En la región todo será afectado en grandes proporciones. Prevén cerca de veinte millones de viajeros entre 2023 y 2024 y creación de áreas urbanas cercanas a estaciones
Por Adrián García Aguirre
Palenque, Chiapas.- El Tren Maya busca distribuir turismo del mar Caribe a cinco estados del sureste de México: “Poseemos esta gran riqueza cultural y, por eso, el proyecto tiene que ver con impulsar el turismo, que los que llegan a Cancún puedan visitar Yucatán y Campeche y Tabasco y Chiapas, para que se aproveche esa afluencia turística”, dijo Andrés Manuel López Obrador cuando presentó el proyecto.
La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto estima que el Tren Maya capture 18.5 millones de viajeros durante su primer año de funcionamiento -entre 2023 y 2024-, aunque el documento técnico del proyecto presentado en el Congreso Internacional de Negocios de la Industria Ferroviaria ExpoRail prevé 24.1 millones de pasajeros para el mismo año.
Es evidente que el sureste de México ha tenido un desarrollo urbano y rural considerable del turismo en los últimos años, así como del tráfico vehicular, la ocupación de espacios naturales, la producción de desechos sólidos y aguas negras, así como mayores emisiones de hidrocarburos y cambios en el uso del suelo.
El Fondo Nacional de3 Fomento al Turismo (Fonatur) estima que en 2030 el Tren Maya reciba 73 millones de visitantes al año, y sumado a ello, se prevé la creación de áreas urbanas cercanas a las estaciones del tren bautizadas como “polos de desarrollo”, o más recientemente “comunidades sustentables”.
Este reordenamiento urbano consiste en nuevos centros de actividad económica y comercial con los que el gobierno espera que aumenten las áreas públicas y verdes, la oferta local de servicios y comercios, el valor inmobiliario de la zona, la inversión local, la generación de empleo y otros beneficios para la zona.
Lo anterior se traduce en más crecimiento de población y de tráfico vehicular, cambio de uso de suelo y contaminación: “Aunque estos factores de impacto ya están presentes en muchas ciudades donde se construirán estaciones, existen otras poblaciones donde la población y el tráfico nocturno es muy bajo y están asociadas a Áreas Naturales Protegidas”, explica el ecólogo Jorge A. Benítez.
“El Tren Maya va a contaminar nuestras vidas”, dice, y añade que, por ejemplo, Calakmul tiene alrededor de 30 mil habitantes y 70 mil visitantes por año, basándose en el Análisis Costo Beneficio del Tren Maya.
Benítez explica que con esta población, el tráfico vehicular es de solo dos mil autos por día y este tráfico disminuye por la noche y la madrugada, que es cuando la fauna es más activa.
“Sin embargo, se piensa llevar a Calakmul tres millones de turistas, lo que aumentaría cien veces el volumen de los desechos y el tráfico vehicular, sobre todo el nocturno”, explica Benítez.
Tres millones de turistas generan aproximadamente 1.5 millones de toneladas de desechos sólidos y 1.6 millones de metros cúbicos de aguas negras por año.
Además, generan un tráfico vehicular de quince mil autos por día, los que a su vez generan ruido y emisiones de 50 toneladas de hidrocarburos, de acuerdo con el libro Impacto de las vías de comunicación sobre la fauna silvestre en áreas protegidas.
“El problema también es que los pasos de fauna no son una panacea y están diseñados pensando en animales grandes”, dice el profesor Benítez.
Los pasos de fauna planeados tendrán una separación entre sí que irá de un kilómetro a 500 metros, dependiendo el tipo de vegetación y uso de suelo de la zona donde serán construidos, de acuerdo con la MIA del proyecto.
Existen diversas opiniones, como aquélla de que esto no representará un problema para animales como el jaguar, pero otras especies pueden tener dificultades para utilizarlos.
Dada la biodiversidad del sureste de México, el Tren Maya tendrá diferentes tipos de pasos de fauna: para animales grandes, para fauna pequeña, para anfibios y para especies que viven en árboles.
Estos últimos, los especiales para animales arborícolas son distintos a los anteriores porque estos requieren que animales como el mono aullador negro y el mono araña se muevan a través de rodales de vegetación en lugar de puentes al ras del suelo o subterráneos.
AMX