Por Juan Carlos Gutiérrez
Las Vegas.- Saúl “Canelo” Álvarez hizo historia esta noche, aquí, en una pelea en la que como gato logró atrapar al ratón y tras 10 rounds de persecución puso fin a la cacería del estadounidense Caleb Plant, al ponerlo dos veces en la lona y noquearlo en 11 episodios.
Álvarez retuvo los cetros mundiales súpermediano del CMB, AMB, OMB y añadió a su cintura la faja de la FIB, para convertirse en el primer monarca de ese peso absoluto de esta época en la que rigen esos cuatro organismos.
De paso, le quitó la etiqueta de invicto a Plant con el que traía asuntos pendientes que parecieron más parte de una obra de teatro a la que el jalisciense bajó el telón con una poderosa serie de golpes que finalmente entraron de manera seguida y plena a la cabeza de su rival.
Álvarez, en una pelea en la que la cuestión era ver cuándo iba a definirla y no si Plant podía vencerlo, impuso su ritmo agresivo, aunque con poca efectividad.
Empero, eso le bastó para ir ganando la pelea, sin mayores problemas y sin pisar el acelerador, ante un rival que iba conformándose con sobrevivir en el pleito, pero sin aspirar, o al menos, evidenciar intenciones de ganarlo.
Y es que si bien puede ganarse un pleito caminando hacia atrás, tirando golpes, o contragolpeando, es imposible salir victorioso mostrando nula intención de agredir, de hacer daño.
Y eso fue lo que Plant dejó en claro sobre el cuadrilátero del MGM Grand Garden Arena de esta ciudad en la que su victimario ha hecho época.
Pareció creerse él mismo que no tenía con qué vencer al mexicano y lo demostró sobre el cuadrilátero en el que su logro fue tirar golpes y conectar algunos, más que para mantener alejado al mexicano, que para ponerlo en problemas.
En el transcurso del pleito, el entonces aún campeón de la FIB aprovechó algunos pausas del jalisciense para llevarse dos o tres rounds, usando bien su mano izquierda con la que evitó que Álvarez entrase a modo para conectarlo en terreno corto, que era el que le convenía al mexicano.
Oliendo la “sangre” del “ratón”, el “gato”, o mejor dicho, el “Canelo”, se fue encima de él para acabarlo y lo logró de manera espectacular, al volverlo a poner en el tapiz, donde el réferi Russell Mora ya no le contó los 10 segundos.
El tiempo oficial fue de 1:05 de ese undécimo (o décimo primero, de ninguna manera “onceavo”) episodio, para que el mexicano logre su triunfo 57 en 58 peleas, con 39 nócauts.
Al momento de la detención de la pelea, las tarjetas de los jueces eran: 96-94 (Patricia Morse), 97-93 (Dave Moretti) y 98-92 (Seteve Weisfeld). Nosotros teníamos la pelea 98-92.
No se advierte en el horizonte, quien pudiera ser un peligro para el “Canelo”, quien para muchos es el mejor boxeador del mundo, cosa que respetamos, pero de la que diferimos, aunque sí está en una lista de cinco o seis mejores de la actualidad.
El que si podría “darle lata”, si se decide, si no lo meten en una “camisa de fuerza” de contratos o condiciones desfavorables, en caso de que lleguen a pelear, como se ha especulado, es el kirgyztano, Dimitry Bivol…al tiempo.
VCR/BH