Por Sandra Redmond
CIUDAD DE MÉXICO.- Raúl de la Rosa es una de esas personas que siempre dan de qué hablar. Para quien no lo conoce, se trata del principal impulsor del blues en México. Desde su juventud y quizá sin proponérselo, ha participado en grandes proyectos que con el paso del tiempo constituyen un legado del que ya disfrutan las nuevas generaciones.
Además de promotor cultural y locutor, articulista, dibujante de códices, fotógrafo, jefe de prensa, fue partícipe del histórico momento en que el monolito de Tláloc fue transportado a la Ciudad de México desde su ubicación original en San Miguel Coatlinchan, Estado de México, a su actual posición, sobre avenida Paseo de la Reforma, a las afueras del Museo de Antropología. Eso ocurrió en el año de 1964 y en ese día se registró un aguacero torrencial del que mucha gente opinó que se había despertado al Dios de la Lluvia.
Poco más de una década después, en 1978, correspondió a Raúl organizar el primer festival internacional de blues de México, en el que las anécdotas y las contrariedades siempre estuvieron a la orden del día. Gracias a él, muchos mexicanos pudieron conocer a las grandes estrellas del blues de Estados Unidos. Esa actividad plena de experiencias, unas gratas y otras sumamente complicadas, la realizó durante once ediciones, hasta el momento. El último festival, fue en Puebla, en 2007, pero tal vez, haya más. Con Raúl nunca se sabe…
Más adelante participó en la organización de otros festivales y diversos eventos y durante todos estos años, ha continuado con su incansable tarea de difundir el blues en sus programas radiofónicos “Tiempo de Blues”, que transmitió por Radio Educación durante una década, en su columna del periódico La Jornada y hasta la fecha, en sus emisiones de Radio Horizonte 107.9, del Instituto Mexicano de la Radio.
Ahora, como es su costumbre, hace unas semanas nuevamente dio de qué hablar, pues en Memphis Tennessee, la Blues Foundation le entregó el premio “Keeping the Blues Alive (KBA) Award”, en reconocimiento a la labor que ha realizado como promotor del blues y por contribuir a mantener vivo este género musical.
Y hace apenas unos días otra vez volvió a las andadas. En esta ocasión apenas el sábado 4 de junio presentó a las 13 horas en el Tianguis del Chopo, y a las 18 horas en Casa Milán, su libro, ”Por los senderos del blues. Crónicas”. En esta obra, retoma muchas colaboraciones que desde el 16 de diciembre del año 2000 ha realizado para el periódico La Jornada para narrar una parte de lo que hoy es la historia del blues en México.
Esta obra se puede conseguir en el Tianguis del Chopo, en el puesto del periódico La Jornada, en El Convite Fonda y Café, ubicado en Ajusco 79 Bis Portales Sur, Alcaldía Benito Juárez, en la CDMX y en la nueva casa de Discos Pentagrama, en Adolfo Prieto 728 Colonia del Valle, Alcaldía Benito Juárez, en la CDMX.
Como poseedor de una vasta colección de recuerdos, souvenirs, afiches, testimonios y experiencias, no queda más que esperar a que prepare una siguiente obra y en breve, poder disfrutar de una nueva publicación, y seguramente de uno que otro evento de blues. Hay Raúl para rato.
AM.MX