*La experiencia del poder es un camino sin regreso, tanto para el que impone las reglas del juego, como para el que debe obedecerlas si desea vivir el presente y tener una oportunidad de futuro; es en este contexto que se percibe el engaño de la propuesta de reforma electoral. Ahora el bastón se quebrará sobre la espalda de los integrantes de la sociedad
Gregorio Ortega Molina
Así como los seres humanos somos asimétricos, la percepción que de la realidad tomamos para tranquilizarnos, también lo es. Allí están los textos de Alain para sus cursos de filosofía. A nadie se le quiebra la imagen del bastón en el agua en el mismo punto, y no nada más depende de la profundidad o inclinación, la densidad también cuenta, o la opacidad del líquido a través del cual observamos.
¿Cuántas de las “mascotas” se adecúan a la percepción de la realidad que Jesús Ramírez Cuevas les impone, para que su santo patrono pueda hacer y deshacer en asuntos de reingeniería social? ¿Cuántos irán con esa imagen de que el INE es inservible por ser herencia del pasado, sin tomar en cuenta que es esa institución electoral la que les garantizó su acceso al poder?
Propuso el tío Andrés Manuel -porque intuyó a tiempo su fracaso en la consulta popular del 10 de abril- una amplia reforma electoral, para que los consejeros y el presidente del INE sean elegidos por el pueblo, pero resulta que los candidatos a esa responsabilidad serán propuestos por los poderes Legislativo y Ejecutivo. ¿Dónde, entonces, la participación de la sociedad para preservar sus libertades políticas? Aquí sólo cabe una percepción, y es posible que muchos coincidamos en el punto exacto en que el bastón aparentemente se quiebra en el agua: lo que el presidente de México anhela, es convertirse en dictador.
Es preciso retomar las puntuales frases de Alain, para entender que puede depararnos el futuro inmediato.
Siempre la reflexión nos conduce a distinguir entre dos mundos (sensible e inteligible) y siempre nos regresa a no pensar sino en uno.
Yo creía, ahora sé. Me confundía, ahora puedo distinguir.
Aprendo una especie de ley del hombre, y es que el suceso de ayer pesa demasiado, y que, bajo el nombre de experiencia, es esa misma experiencia la que aplastamos. Memoria engañosa.
La realidad es que la experiencia del poder es un camino sin regreso, tanto para el que impone las reglas del juego, como para el que debe obedecerlas si desea vivir el presente y tener una oportunidad de futuro; es en este contexto que se percibe el engaño de la propuesta de reforma electoral. Ahora el bastón se quebrará sobre la espalda de los integrantes de la sociedad.
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