Por Edmundo Cázarez C.
CIUDAD DE MÉXICO.- Respetuoso y admirador de la fe del pueblo mexicano, Joe Biden, actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, expresó su deseo de realizar una vista de carácter privado a la Virgen Morena para postrarse a sus pies y manifestarle su admiración, cariño y respeto, resultado de la fe que le fue inculcada por su mamá, tanto a él, como a sus hijos y hermanos. Esto, será posible dentro del marco de la X Reunión Trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá, a realizarse en la Ciudad de México durante el primer trimestre de 2022 y aunque la fecha exacta aún está por definirse, fuentes de la Embajada de los Estados Unidos, adelantaron a ÍNDICE POLÍTICO, que trabajan de manera conjunta con la cancillería mexicana en la definición de lo que será la probable agenda del Presidente Joe Biden durante su breve estancia en nuestro país.
De esta manera, en 2022, será la segunda visita que realice Joe Biden a la Villa de Guadalupe, pues hay que recordar que la mañana del lunes 5 de marzo de 2012, al pie del cerro del Tepeyac, en la Ciudad de México, todo parecía marchar con normalidad, sin embargo, en el interior de la Villa de Guadalupe se respiraba un ambiente de expectación ante la muy próxima visita de un distinguido personaje que había solicitado el permiso para poder visitar a la Virgen del Tepeyac.
Apostados en lugares estratégicos, 12 elementos pertenecientes al extinto Estado Mayor Presidencial, así como 4 agentes del FBI y 4 del Servicio Secreto de los Estados Unidos, estaban atentos al arribo a la Villa de Guadalupe del entonces Vicepresidente de los Estados Unidos Joe Biden.
En punto de las 10:45 horas, dos camionetas blindadas color negro, ingresaban al estacionamiento subterráneo de la Villa de Guadalupe, siendo el segundo vehículo, el que transportaba al entonces Vicepresidente del país considerado como el más poderoso del mundo.
Portando un traje color azul marino, camisa blanca y corbata gris Oxford, con absoluta sencillez, al descender del vehículo, Joe Biden, hoy Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, no podía esconder su emoción de poder estar en la casa de la Virgen Morena de la que tanto le había platicado su mamá Catherine Eugenia Finnegan, y por supuesto, no quería partir de la Ciudad de México y del país, sin antes haber tenido la oportunidad de visitar a la Virgen Morena, a quien tanto le había rezado durante los muy difíciles momentos que vivió a causa del trágico accidente automovilístico registrado el 18 de diciembre de 1972, en donde fallecieron su esposa Neilia Hunter y su hija Naomi de tan solo un año de edad, así como la muerte de su hijo Joseph Robinnette “Beau”, a los 46 años de edad a causa de un tumor cerebral.
Durante esa histórica visita, en el acceso subterráneo izquierdo del templo mariano, le esperaban el Rector de la Basílica de Guadalupe Enrique Glennie, así como los Canónigos Eduardo Chávez y Pedro Tapia, respectivamente, quienes eran los encargados de recibirle y acompañarle durante su breve e inolvidable recorrido.
Respetuoso y admirador de la fe del pueblo mexicano, Joe Biden, totalmente emocionado, solicitó a sus anfitriones, a través de un traductor que le acompañaba, le permitieran unos minutos a solas, para postrarse de rodillas a los pies de la Imagen de la Virgen de la Virgen de Guadalupe, en un reclinatorio de madera cubierto de terciopelo color marrón.
Por espacio de 10 minutos, con las manos junto al pecho, en señal de respeto y con la cabeza reclinada, Joe Biden, elevaba sus oraciones ante la Virgen de Guadalupe, sin poder esconder un par de lágrimas que escaparon de sus ojos, las cuales limpió de manera discreta con los dedos de su mano derecha, quizás, al recordar los duros y dolorosos momentos que le ha tocado vivir.
Al concluir su momento de oración y después de colocar una ofrenda floral, el Rector de la Basílica de Guadalupe, Enrique Glennie, le invitó para que firmara el libro de visitantes distinguidos. Con su puño y letra, estampó la siguiente frase: “Soy un ferviente devoto de la Virgen de Guadalupe. Amo a México. Soy un respetuoso admirador de la fe del pueblo mexicano”.
Antes de terminar su visita a la Villa de Guadalupe, sus anfitriones lo invitaron para que realizara un rápido recorrido por el Museo Guadalupano, momento idóneo para obsequiarle un rosario con la imagen de la Virgen de Guadalupe, por cierto, desde ése día y hasta la fecha, es el mismo que porta en la bolsa derecha de su pantalón y que utiliza todas las noches para llevar a cabo sus oraciones cotidianas junto a una imagen de la Virgen de Guadalupe en su recámara de la Casa Blanca.
Asimismo, vale la pena recordar que la noche del domingo 8 de noviembre de 2020, al pronunciar su discurso cuando se le notifica como ganador de la contienda electoral, Joe Biden, convertido ya como el 46º Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, expresó: “Para mí, para mi hijo que falleció. La fe que me mantiene, es la misma fe que mantiene a América. Espero que sea algo de esperanza y dé alivio para los miles de americanos que han perdido a sus seres queridos. Yo espero que esto les dé alivio y que puedan ir en las alas de los Ángeles hasta donde quieran llegar. Ahora, juntos en las alas de las águilas, nos embarcamos en un trabajo que Dios nos pide, con corazones llenos, con las manos fuertes, con fe en América, con amor por el país. Seamos la nación que sabemos que podemos ser”.
Sin lugar a dudas, Joe Biden es un hombre de fe y será un evento de enorme importancia y trascendental, su nueva visita a la Villa de Guadalupe, ahora, como Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
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