Por Ivan Cigarroa
Aunque la pregunta sea redundante vale la pena plantearla: ¿por qué seguir lanzando material de David Bowie a cinco años de su deceso? Seguro piensas que la respuesta es obvia pero, si me permites, voy a tomar un momento para explicar una posibilidad que tal vez no imaginaste, ya me dirás si estás de acuerdo o no.
Primero los contextos -sí, hay más de uno-: Warner Bros es la disquera que actualmente tiene los derechos de la música del camaleón. Parece una buena idea seguir publicando su legado aunque las recopilaciones de otros artistas se vendan mejor.
El otro contexto es que este disco se grabó originalmente en 2001. La idea de Bowie era reunir algunos temas de antaño y regrabarlos con un sonido más actual, aunque durante el proceso también salieron nuevas canciones que terminaron por conformar el álbum Heathen, y con ello abandonó la premisa inicial. Ah, sí. De esas sesiones, que sí terminó, salió este álbum, pero poco se sabía de él, parecía una leyenda urbana hasta que en 2011 se filtró en Internet.
Así que, de vuelta al día de hoy, traer este disco a la luz, hacerlo oficial, es una buena idea para los más aguerridos fans, los de hueso colorado e incluso los más antiguos, que buscarán adquirir la edición normal con 12 canciones o Deluxe con 38 en formato físico, así como también las nuevas generaciones que, sin duda, lo escucharán en su plataforma digital de preferencia.
Vamos más aprisa antes de que cuestiones cómo es que llegaste hasta acá si tienes muchas cosas por hacer: Toy es una colección de canciones maravillosas, renovadas, con versiones alternas y algunos tracks nuevos que alguna vez grabara el músico, desde la gran You’ve Got A Habit Of Leaving, Silly Boy Blue o Baby Loves The Way, pasando por la gran Liza Lane, Shadow Man y Can’t Help Thinking About Me, hasta llegar a I Dig Everything o Let Me Sleep Beside You que, sin importar cuál track sea, vas a encontrar el sello de Bowie, uno que forjó por décadas hasta lograr el legado que podemos disfrutar hoy día.
Y es que todas esas canciones existen desde hace décadas: You’ve Got A Habit Of Leaving data de 1965 y la grabó con su banda de entonces, The Lower Third; Shadow Man es un track que se grabó en las sesiones del Ziggy Stardust, pero no entró al álbum. Ahora, si eres fan from hell te darás cuenta que algunas de estas versiones han aparecido en recopilaciones anteriores como The Deram Anthology 1966–1968 o Nothing Has Changed.
Y, respondiendo la pregunta que hice al inicio, ahí radica la importancia de seguir publicando música del señor David Robert Jones: que su sello característico es seguir sonando vigente. Por eso aunque los años pasen seguimos valorando su obra, porque nos identificamos con ella. Y aunque Toy no es su mejor producción, sin duda te dejará un buen sabor de boca.