Pablo Cabañas Díaz
Francisco Benjamín López Toledo (1940-2019) fue el pintor más destacado del país entre el siglo XX y el XXI, trabajó con extraordinaria maestría la acuarela, el óleo, el gouache y el fresco, pero también la litografía, el grabado, el diseño de tapices, la cerámica o la escultura en piedra, madera y cera, buscando siempre renovar formas y técnicas. Fue una persona comprometida con sus orígenes indígenas, es uno de los máximos promotores de la defensa del patrimonio artístico del estado de Oaxaca.
Se inició en el Taller Libre de Grabado de la Escuela de Artes, dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes. Antes de que cumpliera los 19 años su obra ya había sido expuesta en México y en Forthworth, Texas. En 1960 se traslada a Europa para estudiar cinco años, pasando algún tiempo con Stanley William Hayter en París. Regresa a México en 1965 y trabaja en pintura, litografía, grabado, escultura, cerámica y diseña tapices que realiza con los artesanos de Teotitlán del Valle. En el año 1977 se instala en Nueva York por una temporada y regresa a México. Vive entre la ciudad de México y Oaxaca hasta mediados de los ochenta.
En 1978 una exposición de obra reciente se exhibió en el Everson Museum, en Syracuse, Nueva York. Una gran retrospectiva se presentó en 1980 en el Museo de Arte Moderno en México y una exposición de obra gráfica en 1984 en el Museo del Palacio de Bellas Artes, que después viajó a La Habana. Una segunda retrospectiva gráfica se presentó ese mismo año en el Centro-Museo de Bellas Artes de México en Chicago. Toledo ilustró varios textos basados en otros existentes como Sahagún, Chilam Balam o Guchachi.
Colaboró con la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) en 1992 y en la restauración de algunas zonas de Santo Domingo para establecer el Centro Cultural Santo Domingo. En 1996 se inauguró una biblioteca para ciegos y un centro de fotografía, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo.
Recibió el Premio Nacional, entregado por Ernesto Zedillo, en noviembre de 1998. En 1999 expuso una serie de grabados nuevos en la Casa de la Cultura de Oaxaca y en la Galería Juan Martín. El regionalismo de su trabajo interactuando con las connotaciones universales atrajo la atención de los críticos y público en su exhibición en la Whitechapel Art Gallery en Londres con gran éxito. Esa muestra viajó más tarde al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en España. Posteriormente viajó a Los Angeles, fallece en Oaxaca.