El registro del humor de diferentes épocas, a través de las tradicionales viñetas periodísticas, y de la caducidad de la tecnología por el paso del tiempo son los elementos que convergen en la instalación A jab line, que los artistas Leo Marz y Andrew Roberts expondrán en la Expo Chicago 2022.
La obra de Marz, director de la Licenciatura en Arte de la Universidad de Monterrey, y Roberts, artista visual de Tijuana ‒quienes están representados por la galería Pequod Co., de la Ciudad de México‒, se exhibe en esta feria de arte del 7 al 10 de abril.
A jab line integra piezas escultóricas de madera de pino del muñeco incompleto de Pinocho ‒algunas de ellas tienen movilidad automatizada, en intervalos de tiempo‒ y un mural del mismo material ‒porque funciona como una extensión de la piel de Pinocho‒ con altos relieves manipulados de las viñetas periodísticas.
Los artistas plásticos realizaron un estudio sobre un archivo de viñetas publicadas en revistas y periódicos a lo largo de los últimos 200 años para mapear cómo ha evolucionado el sentido del humor.
Pero Marz refirió que, para esta instalación, se basaron en viñetas de los 80 y los 90, cuando ambos artistas estaban en su etapa de niñez y aprendieron lo que es el humor.
El trabajo creativo implicó la “interpretación de las imágenes” a través de un software, según Roberts, con el que se transfiguraron los trazos o los textos originales y, como resultado, las imágenes se volvieron abstractas: solo sugieren algo, pero en realidad no lo muestran.
De acuerdo con Marz, al crear la pieza, utilizaron el humor y la tecnología para reflexionar sobre la forma en que se moldea la identidad y cómo se utiliza la tecnología para moldearse a sí mismo.
“En ese contrapunto entre ambas cosas se encuentra la pieza; no busca ser graciosa, sino que busca explorar esos ejes temáticos que seleccionamos”, explicó el profesor de la UDEM.
La nariz de Pinocho es un elemento plástico que sobresale del mural en tercera dimensión, creando una cavidad sobre el muro, un espacio vacío color verde croma, colocado en el centro del panel, lo que subraya la condición del personaje italiano de estar atrapado en el tiempo, como lo mencionó Roberts: “es el barómetro perfecto para captar la historia de los últimos 200 años”.
El cuento de Carlo Collodi se escribió a finales del siglo XIX, durante la época industrial de Italia, y de acuerdo con el también curador, el cuento reflexiona sobre la obsolescencia del trabajo manual y cómo su lugar es tomado por máquinas.
Parte del material recuperado son chistes que ya no están vigentes, según el artista de Tijuana, incluyendo los referentes a tecnología que ya no existe, como los faxes o los beepers.
“Todo trata sobre la decadencia y sobre una amalgama de tiempos; es el humor que con el paso del tiempo ha decaído y este Pinocho, que en realidad ya está en ruinas, que apenas se puede mover”, señaló.