CIUDAD DE MÉXICO.- México debe tener una política de apoyo para todo el sector productivo nacional, por lo que es momento de generar acuerdos, leyes y normas que puedan dinamizar el crecimiento económico y la inversión, así como buscar financiar proyectos, sostuvo el diputado Jorge Ernesto Inzunza Armas (PAN), presidente de la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad.
Al iniciar el foro “Desafíos y Oportunidades para el Sector Productivo de México”, mencionó que hoy el costo de la energía es tema fundamental para que las empresas crezcan; además, se debe revisar la política fiscal y apoyar todo aquello que genere producción e inversión.
Otro punto relevante, dijo, es dar especial atención al tema de seguridad, ya que de acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), alrededor de 55 por ciento de las empresas fueron víctimas de la delincuencia en 2021.
Inzunza Armas señaló que México es un país de oportunidades porque tiene una ubicación geográfica privilegiada en el mundo; sin embargo, la coyuntura y los fenómenos actuales hacen reflexionar en torno de esa posición tan importante, porque durante la pandemia, sólo entre octubre de 2020 y julio de 2021, un millón 600 mil empresas “bajaron la cortina” en México, en su mayoría micros y pequeñas.
Nuestro país, agregó, no tiene apoyo estratégico hacia el sector productivo; es el único de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en donde los empresarios no tuvieron apoyo ni recursos para proteger el empleo.
Relató que en el inicio del Siglo XXI, México pasó de ser la economía número 12 del mundo a la posición 16. “No podemos ocultar que tenemos indicadores económicos poco favorables, hoy la revisión de la tendencia de crecimiento va hacia la baja, tenemos una inflación que va hacia arriba, hay un aumento sostenido en los precios de los alimentos y de los combustibles”.
El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), diputado Rubén Moreira Valdez, expresó que México, al igual que el mundo, vive un momento importante. “La pandemia no estaba en la ruta de la humanidad, todos debimos haber pensado que esto en algún momento iba a pasar, no le tocó a nuestra generación ni a la de nuestros padres, pero sí a la de nuestros abuelos, allá en 1918 y vivieron más o menos lo que hoy estamos padeciendo”.
Externó su preocupación por la desaceleración del país, el impacto que puede tener la inflación, el mercado internacional, la geopolítica en relación a lo que está pasando en la economía y el comportamiento de México a futuro. “Nos gustaría conocer los pronósticos, escuchar consejos y aclarar dudas”.
En su participación, José Ángel Gurría Treviño, exsecretario general de la OCDE, señaló que está muy enredado el panorama internacional y el crecimiento mundial se va a reducir, y todo lo que crea incertidumbre detiene las inversiones, los empleos, las exportaciones y el comercio exterior. “Estamos hablando de una caída de, cuando menos, uno por ciento del crecimiento mundial”.
Refirió que a pesar de que Rusia y Ucrania son países relativamente pequeños, la invasión tiene un impacto importante porque son proveedores relevantes de energía, alimento y metales. Mencionó que muchas de las empresas de energía rusas no están sancionadas, pero las presiones sobre establecer penas van a crecer cada vez más y “eso puede hacer que haya otra presión inflacionaria”.
Subrayó que México ha tenido un crecimiento bajo y a la baja. “Entre 2000 y 2019, es decir, por casi 20 años tuvimos un crecimiento promedio de 2 por ciento, y después vino la caída brutal en 2020”.
Comentó que la inflación es alta y va al alza; la productividad es de alrededor de un tercio de los 18 países a los cuales les va mejor en esta medida.
México necesita un crecimiento de, cuando menos, 5 por ciento sostenido durante una generación o dos generaciones enteras para recuperar el tiempo perdido y los espacios, sobre todo sociales, para reducir las enormes desigualdades que existen.
Precisó que la informalidad en México se ubica en 55, 57 por ciento y “una economía que aspira a insertarse en la economía mundial no puede tener 60 por ciento de informalidad”. Enfatizó que ese esquema no tiene seguro médico, ni pensiones y no paga impuestos, pero por lo pronto “tenemos 60 por ciento de la fuerza de trabajo desvinculada de la otra economía”. Afirmó que “éste es uno de los temas más importantes y que gobierno tras gobierno no han podido hacerle mella”.
Consideró que “hay muchas cosas que se pueden hacer cerrando los escapes que tienen muchos de los más grandes contribuyentes; sin embargo, se requiere en México una muy importante reforma fiscal”.
La directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Valeria Moy, señaló que los estados con menor desigualdad en el país son los que han tenido mayor crecimiento económico en los últimos años. Añadió que para tener un México más competitivo se requiere apoyar tres áreas: educación, infraestructura y energía.
“No se puede competir en la economía del futuro si no hay capital humano y si no se invierte en educación. Hoy se carece de una infraestructura de calidad para aprovechar las oportunidades y si México no es capaz de tener un mercado energético competitivo, no se podrá hacer nada”, añadió.
Indicó que no se puede tener políticas públicas solamente asistencialistas. Desde los últimos 25 años, dijo, se ha combatido la pobreza con programas sociales, pero hay que cuestionarse qué tan exitosos han sido y de qué han servido; se requiere un combate estructural de la pobreza; los programas sirven para paliar el problema, pero no cambian las condiciones estructurales de la pobreza; hay que mejorar el entorno de la población.
El profesor, investigador y analista, Macario Schettino Yáñez, afirmó que un país para tener éxito requiere de un Estado fuerte, limitado por la ley y responsable frente a sus ciudadanos, además de una sociedad que celebre la producción de riqueza y desprecie los privilegios. “Cualquier otra cosa va a ser un fracaso para México”.
Mencionó que América Latina es el continente más desigual del mundo, y la diferencia con otros continentes o países a los que les va bien, es que tienen un Estado fuerte, que recauda bien y redistribuye. “Eso es lo que se tiene que hacer en México; hay que recaudar bien, lo que implica acabar con los privilegios”.
Añadió que el origen de las grandes fortunas mexicanas del Siglo XX es el capitalismo de compadrazgo. Eso, dijo, se acaba desde el Estado, con organismos autónomos y competentes técnicamente. “Si no es con este sistema de regulación, no hay manera de impedir que los que son socios del poder se hagan millonarios y los que están en el poder no se quieran ir nunca”.
AM.MX/FM
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