra de sus recursos financieros, por lo que la inflación pone en riesgo dicho objetivo, ya que para que se sostenga el poder de compra en el tiempo, los rendimientos de las inversiones deben pagar al menos lo que paga la inflación o de otra forma se estará perdiendo poder adquisitivo.
Lo más peligroso es que la inflación oficial rara vez o casi nunca coincide con el alza de precios en los bienes y servicios que consume un inversionista tradicional, por lo que se deben realizar inversiones que aspiren a ganarle a la inflación personal y no sólo a la oficial.
Mucha gente suele comprar instrumentos de deuda de corto plazo porque busca estabilidad en los retornos y en el comportamiento de su patrimonio, perdiendo completamente de vista que con eso difícilmente suele vencerse a la inflación personal. Pongamos un ejemplo muy simple: imaginemos que invierto en algún tipo de instrumento que me paga un rendimiento promedio de 4%, si la inflación oficial es del 4%, yo tengo un rendimiento real -después de inflación- de 0% con lo que simplemente estaría manteniendo mi poder adquisitivo -me alcanza para comprar las mismas cosas-, pero no estaría generando riqueza.
Ahora bien, si mi inversión me paga el 4%, pero la inflación es del 6%, yo estoy perdiendo poder adquisitivo -no me alcanza para comprar lo mismo; y peor aún, si mi inflación personal -los precios de los bienes y servicios que realmente consumo- es del 10% y mi inversión en promedio me paga el 4%, estaría perdiendo mucho más poder adquisitivo.
En resumen, la inflación tiene un impacto negativo en los rendimientos de las inversiones, por tanto, tengo que aspirar a rendimientos que en el largo plazo tradicionalmente superen con creces a la inflación oficial y que aspiren incluso a vencer a la inflación personal, con el objetivo primordial de no perder poder adquisitivo.
Recomendaciones de inversión en entornos de elevada inflación
La inflación es inevitable, es un fenómeno económico con el que vamos a vivir toda nuestra vida, por ende, el impacto negativo en las inversiones estará presente mientras seamos inversionistas, pero como lo hemos señalado, hay formas de tener estrategias de inversión que tradicionalmente vencen a la inflación en el largo plazo.
Hay también algunos instrumentos que sirven como protección para momentos de elevada inflación, sin embargo, el mayor enemigo para no poder vencer a la inflación suele ser el mismo inversionista que toma decisiones precipitadas y radicales que no suelen ser las más adecuadas para vencer a la inflación personal en el largo plazo.
El consejo clave para enfrentar períodos de elevada inflación es contar con estrategias y portafolios globalmente diversificados. Otra clave está en diferenciar entre las alzas de precios de lo que uno consume y las cifras oficiales, pues si los precios subieran lo que marcan las cifras oficiales bastaría con invertir en instrumentos de deuda de corto plazo, ya que en algunos países los rendimientos de éstos históricamente suelen estar por encima de la inflación oficial.
Sin embargo, dado que los precios de lo que un inversionista tradicional consume suelen subir de forma más acelerada, es indispensable incorporar otro tipo de inversiones en los portafolios como los bonos de mediano y largo plazo, ya sean de tasa nominal o real, acciones locales e internacionales, materias primas y real estate, entre otros.
AM.MX