Por Iván Cigarroa
Cuando en el mundo ya se ha escuchado todo, ¿cómo logras que tu propuesta sea tomada en cuenta? Con lo que mejor pueden recibir: la música folclórica. Siempre con un sentido y luego de mucho estudio, Silvana Estrada logra fusionar diversos elementos que van desde el jazz hasta la música vernácula con un resultado tan delicado como sorprendente.
Marchita es un álbum revelador, con letras desgarradoras llenas de experiencias propias que tras un periodo finalmente logra ver la luz. A sus 24 años la veracruzana pareciera haber pasado por más que muchos de nosotros. Y sea como sea, todo ese dolor lo fusiona con influencias claras que van desde Natalia Lafourcade, Caetano Veloso, Silvia Pérez Cruz o Chavela Vargas.
A todos nos gusta la música folclórica. Se que eres muy metalero pero también Vicente Fernández toca tu corazón. Y tu, que amas a Katy Perry y BTS, también amas las guitarras españolas. Ni qué decir de ti, que lees esto con atención y sabes que aunque eres fan de Justice o Daft Punk, también amas la música celta y el tango. Todos, todos, amamos ese género. Levante la mano quien ama a Buenavista Social Club.
Luego de colaborar con muchísimos artistas de la talla de Mon Laferte, Ulises Hadjis o Jorge Drexler, ahora lanza su álbum debut, con una previa y altísima expectativa, ¿y cómo no? si además de esos duetos ha mostrado una exquisitez que pocos en México tienen: mientras todos se van por la fácil, grabando los mismos discursos de siempre, con la música que mejor va a pegar, ella ve hacia dentro y desde las raíces de nuestra historia rescata con éxito los acordes que mejor visten sus historias. Así, el dolor se une al folclore para conformar esta maravillosa producción.
Casa, Sabré Olvidar, La Corriente o Un Día Cualquiera, parten del dolor de perder a la persona amada, pero no todo está perdido. Marchita, que también da título al disco, es un relato de otro amor en su vida: las flores. El disco termina con un poderoso tema: La Enfermedad Del Siglo.
El sonido arrabalero en el último tema mencionado, pasando por el son jarocho y abarcando hasta el jazz, Silvana deja claro que hay que ver hacia dentro para ser mejor persona, pero también una gran cantautora. Lo que siga para ella, es ganancia, porque a todos ya nos tiene cautivados. Disco paradójico por ser tan doloroso como hermoso.